Vino
La pantera rosa bebe en Navarra
El exsumiller de El Bulli, David Seijas, ha elegido la cooperativa de San Martín de Unx para elaborar un rosado inspirado en la icónica pantera rosa y venderlo en su ‘bodega’ llamada Gallina de piel

Actualizado el 22/07/2022 a las 12:13
El rosado de la Denominación Navarra está de moda. David Seijas, quien fuera el último sumiller del legendario restaurante El Bulli hasta su cierre en 2011, no se ha resistido a buscar una joya rosada para su ‘bodega’ de vinos de diferentes zonas de España. Son vinos por encargo, elaborados con la visión de este prestigioso sumiller y que comercializa a través de su proyecto ‘Gallina de Piel’, un nombre elegido por este catalán de una popular frase de su admirado Joan Cruyff y que delata su peculiar sentido del humor. “Me pregunté: ¿Qué se bebía en España hace 30 años? Tinto de Rioja, blanco del Penedés y rosado de Navarra”, cuenta el sumiller. Su “reinterpretación” del rosado la ha encontrado en una localidad conocida, precisamente, por sus rosados de garnachas: San Martín de Unx.
David Seijas encargó en la vendimia pasada al enólogo de la Bodega San Martín Sociedad Cooperativa, Gonzalo Celayeta, que elaborara un rosado de las siguientes características: “fresco y divertido”. El enólogo le seleccionó unas parcelas y elaboró un rosado sin madera y por sangrando con base de garnacha tinta y una pincelada de garnacha roya y garnacha blanca. “Es frutal, con notas anisadas y un poco herbal. Su color es más bien pálido, tal y como demanda el mercado internacional”, detalla Celayeta, quien ya conocía a Seijas por su colaboración para hacer un vino destinados a Naked Wines, un portal inglés de venta online.
Seijas ha bautizado el rosado como Pinkgall (gallo rosa) y su etiqueta, donde sale un gallo con botines a lo Glober Trotter, está inspirada en la icónica pantera rosa. “Soy muy fan de ese humor casi sin palabras. La pantera rosa gusta a mucha gente. Hemos puesto al antagonista, el hombre huevo, con un pañuelico al cuello y se ve la iglesia del pueblo” detalla el sumiller, quien confía en que este proyecto de 9.000 botellas crezca en los próximos años. “Que alguien como Seijas, que viene del mundo gastronómico y con enorme conocimiento de vinos internacionales y que se relaciona con la alta sumillería, se fije en un vino de la cooperativa es que sabe que el producto merece la pena”, valora Gonzalo Celayeta.