Medio ambiente
Los castores devoran chopos en el campus de la Universidad de Navarra
Un ejemplar aparece roído en la base del tronco en la ribera del río Sadar

Actualizado el 04/04/2023 a las 10:01
Los castores han vuelto a hacer visible su presencia en los ríos de la comarca de Pamplona. Los roedores no se dejan ver fácilmente, pero dibujan el rastro, las heridas en los árboles. Las últimas, en el entorno del río Sadar, a la altura del campus de la Universidad de Navarra, donde un chopo aparecía estos días con el tronco raído en su base. El castor europeo (Castor fiber) es una especie que lima como auténticas sierras troncos de árboles en la ribera de los ríos.

Los castores desaparecieron de la Península Ibérica hace varios siglos, pero fueron reintroducidos en los primeros años de este siglo, en el sur de Navarra, Aragón y La Rioja. En la Comunidad foral se han localizado colonias en los ríos Ebro, Arakil, Ega, Aragón y los de la comarca de Pamplona.
Se trata de uno de los roedores de mayor tamaño, es semiacuático y se alimenta de vegetales y productos leñosos. Pero también arrastran material de la orilla y forman pequeñas presas con las especies arbóreas más abundantes en la zona: alisos, arces, almices. Pude permanecer unos 15 minutos bajos el agua, con su piel grasienta y resistente al agua.
La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona instaló en 2019 cámaras en distintos tramos del parque fluvial con el fin de captar a estos roedores con el método de fototrampeo. Querían conocer algo más sobre los hábitos de esta especie y de otras que habitan las riberas. En todo caso, la entidad subraya que "es una de las especies que ha puesto de manifiesto la importancia del parque fluvial como camino natural de la fauna y la conexión de las poblaciones que se integran en él". Además, desde diciembre de 2020 el castor está incluido en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. No es un okupa, vienen a decir, en las sosegadas aguas del Elorz, el Arga o el Ulzama. Al contrario, las autoridades instan a protegerlo.
Y en un intento de equilibrar su protección y minimizar los daños que produce, tanto el Ayuntamiento de Pamplona como la Mancomunidad han adoptado diferentes medidas de prevención. Ya en 2017 el consistorio puso en marcha la instalación de mallas metálicas alrededor de los troncos, si bien de distinto tipo y con diferentes formas de sujeción.