Después del cáncer
Personas que han tenido cáncer piden regular el derecho al olvido oncológico
España es unos de los pocos países europeos sin legislación específica, aunque existen precedentes como la relativa a personas con VIH

Publicado el 09/05/2023 a las 06:00
“No puede ser que por haber pasado una leucemia o un linfoma en la infancia, llegues a los 30 años y no te concedan una hipoteca o un préstamo para emprender un negocio. Bastante te trastoca la vida esta enfermedad como para que te sigan poniendo zancadillas y no te dejen pasar página”. Quien así habla es Conchi Biurrun, tesorera de Saray, la Asociación Navarra de Cáncer de Mama. Biurrun pone voz con ejemplos concretos a una antigua reivindicación de las asociaciones de pacientes oncológicos: el derecho al olvido. Es decir, que pasado cierto tiempo, haber tenido un cáncer deje de ser un elemento a tener en cuenta a la hora de contratar un seguro de vida (que muchas veces es exigidos para firmar una hipoteca), un seguro médico u otras pólizas. A día de hoy, les son denegados o concedidos con peores condiciones “de forma discriminatoria”, denuncian.
Biurrun insiste en la idea de que “no se puede meter a todos los pacientes oncológicos ni a todos los cánceres en el mismo saco”. “La supervivencia del de mama, por ejemplo, está ya en una tasa del 85%-90%”. Por otro lado, las probabilidades de recaída depende de muchos factores y también “varían muchísimo” entre unos tipos y otros de tumores. En algunos, incluso, se igualan con las de la población general. Nada de esto se tiene en cuenta en la actualidad. “La legislación y las inercias que tenemos están obsoletas. El cáncer hoy no es lo mismo que hace 30 años”, insiste Biurrun, que recuerda que “cada vez hay más personas que han pasado un cáncer y cada también más jóvenes”.
PLAZO TOPE: 2025
España va tarde. Es de los pocos países de su entorno que no cuenta con legislación específica aún. De hecho, el Parlamento Europeo dictó una resolución el año pasado en la que instaba a los gobiernos miembros de la UE a garantizar el derecho al olvido, y marcaba como plazo límite de tiempo el año 2025. También establecía unas pautas temporales para que el cáncer no sea tenido en cuenta: 10 años después del final del tratamiento y 5 después en el caso de pacientes cuyo diagnóstico se haya realizado antes de los 18 años.
Francia fue de los primeros en legislar, pero también lo han hecho Luxemburgo, Bélgica, Holanda o Portugal. De hecho, algunos están ya modificando ese plazo general de 10 años para hilar más fino según la tipología de tumor. “Francia, por ejemplo, lo ha dejado en uno o dos años para el de mama”, especifica Biurrun.
La ministra Calviño dijo hace poco más de una semana que el Gobierno “hará lo posible por garantizar el derecho al olvido oncológico esta legislatura”. “Las organizaciones sabemos que se está trabajando en el tema y nos alegramos, porque ya vamos con mucho retraso”, asume Biurrun.
EL VIH COMO REFERENTE
En 2018 ya se hizo algo similar con las personas con VIH. La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios fue modificada para recoger esta reclamación, de modo que la norma contempla la prohibición de discriminar en la contratación de seguros a una persona por tener VIH u otras condiciones de salud, si bien éstas no se especifican. El ministro de Sanidad, José Miñones, ha anunciado que ésta es la vía que se va adoptar para legislar el derecho al olvido oncológico. “En colaboración entre el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Consumo, con el cual ya estamos trabajando, lo que pretendemos es extender esa protección a los pacientes oncológicos de cualquier discriminación a la hora de contratar los productos y servicios, como ya se hizo con el VIH y sida. Debemos cumplir con este derecho”, sostuvo.
El CARNET DE CONDUCIR
Para la tesorera de Saray, lo que se hizo con las personas con VIH puede servir “como referente”, pero no cubre todas las demandas. “Hay que aplicar la protección a otros campos, como el carnet de conducir”, concreta.
Se refiere a la imposibilidad que tienen las personas que están recibiendo quimioterapia de renovar el permiso de conducir mientras están en tratamiento. O, como es su caso, a la posibilidad de renovarlo una vez finalizado, pero por periodos de tiempo más cortos. “Otra vez lo mismo. No tiene sentido que nos traten a todos por igual, porque no todas las quimios lo son tampoco”, se queja.
Ella lo ha vivido en su piel. “De los 52 a los 62 años me lo renovaron por 3 años, presentando una analítica. A los 10 años de terminar la quimioterapia, me dijeron que con un certificado médico que avalara que llevaba todo ese tiempo sin recaídas, me lo renovarían para 10 años, como a todo el mundo. Pero llegado ese momento, con 62 años, me dijeron que como estaba cerca de los 65 sólo me lo renovaban por 5. Pero es que tenía 62, no 65”, relata.