Aunque no es la única forma, dicen que los sentidos son la mejor manera de comprobar casi cualquier hecho. Quizá por ello, basta situarse junto a la rotonda de
San Jorge para darse cuenta de que el
tráfico que absorbe la glorieta central de este entramado urbano es
indiscutiblemente elevado.
Según los datos de tráfico de la avenida de Navarra hacia los que miran unos y otros, desde su conexión con Cordovilla hasta su desembocadura a las puertas del barrio de San Jorge, el número de coches prácticamente se ha multiplicado, pasando de 17.000 a cerca de los 40.000 que certifican los vecinos. “Es una locura, sobre todo si pensamos en ruido, contaminación...”, esgrimen los afectados.
Pero más allá de coches, camiones y motocicletas, lo cierto es que
la rotonda ha terminado por dividir al barrio en cuatro zonas. Cuatro ‘quesitos’ que dificultan una convivencia uniforme. “Tanto para el comercio como para el tejido social”, alertan. Denuncia para nada nueva, ya que los vecinos llevan más de dos décadas
reivindicando una solución. Veinte años peleando por que el
Ayuntamiento de Pamplona, con un equipo de gobierno y otro, atienda sus demandas y, de la forma que sea, logre que el trajín de tráfico desaparezca del epicentro de San Jorge.
EN STAND BY
Y es que dentro de este contexto, es obvio que uno de los principales escollos radica en el simple hecho de vivir a uno u otro lado de la gran arteria que divide al barrio: la avenida de Navarra. Recordemos que los espacios de encuentro: civivox, centro de salud, principales supermercados... se localizan en la zona del antiguo patinódromo, es decir, en la parte derecha de San Jorge sentido Landaben. “Es complicado para la gente mayor pasar de un sitio a otro por el subterráneo, las rampas tienen pendientes elevadas”, valoran.
Es por ello que los afectados miran casi sin descanso a las
decisiones que toman en el consistorio. Iniciativas que, dadas las fechas, quedarán postergadas hasta después de las
elecciones de mayo. Pero más allá del color del arco municipal, lo cierto es que el soterramiento del tráfico por debajo de la rotonda (con una gran plaza central que conecte el barrio en superficie) es el objetivo al que aspiraran. No obstante, también ha quedado claro que el tema está más que ‘aparcado’ debido al alto coste y su propia inviabilidad.
FUTURAS ACCIONES
Y es que, si la intención es convertir a la avenida de Navarra en una calle más de Pamplona, con el soterramiento, la intensa circulación podría permanecer intacta. Así al menos lo estima el actual equipo de gobierno, que ya trabaja en pasos de peatones semaforizados “es una opción que no hipoteca futuras acciones y da una solución rápida al problema”, entienden.
Los cuatro nuevos pasos de cebra
Además de ser una primera respuesta al soterramiento que demanda el vecindario, la iniciativa planteada por el equipo de gobierno busca mejorar la accesibilidad entre las cuatro zonas en las que se divide el barrio por las avenidas de Navarra y San Jorge. De este modo, los cuatro nuevos pasos peatonales se situarán en los ejes de la rotonda de San Jorge (también cuatro), cubriendo la separación en los dos sentidos de circulación y facilitando la conexión sin atravesar el subterráneo (donde se reitera lo complicado para personas mayores y vecinos con movilidad reducida). Con fin similar, habrá un quinto paso de cebra junto a la iglesia, donde son constantes los cruces irregulares. Este paso semaforizado, cerca de la calle Doctor Lucea, permitirá atravesar la avenida de San Jorge con seguridad; incrementando la permeabilidad, con cruces regulados cada menos de 100 metros.
Concurso de ideas sobre la rotonda
Está claro que podría ser la solución que tratan de encontrar. La oposición en el Ayuntamiento de Pamplona instó al alcalde a poner en marcha un concurso de ideas, con participación social del barrio, que determine el futuro del problema de la rotonda de San Jorge. Los grupos reconocen que la solución no es fácil por razones de orden técnico y económico, pero recuerdan que en junio se incorporó una partida de 50.000 euros para iniciar el camino. En cuanto a la propuesta de ascensores, será la próxima corporación la que decida.