Turismo Navarra
Las laderas de Ezkaba Txiki

Actualizado el 13/05/2020 a las 09:53
Aunque Pamplona puede presumir de ser una de las ciudades del país con mayor índice de árboles por habitante, si preguntáramos a los pamploneses dónde pervive, en el término municipal, una mancha de robledales silvestres, no plantados por nuestros jardineros, sino de crecimiento espontáneo, muy pocos sabrían contestar. Los últimos bosques de robles autóctonos de Pamplona, quizás también alguna de las últimas manchas de cultivos no hortícolas que sobrevivieron en el municipio, en forma de pequeñas viñas y algo de cereal, se asentaron en las faldas de lo que muchos conocen hoy como Ezkaba Txiki, la cota oriental, más modesta que la cima del monte Ezkaba. Es la zona de monte bajo la que discurren los túneles de Arre. Proponemos aquí un paseo por las laderas meridionales de esta elevación que nos permitirán, además de disfrutar de vistas elevadas, pero cercanas, de los barrios del norte de Pamplona, entrar en contacto con esos recuerdos de nuestro pasado agrícola. Hemos de agradecer la inestimable colaboración de Mikel Belasko al sugerir la idea y las indicaciones de este recorrido. Iniciaremos la descripción desde la pasarela 'Ochoa de Olza'. De los numerosos pasos elevados que salvan la barrera de la Ronda Norte, este, ubicado en el parque Iñaki Ochoa de Olza, se distingue por al acceso a la zona elevada de paso a través de tres vueltas completas de una rampa en forma de helicoide. Se sitúa en el límite entre los municipios de Pamplona y Ansoáin. Pintada en color negro, se puede llegar a ella desde la urbanización: Ezkaba.
EL RECORRIDO
Km 0 – Pasarela ‘Ochoa de Olza’ (Altitud: 432 m). Utilizando la misma cruzamos al otro lado y seguimos camino de gravilla oscura que gira a la izquierda para encontrar un cruce en pocos metros. A la derecha, vamos siguiendo el camino que asciende trazando eses. Hay numerosas sendas, pero el objetivo es el pequeño colladito que queda a la izquierda del Polvorín. Para llegar al mismo nos desviamos del camino cuando alcanzamos la tercera de las curvas cerradas que giran a la izquierda (sin contar las que lo hacen a la derecha). Una senda, desde aquí, alcanza el collado antes de llegar al viejo edificio.
Km 1,15 – Ignoramos las sendas que suben a la cresta y seguimos el camino que entra en el pinar sin ascender. Incluso traza un leve descenso. Pronto salimos a terreno despejado, avanzando por la zona recuperada de una vieja escombrera, actualmente repoblada con arbolillos. Al llegar a la pista que sube de la derecha encontramos una placa recordando la iniciativa de la asociación ANAPAR (enfermos de Parkinson). Cerca hay otra que habla del «Bosque-Polo». Hace constar que en 2009 se plantaron 336 árboles que contrarrestaban los 3150 kg anuales de CO2 liberados por los vehículos fabricados en su factoría. ¿Tendrán que plantar más árboles después de las últimas investigaciones?
Km 1,60 – Collado de Azoz. Por aquí pasa el GR 220 (Vuelta a la Cuenca). Sus marcas rojas y blancas nos guían hacia la derecha y lo harán un buen rato. Tomamos por este lado la cresta de Ezkaba Txiki. La seguiremos un buen rato en este recorrido. Alcanzado el lomo caminamos entre robles y cedros (ladera norte, Ezkabarte) y pino laricio (meridional, Pamplona). Irán alternando las especies cada pocos metros. Encontramos rocas salientes que sortearemos, y también restos de alguna palomera.
Km 2,40 – Lo que parece una bifurcación no es sino un ramal para asomarnos junto a una roca a un pequeño mirador sobre Ezkabarte. Seguimos por el lomo. Doscientos metros más adelante encontramos un camino algo más ancho que toma el sentido contrario por la ladera. Es momento de visitar el robledal silvestre que hemos mencionado en la introducción. Por este camino, después de 200 metros, nos podemos detener bajo un conjunto de robles que, sin ser espectaculares, llegan a superar los 10 metros de altura. Son robles pubescentes y, como decimos, vestigios de la vegetación autóctona, los más longevos del bosque original de las laderas. Regresamos de nuevo al lomo y seguimos adelante. Pronto encontramos algunos mojones de término (Ezkabarte-Pamplona). El robledal también coloniza el terreno.
Km 3,40 – Cima de Ezkaba Txiki. El buzón, roto, señala el punto más alto. Debajo entrevemos Villava. La cresta sigue en suave descenso y alcanzamos el término villavés. La carrasca y el pino laricio sustituyen al roble.
Km 4,30 – Un arbolillo tiene una marca del GR que indica desvío a la izquierda. Es momento de olvidar estas marcas. Ignorándolas descendemos de frente y en pocos metros hacia la derecha por los postes amarillos del gaseoducto. Más abajo pasamos sobre la viña de los Uriz-Indurain, la última que queda en la zona. Subimos un poco y seguimos faldeando a media altura.
Km 5,25 – Caminamos por encima de la boca de los túneles de Ezkaba. Podemos encontrar vegetación muy variada, incluso algunas vides asilvestradas, vestigios de los antiguos cultivos. También hay restos de vetustos muretes, ruinas de kapanas (cabañas refugio)…
Km 6,25 – Entra el sendero en un pinar. Vemos al sur, cercano, el Polvorín y enseguida descendemos un poco para salir a la pista que sube al collado de Azoz. Ahora cruzaremos la escombrera recuperada y regresaremos por donde hemos venido.
Km 7,70 – Cruzamos la pasarela y bajamos al parque Iñaki Ochoa de Olza.
DATOS COMPLETOS DE LA RUTA Y SOPORTE GPS: www.rutasnavarra.com
ESCOMBRERA EN EL CANAL DE EZKABA
Durante muchos años el barranco que se abre entre Ezkaba y Ezkaba Txiki fue objeto de vertidos de toda condición. Aquí se tiraban, sobre todo, escombros de obras urbanas, pero también basuras de todo tipo. Hubo un acuerdo de recuperación de la zona. Se controlaron los vertidos, se rellenaron durante unos años las zonas desestabilizadas y se cerró temporalmente el lugar. Finalmente se distribuyó una capa suficiente de tierra fértil y se repobló con especies forestales autóctonas. Hoy el aspecto del canal se presenta acorde con el paisaje que le rodea, a pesar de que siguen dándose furtivos intentos de recordar el lugar como antiguo basurero.