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Osasuna 1-0 Athletic

Un mágico Abde acerca a Osasuna a la final

Una genialidad del marroquí acerca a Osasuna a la final

Ampliar Abde
Abde dedica el gol marcado al Athletic en la semifinal de CopaJ.P. URDÍROZ
Actualizado el 02/03/2023 a las 08:33
Los futbolistas de talento son capaces de romper partidos tensos y ásperos donde ningún equipo es mejor que el otro. Abde destapaba este miércoles el tarro de las esencias para acercar a Osasuna a la final. Una genialidad suya cuando comenzaba la segunda parte abrió una noche que parecía difícil de quitarle el cerrojo. La única ocasión navarra en todo el partido no pudo tener un premio mayor. El marroquí es una metáfora de El Sadar, un estadio que fiel a su tradición es capaz de agitar la atmósfera y ser decisivo cuando entra en erupción. El 1-0 llegaba un minuto 47 esplendoroso con el Athletic a contrapié rendido a la magia del futbolista rojillo. Tras un servicio de Moi Gómez profundo, Abde arrancaba de su propio campo para conducir a una velocidad de vértigo, marcar los tiempos y soltar un disparo cruzado con la pierna izquierda, de escuadra y cartabón. San Mamés resolverá la eliminatoria. Queda todavía un mes y esa incertidumbre de saber cómo llegarán los semifinalistas, pero Osasuna ya ha golpeado primero antes de pisar un campo que entrañará una dificultad máxima.
El Sadar sueña con desplazarse a La Cartuja. Tiene licencia para hacerlo después ver competir a sus jugadores en un choque de ida que resultó intenso a más no poder. No solo Abde acaparaba el foco puesto que Sergio Herrera se convirtió en otro de los héroes indiscutibles con dos paradas decisivas, una al principio y otra en un final de pulsaciones disparadas con Osasuna incrustado en su área. No se escapó esta victoria de pico y pala, nervio, nobleza y esa cabeza fría que pedía Jagoba Arrasate para no cometer errores graves que lamentar.
PRIMERA PARTE DE RESPETO
La tensión estuvo siempre por encima de las oportunidades de gol. El respeto era máximo entre dos escuadras de piel parecida. Esa ritmo incansable que aplican como fundamento no llevaba a ningún sitio en la primera parte. A Osasuna le costó demasiado imponer el empuje tan característico que era tan obligado en una noche tan especial como la de ayer. El Athletic supo cerrarle los pasillos por donde pasar. Por dentro, Aimar Oroz y Moi Gómez quedaban anulados en una presión bien orquestada de los de Valverde. Las únicas opciones se abrían por el costado izquierdo.
Abde asumió ese papel más protagonista de encarar, pero en la mayoría de ocasiones solo contra el mundo y sin pisar el sitio donde más daño se hace. Su momento estaba por llegar. El Chimy se iba apagando tras un inicio impetuoso y Budimir no encontraba la manera de rematar una pelota porque su equipo no generaba casi nada.

