Maneras de influir
La antiinfluencer navarra que se toma el humor muy en serio
La pamplonesa Laura Santolaya del Burgo está detrás del personaje de P8ladas, con quien comparte humor a través de sus viñetas en redes sociales

Actualizado el 06/05/2023 a las 11:35
Mientras que P8ladas es “irreverente, un poco corrosiva y rebelde”, la pamplonesa Laura Santolaya del Burgo (1982) se define como una persona “bastante alegre y perseverante”. Fue la afición al dibujo de la segunda la que dio vida a la primera en 2008. Aunque tienen poco en común, confiesa que, sobre todo al principio, empleaba al personaje para decir en voz alta las cosas que no se atrevía. Hoy, la viñeta cuenta con personalidad propia. P8ladas, con Laura Santolaya detrás, es uno de los personajes más famosos de las redes sociales. Su humor, especialmente pensado para los que saben reírse de sí mismos, retrata a una generación y roba carcajadas a través de la pantalla del móvil a sus casi 400.000 fanes. Tras cuatro libros de viñetas, se arriesgó con su primera novela en 2021 y el mes que viene publica la segunda, ‘Cara de Susto’.
¿Cómo surge el personaje de P8ladas?
P8ladas nace cuando me asenté en Madrid, en 2008. Decidí entonces abrirme un Fotolog y escogí el apodo que utilizaba mi abuela materna para llamarme: “Potxola”, pero añadiéndole el número 8, que siempre me ha obsesionado. Y salió ‘P8ladas’. El personaje contaba las vivencias de una persona que pasa de vivir en una ciudad pequeña a la gran ciudad. Y de ahí pasé al blog, a Facebook, Instagram… En 2012, P8ladas creció porque gané el premio ‘Se busca talento’ del periódico El País y una editorial se puso en contacto conmigo para publicar mi primer libro.
¿Fue cuando se profesionalizó la cuenta?
Fue cuando empecé a cobrar por mis dibujos. Aunque siempre he compaginado P8ladas con mi trabajo. En aquel momento trabajaba en una consultoría, una de las Big Four, y ahora lo hago en una agencia de publicidad. Durante mucho tiempo la gente me preguntaba que por qué compaginaba ambos si me daba para vivir de mis dibujos, pero nunca he entendido por qué tenía que elegir entre dos trabajos que me encantan. Uno me permite escribir y dibujar, aunque tenga que trabajar en soledad, que es lo que menos me gusta; mientras el otro me permite compartir tiempo con un equipo, reírme con mis compañeros y aprender muchísimo de redes sociales. Durante un tiempo llevé esa otra parte de mí escondida porque, primero, era una manera de contar las cosas que me pasaban sin dar la cara, de hacerlo a través de mis dibujos; y, segundo porque me daba vergüenza, parecía que dedicarse al humor era una cosa menor, y es una estupidez. Como si fuera algo fácil o simple. Siempre me he tomado el humor muy en serio.
Pasa parecido con las redes, ¿parece un trabajo menor?
Hace un tiempo publicasteis un artículo en el que me mencionabais como una de las influencers navarras. Igual en otro momento de mi vida, supongo que hace años, me hubiera dado vergüenza que me asociaran con la palabra influencer, pero luego pensé que he trabajado mucho para llegar hasta donde estoy. Durante un año me propuse hacer una viñeta al día, por ejemplo, y eso implicaba dibujar a las 2 de la mañana, despertarme a las 6, o incluso llegar de fiesta y ponerme a dibujar. Lo hice porque así lo decidí en su momento y porque la comunidad de P8ladas empezaba a crecer, pero mi objetivo nunca ha sido tener seguidores o ser influencer; me cuesta pensar que soy capaz de influenciar en alguien. Me abrí las redes sociales con la intención de compartir las cosas que me sucedían y para divertir a otras personas.
De hecho, ¿se definía como la 'antinfluencer', no?
