Tres recetas perfectas para llevar en táper

La fiambrera, tarrina, lonchera o tartera de toda la vida se convirtió en el táper cuando la marca tupperware triunfó vendiendo estos recipientes para guardar comida. Eso sí, aquí fanes como somos de llamar Pacos a los Franciscos, en seguida le pusimos diminutivo y le empezamos a llamar tuper o mi favorita: taperguare. Ahora la Real Academia Española dice que hay que adaptarla al castellano y que la opción perfecta y patrótica es táper. Con acento y todo. Vaya por delante que ninguna adaptación española superará jamás a güiski. Y que nunca sonará mejor que gritándolo al ritmo de “Saca el güiski Cheli para el personal y vamo a hacé un guateque”. Pero está bien esto de traernos a casa todos los palabros mundiales, que nada hay más maravilloso que una lengua con un vocabulario rico. Ahora Diario de Navarra, adalides de la comunicación, da la oportunidad de comprar una colección de táperes (sí, la RAE también ha dejado clarito este tema) para facilitarles la vida. Bonitísimos y muy prácticos, de varios tamaños, con colores ideales y recomendados por Martín Berasategi, ojoooooo. Que yo puedo hacer aquí tres recetas maravillosas pero si Don Estrellas Michelin os dice que a él le molan pues yo entiendo que os fieis más. Aunque ojo a mis recetas de hoy, perfectas para llevarlas al trabajo, al monte o a un picnic en el parque debajo de tu casa, que Lorenzo ha llegado para quedarse y tenemos que exprimirlo. Primavera, mon amour. Un cuscús con pasas y con el punto delicioso del mango, unos champiñones rellenos que estoy empezando a volverme adicta a meterles de todo y gratinarlos, y una ensalada colorida y deliciosa con una vinagreta hecha con vino blanco ¡ojo! Y es la ocasión perfecta de actualizar táperes, de ordenar ese cajón infernal, de ver cuáles tienen tapa y cuales la perdieron hace tiempo. Renovarse o morir, queridos.