Coronavirus Navarra
Las Hermanitas de los Pobres necesitan leche, yogures y mascarillas
Parte de las donaciones que recibían se han suspendido con la crisis del coronavirus. Además, desde febrero las dos hermanas encargadas de recoger las donaciones por Pamplona, ya no salen

- A.O. Pamplona
Dedicadas en exclusiva a los ancianos necesitados y acostumbradas a confiar en la providencia para sacar adelante su cometido, el trabajo de las Hermanitas de los Pobres cobra estos días un valor añadido, con una pandemia que ha mermado buena parte de las ayudas que hasta ahora recibían para sobrellevar el día a día.
El dato más importante, ante un panorama que coloca las residencias de ancianos como uno de los puntos más vulnerables de esta crisis sanitaria, es que los 64 residentes, las 13 hermanas y los 34 empleados de la residencia de Pamplona, en la avenida de Guipúzcoa, están bien. Lo confirmaba ayer la superiora, la madre María Dolores Ponce, que relata cómo ha cambiado el coronavirus la forma de vida en la casa y se muestra orgullosa de lo bien que han acogido estas alteraciones los residentes.
“Estamos bien, todos bien. Los ancianos, el personal, todos. Y además tenemos la residencia llena en estos momentos”, dice la superiora.
LECHES, YOGURES Y GALLETAS
Pero cada día, su cargo al frente de lo que considera una gran familia, le suma nuevos retos a los que hace frente con toda la energía posible. Y con ese mismo tono cariñoso con el que explica que están acostumbradas a vivir de la caridad, María Dolores Ponce dice que desde hace un tiempo no reciben la donación diaria que les llegaba de un supermercado y que llenaba los frigoríficos y la despensa de la residencia.
“Nos dijeron que cerraban las donaciones hasta que terminase todo esto y aunque hay colaboradores que lanzaron una llamada, hemos empezados ya a notar algunas necesidades. Aquí por ejemplo nos llegaba a diario carne, que aunque era en pequeñas cantidades íbamos guardando en el congelador para acumular y luego cocinarla. Pero también nos mandaba yogures, queso fresco, y toda la bollería que se consume en la residencia. Ahora nos falta leche y yogures, que son productos que los ancianos consumen a diario. Galletas todavía tenemos, pero también empezarán a faltar. Y como queremos evitar utilizar las servilletas de tela, nos hacen falta servilletas de papel”, enumera con precisión la directora.
APORTACIONES
El confinamiento obligado por el estado de alarma ha supuesto para la residencia de las Hermanitas de los Pobres una importante disminución de los ingresos que provienen de las ayudas de los bienhechores que colaboran habitualmente con la congregación.
“Vivimos de la caridad y en buena parte de lo que consiguen traer a casa las dos hermanas que se dedican todos los días a recorrer las calles de Pamplona y visitar los domicilios de los benefactores para pedirles su ayuda. Pero desde febrero esas dos hermanas no pueden salir y muchas de esas aportaciones no nos llegan porque son de gente mayor que no tiene otro medio de entregarlas que en mano”.
El llamamiento de María Dolores Ponce se convierte aquí en ruego, al pensar que en dos días tendrá que hacer frente al pago de las nóminas del personal y que la compra de alimentos para los residentes es un gasto forzoso. “Los navarros, y en especial los pamploneses siempre se han portado muy bien con nosotras”, agradece.
TAMBIÉN MASCARILLAS
Toda esta situación tan especial no ha impedido que la residencia haya adoptado las medidas para evitar los contagios del coronavirus. Hace 20 días se cortaron por completo las visitas, tanto de familias como de colaboradores, y se hicieron los cambios necesarios en el comedor para que los residentes guardaran entre si la distancia recomendada, además de organizar dos turnos en cada comida. Sin embargo, desde hoy sábado las comidas se van a servir en cada habitación.
“Los ancianos lo van a entender. Les estamos explicando lo que pasa y ellos lo ven también por la televisión y nos agradecen que estemos tomando estas medidas”, reconoce la superiora.
Peor solución parece que tiene de momento la escasez de mascarillas, un problema que también afecta a la residencia de la avenida de Guipúzcoa. “Prácticamente no tenemos. El Gobierno de Navarra nos envió 150, pero apenas nos da para una semana y ayer nos regalaron unas cuantas que llevan una pantalla de plástico, pero no son tan seguras porque no son cerradas. Toda esta situación es muy triste”, lamenta María Dolores Ponce.
La misa desde la habitación y WhatsApp para ver a la familia
La confinación de los 64 residentes de la casa de las Hermanitas de los Pobres en Pamplona no está siendo complicada. Ni siquiera lo será hoy, cuando ya no puedan verse a la hora del desayuno, la comida o la cena y allí intercambiar sus impresiones.“Estamos organizados de manera que ellos están muy bien atendidos y a partir de hoy les llevaremos la comida a la habitación, en bandejas. Hasta ahora se mantenían las distancias recomendadas, pero los últimos protocolos nos obligan a evitar los lugares comunes”, explicaba ayer la superiora, María Dolores Ponce.
También desde las habitaciones los residentes pueden seguir la misa que celebra el capellán en la propia casa a diario. “Tenemos un sistema de megafonía interna, pero incluso la pueden seguir por televisión por una red interna”, añade la superiora.
Más novedosa es la comunicación que desde hace apenas unos días, esta sí con motivo del coronavirus, mantienen con sus familiares a través de la cámara de WhatsApp de un teléfono que acaban de comprar las hermanas. “No lo teníamos y nos hemos dado cuenta de que era una necesidad en estos tiempos y la verdad es que es una alegría verlos comunicarse, aunque ya la residencia es su familia y entre ellos se ayudan y se dan ánimos. El personal es además excepcional”.
Otra adquisición que van a estrenar hoy mismo es un termómetro láser con el que van a tomar la temperatura al personal de la residencia antes de entrar en ella, en cada turno. “Es una medida más para evitar que el coronavirus entre y se contagie algún anciano”, dice la superiora. Por la mañana, además, se pondrá en contacto con el Gobierno de Navarra, como cada día, para informar que todo va bien.
CLAVES
Residencia. La casa de las Hermanitas de los Pobres está en la avenida de Guipúzcoa. El actual edificio se construyó entre 2007 y 2010 en la parcela donde había estado la anterior residencia, inaugurada en 1884.
Ancianos sin recursos. La congregación fue fundada por Santa Juana Jugan, canonizada en el año 2009, y atiende sólo a ancianos sin recursos.
Asociación. Dispone también la congregación de una asociación para que los laicos participen con las hermanas a través de diversas fórmulas: en las tareas hospitalarias, en la animación pastoral, recreativa, cultural o con el servicio directo en la casa.
Ocupación. En estos momentos la residencia está completa, con sus 64 plazas ocupadas, las últimas el pasado 17 de febrero.
Todos ellos son atendidos por una plantilla de 34 personas, además de por las 13 hermanas que en estos momentos viven en la casa de Pamplona.
Sigue las recomendaciones de las autoridades sanitarias ante el coronavirus. Frente a las noticias falsas, haz caso solo a fuentes oficiales y a la información, veraz y contrastada, de los medios de comunicación. Si tienes dudas o presentas síntomas puedes llamar a tu centro de salud en días de labor; si solo requieres información, llama al 948 290 290; si tienes síntomas claros, si has viajado a una zona afectada o has tenido contacto con alguien que ha dado positivo, puedes llamar al 112. La manera más eficaz para evitar la propagación del coronavirus es el lavado de manos con jabón; las mascarillas se recomiendan cuando hay síntomas o contacto con personas mayores con bajas defensas.