Cartas de los lectores
Pasividad ante el día contra el acoso escolar

- Miren García Arregui
Vivimos en una sociedad esquizofrénica, enferma de soberbia, conformismo y comodidad. No escribo esto ni por un like ni por un aplauso. Lo hago por mi conciencia, y con eso ya es suficiente.
Veamos los contrastes. 8 de marzo, Día Internacional Contra la Violencia de Género: meses de preparación de eventos, actividades escolares específicamente orientadas a la concienciación de los niños (los niños concienciándose de los problemas de los adultos) durante las semanas precedentes, y salida a las concentraciones el día en cuestión.
2 de mayo, Día Internacional Contra la Violencia Escolar: vacío. Muy triste. Educamos para que mañana sean unos adultos responsables en las áreas en las que nosotros, los adultos de ahora, somos unos irresponsables. Pero no nos preocupamos de que hoy sean niños responsables. Ahora. Con sus iguales. Con quienes se tratan cada día.
Les enseñamos a tener compasión por adultos maltratados, pero no por niños maltratados (sí, de vez en cuando alguna campaña contra el hambre en África; o por los niños de Ucrania; pero poco les hablamos de niños que son humillados cada día en su escuela; niños para los que ir a la escuela es un verdadero calvario). No les enseñamos a identificar el mal cuando lo tienen delante. Y lo que es más importante: no les enseñamos a señalarlo y condenarlo. Les enseñamos a lo que hacemos los adultos: mirar hacia otro lado.
¿Qué creen que harán cuando, de mayores, vean cómo se maltrata a un/una igual? Por cierto, ahora que estamos en tiempo de campañas electorales, ¿algún partido tiene entre sus propuestas modificar el actual protocolo que hay en el Ministerio de Educación contra la violencia escolar? Me temo que no.
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