Suceso
Nervios, chupachups, 20 minutos y 4 niños en un ascensor bloqueado: “Se apagaron las luces y nos quedamos parados”
Aída Quispe Pérez, de 43 años, y sus cuatro hijos, de 6, 4, 2 y 3 meses, fueron liberados por bomberos, policías municipales y servicio técnico del ascensor de su bloque, en la calle Tafalla de Pamplona

Actualizado el 28/02/2023 a las 07:37
El crío de 4 años, que es muy movido, entró corriendo al ascensor, recuerda la madre. Pero eso no es raro en él, asume esta empleada doméstica de 43 años. “Lo raro hubiera sido que hubiera estado quieto”. Así, ella, Aída Quispe Pérez, no cree que en esa carrera infantil esté la explicación de por qué el aparato cerró sus puertas pero en ningún caso inició el trayecto elevándose hasta el cuarto piso, donde habita esta familia, en la pamplonesa calle Tafalla del Ensanche de Pamplona. “Se apagaron las luces y nos quedamos parados, con las puertas cerradas pero sin movernos”.
Sucedió el domingo a mediodía, minutos antes de las 14 horas, cuando regresaba a casa con sus pequeños después de hacer alguna compra en la frutería. Le acompañaban su hija mayor, de 6 años. El de 4. Uno de 2 y el bebé, de 3 meses. “La mayor le echaba la culpa a su hermano por haber entrado corriendo y él se divertía diciendo que iban a venir los policías y los bomberos a sacarnos de allí. Son niños. Tocamos el botón de la campanilla y al ver que no se ponía en marcha y que tenía cobertura en el móvil fui llamando a mi marido (se encontraba trabajando, como chófer de autobús, por lo que se retrasaría algunos minutos), a la Policía Municipal y a los bomberos”.
Mientras daba las alertas, los niños se mantuvieron “bastante tranquilos”. A su favor, declara, jugó la baza de que en la frutería les habían regalado un chupachups y la espera con azúcar siempre es más llevadera. “Yo sí empecé a estar un poco más alterada y cuando conté la situación a los bomberos me olvidé del bebé, les dije que estaba con tres hijos atrapada en el ascensor”, rememoraba. Rápidamente, les dijeron, se desplazarían al lugar. También le sugirieron que se pusiera en contacto con el número de teléfono del Servicio Técnico que se anunciaba en la cabina. Los agentes de policía llegaron en muy poco tiempo y establecieron una conversación desde el portal con la mujer y sus hijos. “Se me hace complicado calcular el tiempo que pasamos allí, pero no creo que fueran más de 20 minutos”. La alerta por la incidencia en la Policía Municipal quedó registrada a las 13.52 horas. Finalmente, cuando abrieron las puertas y recuperaron su libertad, todo quedó en una anécdota. Sus protagonistas, ilesos, este lunes por la mañana ya habían retomado su vida ‘normal’ sin más noverdad que una divertida anécdota que compartir. Aída trabajando. “Me guardo el resto de baja maternal para la época de vacaciones”. Los dos mayores, en el colegio. El tercero, en la guardería y el bebé, en casa, con su padre. El ascensor del edificio funcionaba con normalidad.