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Turismo rural Navarra

Valle de Roncal, destino de las estrellas

El valle del Roncal posee el certificado Destino Turístico Starlight, en virtud de la gran calidad de sus cielos para observación de las estrellas

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  • Conocer Navarra
Actualizado el 19/02/2021 a las 13:00
(Reportaje publicado en la revista Conocer Navarra nº51 con fecha junio de 2018. Textos de FERNANDO JAUREGUI y fotografías de AMADEO URDIAIN)
Las estrellas no tienen novio
¡Tan bonitas como son las estrellas!
Aguardan a un galán que las remonte
a su ideal Venecia.
Todas las noches salen a las rejas,
¡oh cielo de mil pisos!
y hacen líricas señas
a los mares de sombra que las rodean.
Pero aguardad, muchachas,
que cuando yo me muera
os raptaré una a una en mi jaca de niebla.
F. García Lorca. Primera estampa del cielo.1923
¡TAN BONITAS COMO SON LAS ESTRELLAS!
Algo tiene el cielo estrellado que nos conmueve ahí adentro. El cielo negro plagado de estrellas no deja indiferente a nadie, solo al que no lo mira porque tiene cosas más importantes que hacer, o porque ya se ha acostumbrado a no mirar, o a no ver.
Quizás es que ya no es fácil encontrar lugares en los que las estrellas hacen líricas señas a los mares de sombra que las rodean… porque apenas existen esos mares.
La contaminación lumínica está secando los mares de sombras, está acabando con la oscuridad, la casa donde reside la belleza de la noche estrellada.
¿Cuántos poemas tan bellos como esa maravillosa primera estampa del cielo han dejado de escribirse desde que se perdió el negro de la noche? ¿Qué escribiría hoy un joven poeta como Lorca al mirar al cielo estrellado de la ciudad? Es difícil imaginar que una lírica tan pura, tan vibrante, emane de un cielo teñido de luz artificial. Tenemos que salir de las rejas de luz que raptan la oscuridad de la ciudad para ver en ese cielo de mil pisos las líricas señas que las estrellas nos hacen desde lo alto… ¡Tan bonitas como son las estrellas!
Hace varios decenios que los astrónomos denunciamos públicamente cómo el aumento de la contaminación lumínica está robando las estrellas de nuestros cielos, de nuestras vidas. Muchas veces decimos que nos preocupa más que este paisaje natural tan bello ha desaparecido para la mayoría de la población. Los astrónomos amamos esa vista, nos alejamos de la ciudad lo que haga falta para disfrutarla y la echamos de menos cuando nos damos cuenta que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la vimos. Pero la mayoría lo ha olvidado, o lo que es peor, nunca ha sentido la fascinación que produce dejarte atrapar por ese negro infinito plagado de incontables estrellas. De las universidades ya ha salido la primera generación de científicos, poetas, médicos, arquitectos, artistas, economistas… cuyas vidas discurren totalmente al margen de las estrellas. Muchos de los actores principales de la sociedad del futuro, que ya está aquí, nunca han visto la Vía Láctea cruzando el cielo de sus noches y será difícil, si no hacemos nada, que lo quieran recuperar para sus descendientes. No se puede recuperar lo que no se conoce, lo que no se ama.
Pero el cielo estrellado está ahí arriba todas las noches. Las estrellas son las mismas ahora que hace 50, 100 ó 1000 años, solo hace falta encontrar el lugar adecuado para verlas, para disfrutarlas.

Sábado, 12 de mayo de 2018, 23:00 horas. A tres días de la quinta luna nueva del año.
Una treintena de personas nos apresuramos con linternas de luz roja por la carretera que une el pueblo de Roncal con su cementerio. Ha sido un día de primavera revuelto, con agua, viento y bastante frío (fresco le dicen por aquí). Hay nieve recién caída en Larra que se suma a la mucha que queda todavía después de este largo invierno.