Durante un tiempo acompañaba a restaurantes a mi amigo Manu, de Secretos de Madrid, y él siempre hacía la foto perfecta de los platos para el blog. Me parecía cómico, así que empecé a hacer todo lo contrario: publicar el plato vacío, etc., y a reírme un poco de ese mundo. Creo que que hoy en día la palabra influencer tiene una connotación negativa. Qué es ser influencer. Es un mundo increíble porque hay gente de todo tipo, personas que publican sobre ciencia, sobre nutrición, sobre miles de cosas que conocen, pero a muchos de estos les cuesta identificarse con ese término porque están muy lejos de dedicarse solo a sacar una foto y publicarla en redes sociales. No quiero decir que eso no tenga trabajo, por supuesto que lo tiene, pero tengo la sensación de que la gente más joven piensa que sacarse fotos y tener seguidores es sinónimo de éxito, y está muy equivocada.
¿De dónde saca tiempo para P8ladas y para Laura?
Durmiendo muy poco, bebiendo mucho café y usando mucho maquillaje. El año pasado se publicó mi primera novela que fue ‘Bomba de humo’ y recientemente sale publicada la segunda,‘Cara de susto’, así que me he dedicado a escribir y he dejado más apartada a P8ladas porque no me daba la vida. Pero durante muchos años le he dedicado todo mi tiempo libre. Siempre me he divertido mucho, así que para mí no era exactamente un trabajo, sino un hobby, y siempre me ha costado mucho separar el ocio de P8ladas. Supongo que para alguien que no se dedique a esto puede parecer raro pasar el fin de semana sentada en el ordenador.
¿Dibujaba antes de que naciera P8ladas?
Me acuerdo de que con 15 o 16 años copiaba los dibujos del cuadernillo de mi abuelo, que aprendió a dibujar por correspondencia. Todavía los conservo. Eran dibujos a carboncillo y a lápiz, muy realistas, pero nunca dibujé de otra manera, siempre era muy realista. Hasta que termine la carrera y empecé a crear ese personaje.
Hacer humor es complicado, ¿lo es más en redes sociales?
Cada vez me resulta más complicado que alguien no se ofenda, pero no puedes hacer humor pensando en quién se va a ofender porque entonces no harías nada. Mucha gente habla de los límites del humor, pero el humor es un género de ficción. Cuando estás viendo una película o lees un drama, nadie dice: “hay que poner límites al drama”. En el humor la gente se siente identificada y se avergüenza. Pero no pienso que el humor deba tener límites. Además, hay que pensar con qué intención entras a mi cuenta, que es un perfil de humor. El objetivo no es ofender, es hacer reír.
¿Es TikTok lo que fue el blog en los 2000?
Puede ser. Reconozco que todavía es una red en la que no me he metido mucho, pero supongo que es la evolución natural de todos los que nos dedicamos a las redes sociales. Lo que pasa es que TikTok ha cambiado la manera de comportarnos. Ha habido una ‘tiktokización’ de todas las redes sociales: Instagram, con los reels, Youtube con los vídeos cortos, incluso Facebook. Todo ha cambiado al formato vertical y a los vídeos cortos. Hay una hipervidealización. Todo tiene que ser consumido de manera fácil, rápida, y eso lo ha impuesto TikTok. Así que sí, supongo que puede ser como el blog de los 2000 (ríe).
¿Cómo ha sido la transición de la ilustración a la novela?
A mí siempre me ha gustado escribir y por eso empecé con el blog, pero me hice más conocida a raíz de mis dibujos y por eso parecía que los primeros libros tenían que seguir esa línea. Recuerdo el día en el que mi editor me llamó y me propuso hacer otras cosas. Me dijo que habían pensando varias opciones y entre ellas estaba la de la novela. Me quedé petrificada. Me daba mucho miedo porque me movía en el mundo de la viñeta, pero recuerdo que le dije: vamos a por ella. ‘Bomba de Humo’ funcionó muy bien, así que me animé con la segunda. ‘Cara de Susto’, que sale a la venta el próximo 8 de junio.
¿En las novelas es más Laura que P8ladas?
Soy de una generación, de la de los nacidos en los 80, que no estamos acostumbrados a expresar lo que sentimos, así que al principio utilicé el personaje para hacerlo. Después, con el paso de los años, éste fue adquiriendo mucha independencia y una personalidad. Ahora, todo está enfocado en el personaje. Por eso con la escritura he vuelto a mí y me ha costado mucho. Es un proceso muy complicado, y aunque los personajes de las novelas tienen su propia vida, también tienen algo de autobiográfico porque escribes desde lo más profundo, desde tu yo más secreto y es inevitable. Pero ninguno de mis personajes soy yo misma.
