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Sodena

Salud abandonó ‘in extremis’ el convenio de las mascarillas: “Era muy arriesgado”

La consejera Induráin recalca que no tenían obligación contractual de quedarse con el 1,7 millones de EPIs almacenadas y sin vender durante dos años

Ampliar La consejera de Salud, Santos Induráin, ayer, en la comisión de Salud del Parlamento foral
La consejera de Salud, Santos Induráin, en la comisión de Salud del Parlamento foraljesús Garzarón
Actualizado el 02/11/2022 a las 22:54
El 28 de abril de 2020 el Servicio Navarro de Salud, a través de su director de gestión económica, concretaba por escrito su participación en el convenio Sodena-CEN-Albyn para traer mascarillas desde China. 
Se comprometían a adquirir el excedente de EPIs siempre que fuesen de uso exclusivamente sanitario. Ocho días después, sin documentación que se conozca, el departamento diluía su presencia en el acuerdo limitándose a firmar una adenda en la que sólo se comprometían a adquirir un 10% de excedentes de mascarilla. 
Y sólo en determinados casos. ¿Qué llevó a la cartera que dirige Santos Induráin a tomar esta decisión desconocida entonces para alguno de sus socios de aventura? Ayer se desveló en el Parlamento de Navarra. 
“El SNS no se sumó al acuerdo por una razón muy vinculada a la razón por la que al final ha fracasado: la operativa de valorar las necesidades de EPIS era muy arriesgada. Es la clave en mi opinión”, declaró este miércoles Gregorio Achutegui, director gerente del SNS.
Sus palabras fueron el colofón a la comparecencia de la consejera de Salud para explicar el papel de su departamento en el caso de las mascarillas de Sodena
Fue una intervención breve en la que Santos Induráin negó cualquier responsabilidad de su departamento en el acuerdo de compra de mascarillas entre Sodena, CEN y Albyn Medical que ha finalizado con casi dos millones de mascarillas almacenadas sin poder vender y 1,8 millones de euros de dinero público perdidos. 
La consejera de Salud se desvinculó del acuerdo y recalcó que hasta tres informes jurídicos diferentes han concluido que Salud no tenía obligación contractual de comprar esos EPIs.
Su argumento sólo lo compró ayer a pies juntillas su propio partido, el PSN. Las otras tres fuerzas en la sala (Podemos e I-E no estuvieron), afearon al Gobierno foral que “esté más preocupado en encontrar culpables que posibles soluciones”. Lo dijo Cristina Ibarrola, de Navarra Suma, pero las críticas fueron muy similares desde Geroa Bai y EH Bildu, socios del Ejecutivo de María Chivite.
“OBLIGACIÓN MORAL Y ÉTICA”
La consejera quiso aprovechar su paso por el Parlamento para “diferenciar temas que están mezclados”. Se limitó a la operación que motivaba la comparecencia, el acuerdo Sodena-CEN-Albyn, que tenía por objetivo ayudar a las empresas en adquirir EPIs en su vuelta presencial al trabajo tras el confinamiento. La consejera de Salud pidió diferenciar tres momentos en los que Osasunbidea tuvo diferentes grados de participación.
“El primer momento fue un proceso compartido con otros departamentos y actores de Navarra, como Sodena, para activar canales seguros y solventes para proveernos de EPIs. Fue en marzo de 2020, cuando se creó un grupo de trabajo. Lo formaban personal de Desarrollo Económico, Sodena, Cámara de Comercio y Salud. Salud solicitó su colaboración para aportar tres canales seguros del mercado chino. Sodena respondió y con los otros dos agentes trabajaron sobre un listado de empresas que cumplían con los requisitos de Salud. Albyn Medical fue una de estas tres empresas ya que operaba en el sector médico-farmacéutico y contaba con los contactos y experiencia necesaria para encontrar los proveedores y gestionar el transporte y la importación de los productos”, explicó.
En un segundo momento, en abril de 2020, Sodena ofreció el plus extra de una línea de financiación a una de las empresas (Albyn) ante la exigencia de los proveedores de adelantar el pago. “Esto sirvió de inspiración para el convenio de CEN pero son líneas separadas”, defendió la consejera de Salud. Y hubo un tercer paso que supuso la firma del convenio entre Sodena, CEN y Albyn, pero Salud solo entró para firmar una adenda sobre responsabilidades. “El departamento tenía su propia política de compra de materiales”, como lo demuestra que en 2020 el SNS adquirió 11,2 millones de mascarillas, zanjó la consejera.
Salvo el PSN, la crítica fue ayer unánime desde la sala. Cristina Ibarrola, de NA+, insistió en lamentar el rol de Salud en este asunto, porque siguió comprando mascarillas mientras las de este acuerdo con la CEN y Sodena se almacenaban, algo “indignante”: “Señora consejera, usted pudo salvar este problema, pero no lo hizo. Dejó 1,7 millones de mascarillas en un almacén mientras compraba usted más caro. ¿Por qué no ayudó a dar salida a esas mascarillas?”.
Mikel Asiain (Geroa Bai) concedió que “obligación contractual no había” por parte de Salud para adquirir estas mascarillas, “pero... ¿moral y ética?”, se preguntó tras cuestionar además el diferente tratamiento que Salud dio a este acuerdo con mínima implicación respecto a otros tremendamente similares sin participación de la CEN en los que sí había compromiso.
Y el portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz, también incidió en que “algo pasó” para que Salud cambiara “de forma clara y rotunda” y renunciara a su intención inicial de comprometerse a quedarse con los excedentes, “una gran zona oscura” en este asunto: “La ciudadanía no lo entiende, que las mascarillas puedan terminar caducándose es grave y políticamente inexplicable”.
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