Vamos deprisa porque acaba de abrirse el cielo. Queremos verlo antes de que vuelva a cubrirse. Es una ventana que no vamos a dejar escapar. Hace una semana que la estamos buscando y por fin, aquí está.
El primer curso de monitores de astroturismo “Monitores La Nuit” organizado por Planetario de Pamplona cierra el segundo día de visita al Valle de Roncal. El objetivo es poner en práctica los conocimientos adquiridos durante la semana previa. El cielo estrellado que se reproduce sobre la cúpula de la sala Tornamira del planetario es magnífico, pero no deja de ser una representación del cielo real. Sobre nuestras cabezas, al lado del mausoleo más famoso de Navarra, somos espectadores del maravilloso paisaje nocturno de este valle pirenaico, donde las estrellas se contornean entre montañas, bosques y oscuridad.
Hace solo una semana, la mayoría de los presentes habría visto que la noche estaba estrellada y probablemente habría pasado de largo. En un lugar donde la noche todavía es oscura, es habitual ver las estrellas y la Vía Láctea. Tan habitual como esos espectaculares paisajes diurnos donde la naturaleza lo invade todo y los sentidos se saturan de estímulos. Pero esta noche es diferente. Hoy no solo vemos un magnífico cielo estrellado, hoy la bóveda celeste está llena de formas y figuras familiares, muchas de ellas con varias historias asociadas. Ahí están las estrellas del carro de la Osa Mayor... siguiendo la línea que forman estas dos llegamos a la estrella Polar… con estas otras dos encontramos a Leo, el león… la curva de la cola de la Osa nos lleva a la estrella más brillante de esta noche, Arturo… y siguiendo la misma curva hacia el horizonte nos topamos con Spica, la estrella principal de Virgo… Venus ya se ha puesto tras las montañas del Oeste, pero Júpiter nos saluda desde Libra con su brillo sereno, estable.
Una pregunta flota en el ambiente. ¿Es menos bello el cielo estrellado, ahora que ha dejado de ser un conjunto desordenado de puntos de luz que titilan? ¿Ha perdido su poesía, su magia, su misterio? Ni un ápice, más bien todo lo contrario. Ahora además de belleza, el cielo estrellado está lleno de mitos, de literatura, de ciencia. Un puñado de personas se han preparado para compartirlo, para contárselo a quienes quieran acercarse al Valle de Roncal para disfrutar de su naturaleza, también de noche.
DESTINO TURÍSTICO STARLIGHT VALLE DE RONCAL
La Fundación Starlight, creada por el Instituto de Astrofísica de Canarias, tiene como fin principal la protección del cielo estrellado, la difusión de la Astronomía y la promoción, coordinación y gestión del movimiento Starlight. Para ello, ha creado un Sistema de Certificaciones que pretende, además, generar economía en territorios eminentemente rurales, contribuyendo a la lucha contra la despoblación y desarrollando el turismo de las estrellas o astroturismo.
El proceso de certificación Starlight ha consistido en la realización de auditorías para determinar la calidad del cielo, de las infraestructuras turísticas, del entramado social, empresarial y asociativo de la zona así como de los sistemas públicos y privados de iluminación nocturna.
Los estudios se realizaron durante el año 2017 y demostraron con datos objetivos, lo que ya se intuía por la experiencia diaria y lo que aparecía en los mapas de contaminación lumínica: que el cielo nocturno del Valle de Roncal se encuentra al nivel de los mejores cielos de Europa. Las medidas de oscuridad del fondo de cielo obtenidas en varios momentos del año y en varios lugares del valle así lo atestiguan. En el informe de la auditoría se refleja que se trata de un cielo excepcionalmente oscuro que todos podemos disfrutar y que entre todos debemos proteger.
El diploma que acredita la certificación Destino Turístico Starlight Valle de Roncal fue entregado por el presidente de la Fundación Starlight al presidente de la Junta del Valle de Roncal en el estand de Navarra de FITUR 2018 el pasado mes de enero. El Curso de Monitores sobre astroturismo Monitores La Nuit, se enmarca dentro de las actuaciones dirigidas a aprovechar el magnífico recurso natural del Valle de Roncal, que ahora cuenta con un reconocimiento internacional.
