Edición impresa

Actualidad Navarra, Pamplona, Tudela, Estella, Osasuna, Deportes, Gobierno de Navarra, Ayuntamiento de Pamplona, Política, Economía, Trabajo, Sociedad.

Maneras de influir

Los pamploneses hermanos Jaso, seis años en lo más alto del YouTube español

Aunque dijeron adiós a su canal conjunto en diciembre de 2022, Fernando y Judith Jaso continúan subiendo contenido a sus canales y compartiendo publicaciones

Ampliar Los hermanos Judith y Fernando Jaso Romero posan en una playa.
Los hermanos Judith y Fernando Jaso Romero posan en una playa.CEDIDA
Actualizado el 22/05/2023 a las 13:24
Con 15 y 19 años, cuando cualquier pareja de hermanos adolescentes discuten por compartir baño, wifi y habitación, ellos decidieron darse el uno al otro un hueco en YouTube. Y fue un éxito. “Con su ratos de riñas y los de diversión”. Fernando Jaso Romero, el mayor, define a su hermana pequeña, Judith, como la persona más paciente que haya conocido jamás, “sobre todo conmigo”, (ríe). “También es la que consigue todo lo que se propone”, y ahí hay admiración. Ella, por su parte, ve en su hermano mayor “un referente”. “Con un punto de locura, sí, pero tan bueno que, a veces, es tonto”, le dice con una sonrisa cómplice. Tras seis años caminando uno al lado del otro, los hermanos Jaso dijeron adiós a su canal conjunto de YouTube en diciembre de 2022. Aun así, hoy se pasan a saludar por el perfil del otro en Instagram (donde Judith tiene 457.000 seguidores y Fernando 229.000) y TikTok (717.000 Judith y 486.000 Fernando).
¿Cómo empezaron en redes?
Judith Jaso (J.J.): Fue en mi adolescencia, tenía 14 años y era seguidora de cuentas de YouTube como Yoya o Yelow Melow. Me encantaban. Siempre hemos estado muy habituados a salir delante de la cámara porque mis padres eran aficionados al vídeo y nos grababan desde pequeños. Así que para nosotros fue muy natural decir: venga, me pongo delante de la cámara y me grabo. Eso sí, cuando quise dar un paso más y subirlo a YouTube tuve que pedirles permiso a mis padres. Ellos me apoyaron, pero me pidieron que lo hiciera bajo la supervisión de mi hermano Fernando. Me inicié sin poner cara a mis vídeos porque me daba vergüenza qué pensaría la gente si aparecía delante de la cámara. Pero cuando me lancé a subir otro tipo de contenido más divertido, la gente me empezó a conocer y decidí aparecer.
Fernando Jaso (F.J.): Y ahí es cuando llegué yo. Hicimos un reto de hermanos para su canal que recibió muy buenas criticas y la gente me animó a que me abriera mi propio canal. Así que dije: ¿por qué no? Primero tuve un canal individual y en septiembre de 2016 nació el canal de YouTube ‘Hermanos Jaso’.
¿Qué contenido comparten con sus seguidores?
J.J: Yo publico contenido relacionado con estilos de vida, rutinas de maquillaje, peinados, etc. Y el canal conjunto estaba orientado a la diversión. Quizá por eso fue conjunto, porque de los dos, él es el divertido y yo soy la seria.
F.J: De hecho, creo que eso fue lo que atrapó tanto a la gente, que somos dos hermanos muy parecidos, pero muy diferentes al mismo tiempo.
En diciembre de 2022 decidieron decir adiós a ese canal conjunto, ¿por qué?
J.J.: Lo empezamos con 16 y 21 años, y en una etapa vital muy distinta de la que estamos ahora. Han sido seis años de vídeos conjuntos en los que nuestro contenido también ha evolucionado, como la propia plataforma. Ya no nos veíamos tan ligados a hacer los retos de entretenimiento que hacíamos con 15.
F.J.: Nos lo pasábamos muy bien, eso es cierto, y a mí me sigue gustando distraer a los demás en redes, pero lo hacemos de otra manera. Por ejemplo en TikTok, donde seguimos apareciendo en el canal del otro muy a menudo.
¿Creen que vivir todo este proceso de crecimiento en redes sociales juntos ha ayudado?
J.J.: Es verdad que ha sido algo progresivo, no nos llegó de un día para otro, así que ha sido más sencillo hacernos a la idea. Aun así, sí que ha sido bonito poder compartirlo, y sobre todo vivir juntos las experiencias que hemos tenido gracias a este trabajo. No es lo mismo vivir una gira en solitario que hacerlo con tu hermano.
F.J.: Y en lo malo también tienes ahí al otro para apoyarte.

