TSJN
El vecino de Azagra acusado de intentar asesinar a su pareja dice que no recuerda la agresión
Durante el juicio que se celebra contra él en el TSJN, ha asegurado que “nunca” pensó que la hubiera matado, como sí dijo cuando se presentó en la comisaría de la Policía Foral después de los hechos

Actualizado el 02/02/2023 a las 21:48
Santiago Martínez Martínez declaró durante más de hora y media. Detalló su versión de los más de diez años de relación y ofreció una pormenorizada secuencia previa a la agresión muy distinta a la de la víctima. Sin embargo, del momento de la paliza, de los numerosos golpes que asestó a la mujer con un bastón de hierro (“lo hice con los restos del barandado”), dijo no recordar nada. “No sé qué me pasó...”. Cuando despertó y vio a la mujer en el suelo, se marchó del lugar y acabó en la comisaría de la Policía Foral, donde según los agentes dijo que creía que había matado a su mujer. Él no recordaba haber usado esas palabras. Negó que quisiera matarla.
Trasladado desde la prisión al juicio, solo respondió al fiscal y su abogado. Contó que la relación tuvo “muchos altibajos” y que para el verano de 2020 era “bastante mala”. Y de diciembre a febrero, cuando ya no compartían dormitorio, el trato “no era cordial” y las conversaciones “mínimas”. “Ella puso a la venta la casa sin contar conmigo. Yo le decía que quería hacerlo de manera extrajudicial, pero ella no quería...”.
La tarde anterior a la agresión, contó que estuvo corrigiendo exámenes (era profesor) y por la noche se puso a ver la televisión. “Ella llegó y me puso un ultimátum para llegar a un acuerdo (sobre la casa). Si no, dijo que iba a ir al juzgado”.
El acusado relató que esa noche durmió “malamente” y que en una de las veces que se levantó al baño ella apareció y le dijo que al día siguiente iba a llevarse unos muebles, que sacara el coche. El acusado añadió que en la conversación ella expresó algo que, según él, le decía “muchas veces”. “Me dijo que no había tenido huevos de matar a mi exmujer y que quería hacérselo a ella”. Aseguró que subió a la habitación a pedirle “que dejara de vejarle” con esa frase y que a partir de ahí ocurrieron muchas cosas: dijo que ella rompió un cuadro, que tuvieron una conversación “muy larga” en la que, según él, pasaron de recriminaciones a “hacer manitas”, que se tumbaron juntos en la cama, que lloraron y recordaron su relación. “Estábamos tan cerca de llegar a un acuerdo... Hasta que llegó esa llamada”.
Según él, llamó un amiga a su mujer y ella contestó así: “Este hombre me va a matar”. “Me quedé tan sorprendido que le quité el teléfono. Lo iba a apagar cuando veo una sombra gris viniendo hacia a mí... luego supe que era ella que venía con un espejo. Entiendo que me aparté... y ya no sé qué me pasó”. Añadió que no sabe cómo llegó el bastón a sus manos.
Cuando se despertó, vio a su mujer en el suelo. Dijo que no vio mucha sangre. “Me di cuenta de lo que había pasado y me fui, no podía ver aquello”. Cogió el coche y salió “sin rumbo fijo”. “Pensaba que su amiga habría avisado a la policía... pero al caer en que igual no era así, aceleré y fui a la Policía de Estella”. Según añadió, solo quería que atendieran a su mujer.