"La cesta de la compra no da tregua"
"La rebaja del IVA a los productos de alimentación básicos no ha dado el resultado esperado. La situación de precariedad para muchas familias obliga a eludir cualquier triunfalismo del Gobierno"
La inflación es uno de los principales problemas que afrontan las familias desde el comienzo de la guerra de Ucrania. Unas dificultades que inicialmente se centraron en la energía, y que se han trasladado a una cesta de la compra que, pese a las medidas adoptadas por el Gobierno de Sánchez, ha visto cómo los alimentos siguen estando un 15,4% más caros que hace un año. La rebaja del IVA a los productos de alimentación básicos no ha surtido los efectos deseados. El IPCgeneral escaló en su tasa interanual en enero hasta el 5,9%, en buena medida debido a que la ayuda de 20 céntimos al combustible finalizó con el mes de diciembre. Solo la excepción ibérica topando el gas empleado para generar energía eléctrica se ha demostrado verdaderamente eficaz, hasta situar la inflación en nuestro país por debajo de la que soportan los socios europeos. Basta suponer que esa medida no hubiese existido para imaginar una coyuntura económica y socialmente caótica en nuestro país. El Gobierno de Pedro Sánchez y el ministerio de Teresa Ribera tienen razones para reivindicarse como artífices de una iniciativa que está permitiendo sortear los peores vaticinios. Pero sin lanzar las campanas al vuelo, ni mucho menos. El incremento del precio de la cesta de la compra supone un duro golpe para las economías domésticas, y muy especialmente para quienes más dificultades están pasando. La carestía continuada de alimentos frescos afecta además a las necesidades nutricionales de millones de personas. Y la frustración de los ciudadanos es razonable. Máxime, cuando el pescado o la carne han quedado exentos de esta rebaja. Es recomendable que el Gobierno y las administraciones orienten sus esfuerzos a cumplir los objetivos previstos con las ayudas, y no a presentarlas como una baza política partidaria ni triunfalista a las puertas de las citas electorales. La situación de precariedad que viven muchas familias obliga a ello.
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