Agroalimentación
La sequía ya ha arruinado campos de cereal en secano en el sur de Navarra
En regadío, los agricultores deben decidir en estos días si poner maíz y verduras u otros cultivos que consuman menos agua porque se prevé una reducción de la dotación. La falta de precipitaciones puede condicionar el mapa de cultivos de verano

Publicado el 05/04/2023 a las 06:00
Momento crítico, de máxima preocupación en el sector agrario de Navarra. No llueve, marzo ya ha exhibido temperaturas inusualmente altas -algo que evoca lo ocurrido en mayo del año pasado- y los embalses almacenan un 15% menos de agua que lo habitual por estas fechas . Un escenario plagado de incertidumbres que ha encendido las alarmas del sector agroindustrial y que ha empezado a provocar pérdidas. El cereal (trigo y cebada) de toda la mitad sur de Navarra - de Tafalla hasta Cortes- ya presenta daños, mucho más cuantiosos conforme más al sur nos adentremos. En la zona de Tudela, Corella, Ablitas y Cabanillas hay campos que se dan por desahuciados y, salvo que se registren unas copiosas tormentas con más de 40 litros por metro cuadrado, será complicado que entren las cosechadoras.
En la Cuenca de Pamplona -el conocido como granero de Navarra- las lluvias del pasado fin de semana han dado un respiro. El cereal presenta un buen estado vegetativo, pero el suelo de estos secanos carece de reservas hídricas y, si en el plazo de unos quince días no vuelve a llover, empezará a resentirse.
La situación no se queda ahí. Al margen de los devastadores efectos que se temen para el cereal de secano si abril no deja de forma inminente precipitaciones, el otro gran problema se cierne sobre los campos de regadío. Los agricultores se encuentran en el momento crucial de decidir qué cultivan en los campos de regadío para este verano. Una apuesta complicada a tenor del deficiente llenado que presenta la generalidad de los embalses navarros, así como el embalse del Ebro, del que se riegan unas 40.000 hectáreas en Navarra y se abastecen unas 75.000 personas de distintas localidades riberas.
“Los datos hablan claro: el embalse del Ebro necesita para una campaña de riego en toda la cuenca 230 Hm3. Ahora tiene 210. De esa cantidad, hay que restar los 70 que se destinan a consumo de boca para los ciudadanos. Quedan 140 Hm3 para el riego, un 60% de las necesidades”, expone Jorge Salcedo, secretario de la comunidad general de usuarios del Canal de Lodosa. Hoy, las comunidades de base de este canal de Navarra, Aragón y La Rioja se reúnen para abordar la posible rebaja de la dotación de riego para el verano.
El dilema de los agricultores de regadío se centra, por tanto, en sembrar o plantar los cultivos clásicos de verano, como el maíz, un gran consumidor de agua (entre 6.400 m3/ha en la zona de Adiós hasta 7.800 en el área de Tudela). El sustituto natural del maíz es el girasol que, según datos de Desarrollo Rural, consume entre 4.500 y 6.000 m3/hectárea. Desde el mundo cooperativo se da por hecho que la baja pluviometría más las insuficientes reservas reducirán entre el 20 y 30% de la superficie de maíz con respecto a otros años.
También en estos días es el momento de plantar hortalizas y verduras como pimientos, tomate, alcachofas, cebolla y remolacha. “La decisión de qué cultivo poner la harán los agricultores conforme a los datos de dotación que les planteen sus comunidades de base” , expone Salcedo.
Itoiz se escapa a la situación general. A pesar de estar más bajo que otros años, parece que será capaza de suministrar agua sin problemas a las casi 30.000 hectáreas puestas en riego, según apuntan desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Este martes se reunió la Mesa de la Sequía, a la que asistieron representantes del sector para una puesta en común de la situación de sequía, de los daños ya ocasionados y, sobre todo, de las consecuencias que puede tener un verano pluviométricamente complicado, donde habrá que optimizar cada gota de agua.

Ana Hernández (regantes de Corella): "Es una angustia. Todo el día mirando al cielo"
“Es una angustia. Todo el día mirando al cielo en busca de una nube que no llega. La situación es crítica. Mientras no llegue el Canal de Navarra a la Ribera no tenemos otra opción que confiar en que llueva y nieve mucho”. Con estas palabras describe la secretaria del sindicato de riegos de Corella, Ana Hernández , la desesperación de los regantes de la localidad ribera.
“Aquí el regadío es muy tradicional, salvo unas 300 hectáreas que se riegan del Canal de Lodosa y, tal y como está la situación, que cada vez llueve menos, aquí se ponen cultivos que necesitan poca agua, como almendros, olivos, viña y frutales”, explica la portavoz del sindicato.
Cuenta que el campo está “muy seco”, que se teme haya restricciones de agua en verano. “Es muy complicado porque no puedes dejar que un árbol, que cuesta muchos años sacarlo adelante y que se supone debe dar frutos muchas campañas , se seque. Hay que salvar la campaña, aunque se pierdan algunos kilos”, agrega. Ángel Áznar Alegría, secretario de la comunidad de regantes de Ablitas, se suma a la preocupación de sus vecinos corellanos. “En realidad, estamos en todos los pueblos del sur de Navarra prácticamente igual: rezando para que llueva de forma significativa lo antes posible”, apunta.
Aznar explica que “nunca” había conocido la situación de sequía en el embalse del Val, puesto en marcha en 2005 y que se encuentra al 63% de su capacidad. “Además, el manantial de Vozmediano, donde nace el río Queiles, presenta un caudal de 750 litros /segundo, la mitad de lamedia en los ultimos años”, comenta. Con esta situación, según Aznar, “no se puede garantizar el riego para los cultivos de verano y la situación de los cereales de invierno es ya dramática”.