¿POR QUÉ EL VALLE DE RONCAL?
La zona Noreste de Navarra, que coincide con los pirineos más altos de nuestra comunidad, es también la más oscura. En el zenit, a 90º del horizonte, encontramos valores de la oscuridad del cielo que coinciden con los esperados en un lugar sin apenas contaminación lumínica, es decir, valores correspondientes a la oscuridad natural del cielo. Aún así, no se puede decir lo mismo cuando se mira hacia el horizonte, especialmente desde los lugares más elevados como la zona del refugio de Belagua o desde Larra. Allí arriba, el horizonte celeste teñido de luz artificial procedente, principalmente de Pamplona y su comarca hacia el Oeste, y de las localidades francesas del otro lado de las montañas hacia el Norte. Curiosamente, aunque el cielo cenital es más puro en las alturas, el horizonte se presenta más oscuro desde el valle, ya que las propias montañas apantallan la luz de las ciudades lejanas que se ven desde las alturas.
¿Hasta donde llega a verse la luz de las ciudades? ¿Cuanto hay que alejarse de una ciudad para dejar de ver su campana de luz? Por supuesto, la respuesta a esas preguntas dependerá de la cantidad de luz que emita la ciudad. Dado que Madrid, el núcleo de población más importante de la península Ibérica, se encuentra prácticamente en el centro geográfico de la misma, nos preguntamos si desde el Pirineo, desde la misma frontera con Francia, podríamos encontrar un lugar desde el que se viera la vertical de Madrid, sin la presencia de montañas altas ni núcleos de población importantes en la línea de visión. Y efectivamente, ese lugar existe, justo en el balcón natural donde se sitúa el refugio de montaña de Belagua (en proceso de recuperación gracias al proyecto europeo Belaroat). Una noche de febrero de 2016 con la atmósfera especialmente estable y sin rastro de nubes en toda la península realizamos las fotografías del horizonte suroeste desde ese punto. El análisis de los datos en bruto se realizó en el Departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid y dió como resultado que parte del resplandor que tiene el horizonte, proviene del alumbrado de Madrid capital, y del corredor del Henares. Esa luz ha viajado más de 350 kilómetros por la atmósfera hasta llegar a Belagua.
Como vemos, la contaminación lumínica que se genera en una población no es un fenómeno local. Las decisiones locales en el diseño del alumbrado tienen consecuencias incluso a cientos de kilómetros de distancia.
Aún así, el Valle de Roncal, como hemos visto en los estudios de oscuridad del cielo, es el mejor lugar de Navarra para ver las estrellas, el destino ideal para los amantes de la noche.
PIRINEOS LA NUIT
La certificación obtenida para el Valle de Roncal es una de las dos que están previstas durante los tres años del periodo de ejecución del proyecto europeo Pirineos La Nuit: Estrategia Pirenaica para la protección y mejora del medio nocturno. Este proyecto fue aprobado en la Segunda Convocatoria de Proyectos Interreg-POCTEFA de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, financiado parcialmente por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Planetario de Pamplona, a través de la empresa Navarra de Infraestructuras de Cultura, Deporte y Ocio (NICDO sl) ejerce de Jefe de Filas coordinando las acciones en las que también participan las siguientes instituciones:
  • Parc Astronòmic Montsec, Lleida, a través del Consell Comarcal de La Noguera
  • Observatorio du Pic du Midi de Bigorre, Francia, a través del Syndicat Mixte pour la Valorisation Touristique du Pic du Midi
  • Asociación A Ciel Ouvert (ACO), Francia
  • Gestión Ambiental de Navarra (GAN-NIK)
  • Centre Permanent d'Initiatives pour l'Environnement Bigorre-Pyrenees (CPIE65), Francia.