¿Qué busca la gente que acude a sus perfiles?
F.J.: La gente busca esa conexión de hermanos que transmitimos por la pantalla. Y nuestra naturalidad. Cuando empezamos en YouTube no había muchos canales de hermanos, al menos en España. Era un ‘target’ que no estaba cubierto.
J.J.: Siempre he sido una creadora de contenido. Cuando empecé era una creadora de 15 años con sus problemas de 15, del día a día en el instituto. Después llegó la universidad… Creo que la clave es que sientes esa cercanía o conexión con una chica de tu edad, que está viviendo las mismas cosas que te pasan a ti. Sentían que era una amiga más.
¿Han llegado a saturarse en algún momento?
J.J. Es muy complicado compaginar este tipo de trabajo con los estudios. Recuerdo el año de segundo de bachillerato como horrible. Siempre tenía la sensación de que no podía más, pero acababa haciéndolo. Eso sí, con organización y gestionando el estrés como he podido, aunque es verdad que trabajo mejor bajo presión. Y siempre me decía a mí misma que tenía que valorar esto porque nos ha dado experiencias muy bonitas.
¿Qué no se ve detrás de la pantalla?
F.J.:Las horas que hay detrás.
J.J.:También somos conscientes de que este trabajo es una suerte. Nuestro padre tiene un taller y llega a casa reventado porque es un trabajo mucho más físico, por ejemplo. El nuestro es más mental. Y creativo, sobre todo. Al final llevamos pensando y publicando contenido, practicamente a diario, ocho o nueve años.
F.J.:Y estar todo el rato con el teléfono pegado al cuerpo. Yo no concibo el teléfono como un momento de desconexión, ni ahora ni cuando era adolescente. Siempre ha estado ligado a nuestra vida profesional.
¿Cuál es la parte menos bonita o más difícil de gestionar?
Lo más difícil de gestionar es que la pantalla hace que se pierda un poco la humanidad. La pantalla hace que nos volvamos más crueles. Y eso que nosotros siempre hemos tenido una comunidad muy bonita donde no ha habido muchas críticas ni comentarios irrespetuosos. Pero evidentemente con 16 años no nos afectaba igual que ahora.
¿Cuándo pensaron que esto podía llegar a ser un trabajo?
Cuando empezamos con las colaboraciones o campañas, como el mundo influencer estaba empezando a andar y era todo tan inestable y desconocido, que no lo veíamos como una profesión.
De hecho, nunca pensamos que nuestro hobby se iba a acabar conviertiendo en un trabajo. Después empezaron a aparecer las agencias de representación y el sector se profesionalizó. Hemos vivido en nuestras carnes cómo ha evolucionado.
¿Creen que ser influencer se ve como un trabajo menor?
J.J.: Depende de la generación a la que se lo preguntes. Si se lo haces a alguien más mayor que nosotros, que no tenga contacto con alguien que se dedica a esto, probablemente te diga que sí, que es un trabajo menor. Obviamente nuestros padres nos ven las horas que dedicamos a nuestros perfiles y saben que no es así. Se trata de un trabajo nuevo, desconocido y ellos lo ven así. Pero si se lo preguntas a una generación más joven, probablemente te diga que es un sueño dedicarse a las redes.
¿Cuáles son las claves para conectar con la audiencia?
Primero, naturalidad, donde además creo que lo más importante es no buscarla; y segundo, el trabajo, porque hay que ser muy constante y profesional para que el contenido sea bueno. Pero tampoco creemos que existan unas claves para conseguir una comunidad fiel, porque cuando dependes de que a la gente le guste tu trabajo, no lo puedes forzar. Si te vas a meter en redes con el objetivo de conseguir millones de seguidores, te decimos desde ya que no va a funcionar porque vas a estar obsesionado y lo vas a transmitir a través de la pantalla.
volver arriba

Activar Notificaciones

Continuar

Gracias por elegir Diario de Navarra

Parece que en el navegador.

Con el fin de fomentar un periodismo de calidad e independiente, para poder seguir disfrutando del mejor contenido y asegurar que la página funciona correctamente.

Si quieres ver reducido el impacto de la publicidad puedes suscribirte a la edición digital con acceso a todas las ventajas exclusivas de los suscriptores.

Suscríbete ahora