Pirineos La Nuit consta de tres ejes principales:
  1. Científico: Están previstas campañas de medición de la oscuridad del cielo pirenaico que intentarán cubrir la mayor parte del territorio usando diferentes técnicas y aparatos. Esas medidas servirán para calibrar el modelado 3D de toda la cadena montañosa que está implementando un estudiante de doctorado contratado con cargo al proyecto.
Además de las medidas de oscuridad del cielo, se están realizando estudios de afección de la luz artificial en especies autóctonas del Pirineo.
  1. Divulgativo: Charlas, observaciones de estrellas, cursos, seminarios, talleres, exposiciones y un documental de planetario sobre la noche del Pirineo son algunas de las actuaciones previstas en la parte divulgativa de Pirineos La Nuit. En Bagnères de Bigorre está prevista la inauguración de La Maison de la Nuit y en Pamplona se instalará el nuevo planetario digital.
En el Valle de Roncal y en otros lugares del Pirineo se acondicionarán Miradores de estrellas, lugares dotados de un equipamiento sencillo que servirán de punto de encuentro para admirar el paisaje nocturno, tanto terrestre como celeste.
  1. Estratégico: Basándonos en los datos científicos obtenidos en el proyecto y en los conocimientos sobre contaminación lumínica más actuales, propondremos una serie de recomendaciones, manuales de buenas prácticas y modelos para una correcta iluminación nocturna de los espacios públicos. La estrategia pirenaica en defensa de la noche incluye la doble certificación de cielo oscuro en tres espacios del Pirineo: Valle de Roncal, zona del Pic du Midi de Bigorre y Sierra del Montsec, por parte de la Fundación Starlight y la International Dark sky Association (IDA)
Hemos propuesto para el final del proyecto la organización del congreso internacional más importante en materia de contaminación lumínica. En el ALAN 2020 (Artificial Light at Night) expondremos los resultados científicos, divulgativos y estratégicos más importantes del proyecto Pirineos La Nuit.

EPÍLOGO
El inolvidable Carl Sagan decía en su obra Cosmos que vivimos a la orilla del océano cósmico al que solamente hemos logrado asomarnos y a mojarnos las puntas de los dedos en el agua que llega a la costa. Así es, las naves espaciales que enviamos a espiar los planetas en los años 70 están empezando a abandonar el Sistema Solar, nuestra diminuta orilla del océano cósmico. Tendrán que pasar cientos de miles, o millones de años hasta que esas sondas se acerquen a otras estrellas y para entonces, quien sabe como será nuestro planeta y que lugar ocupa en él nuestra especie, si todavía existe.
El viaje por esos mares de sombra de Federico García Lorca se nos antoja muy lejano, inalcanzable a nuestra tecnología actual, pero no a nuestra imaginación. El poeta sueña en primera persona que un día viajará a las estrellas y a ellas les dice que os raptaré una a una en mi jaca de niebla. Federico amaba las estrellas porque las veía, formaban parte de su universo poético porque vivían en el cielo que cubría sus noches. Él se dejaba arropar por el manto de estrellas que todas las noches salían a las rejas, en ese cielo de mil pisos.
Las estrellas hoy también salen todas las noches, nos las vemos, no las miramos, pero ahí están. Para disfrutar de su belleza, para dejarse iluminar por sus líricas señas, por su delicado titilar, ahora tenemos que buscar los lugares donde el cielo sigue siendo negro, asomarnos a la orilla de nuestro océano cósmico para ver los mares de sombra que las rodean donde reside la belleza de las estrellas.
Este verano, este otoño, cualquier noche sin luna, os invitamos a verlas Tan bonitas como son las estrellas!) en el Pirineo de Navarra desde donde están más cerca, Valle de roncal: destino de las estrellas.

El autor, Fernando Jáuregui, es Astrofísico del Planetario de Pamplona, así como Coordinador del proyecto Pirineos La Nuit: Estrategia pirenaica para la protección y mejora de la calidad del medio nocturno (EFA233/16/PLN Financiado con fondos FEDER).
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