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Solo un disparo envenenado del extremo africano al comienzo que mandó Agirrezabala a córner fue la aproximación más destacada de un equipo en problemas para atacar cuando cruzaba la divisoria con la posesión. En las acciones de estrategia, tampoco había luz. Arrasate había formado con el habitual 4-1-4-1, incluyendo a Aridane como pareja de un impecable David García.
El Athletic amagaba pero tampoco pegaba, ayer en El Sadar con Sancet en la media punta y un doble pivote de hormigón sin creación. Nunca dio la sensación de ser ese avión físicamente superior y vertical de anteriores enfrentamientos. La chispa no apareció. La mejor oportunidad de esta primera parte tan cerrada, y más bien la única, encontró a un protagonista conocido de la Copa. Sergio Herrera realizó un rectificado providencial para salvar el 0-1. Muniain bajó el balón tras un córner y desde la frontal soltó un disparo que pegó en su trayectoria en Budimir. El meta reaccionó al instante y sacó un pie extraordinario. Williams marcó en el rechace, pero estaba en fuera de juego.
Era el minuto 13 y todo lo restante hasta el descanso quedó reducido a un juego inconexo dentro de una nebulosa tensa por todo lo que estaba en juego. En cada choque saltaban chispas. Demasiadas interrupciones. A falta de goles, sangre. La del Chimy, tras recibir un feo agarrón en el cuello de Berenguer en una carrera defensiva del argentino. Y la de Vivian, tras un puntapié de Budimir. Nadie bajaba la guardia en un Sadar que protestaba a Muniain por fingir una falta de Aridane y a Sancet por tirar al suelo a Torró en la línea de fondo. A Gil Manzano le costó enseñar la primera amarilla y generó un clima de desconcierto por su criterio.
LA JUGADA DECISIVA
El partido rompió el cascarón nada más iniciar la segunda mitad. Llegó ese instante donde todo salta por los aires. Osasuna estaba en su campo y cuando recuperó se fue directo a por el Athletic. En pocos toques a campo abierto. Tras ganar Budimir el duelo, Moi Gómez lanzó en profundidad para que Abde expusiera su electricidad. Vivian no pudo frenarle. El marroquí le iba enseñando la pelota, acelerando y frenando, hasta que busco el sitio adecuado para terminar disparando hacia el lado contrario por bajo.
La fiesta era total en un Sadar para nada afectado por el frío. Valverde reaccionaba y dio entrada a Lekue por De Marcos para frenar la hemorragia por esa banda. Raúl García, de espaldas como referencia, y Nico Williams, con su movilidad, le dieron otro aire a un ataque apagado hasta entonces que no daba problemas a la defensa rojilla.
A Osasuna le convenía no asumir riesgos. Los suplentes, con Rubén García, aportaron piernas y experiencia al saltar al campo. El equipo de Arrasate dejó madurar la segunda parte. Bien ordenado, solidario y sin dejarse llevar por la agitación. Eran momentos de esfuerzos al límite. Solo en los últimos diez minutos, el Athletic le puso en aprietos. Osasuna sabía defenderse. Aridane y David García eran infranqueables. Nico amenazaba por la banda derecha con sus aceleraciones.
Hubo que sufrir para mantener el 1-0. En el añadido, la única fase de desconcierto, Guruzeta disparó para que Herrera salvara de nuevo a los suyos, sin ver que el menor de los Williams entraba en buena posición. Los gestos de los jugadores nada más acabar el partido eran clarificadores por el esfuerzo titánico que habían realizado. El Sadar lo premiaba en la despedida a limpio decibelio. Ahora queda San Mamés. Hay motivos de sobra para ilusionarse. Sevilla está más cerca.

OSASUNA: Sergio Herrera, Moncayola, Aridane, David García, Juan Cruz, Torró, Aimar Oroz (Brasanac, min. 86), Moi Gómez (Pablo Ibáñez, min. 86), Chimy Ávila (Rubén García, min. 71), Budimir (Kike García, min. 71) y Abde (Kike Barja, min. 77).
ATHLETIC: Agirrezabala, De Marcos (Lekue, min. 58), Vivian, Iñigo Martínez, Yuri, Dani García, Vesga, Berenguer (Raúl García, min. 58), Sancet, Muniain (Nico Williams, min. 65) e Iñaki Williams (Guruzeta, min. 82).
GOLES: 1-0, min. 47, Abde.
ÁRBITRO: Gil Manzano (Extremeño). Tarjetas amarillas a Berenguer, Vesga, Budimir, Moi Gómez, Darko e Iñigo Martínez.
INCIDENCIAS: 23.026 espectadores en el estadio de El Sadar.

Las claves

Abde vuelve a ser decisivo en la Copa
Marcó el gol que clasificó a Osasuna para jugar las semifinales y ayer volvió a aparecer, como lo había hecho igualmente el pasado domingo. Abde exhibió de nuevo velocidad, desborde y capacidad de definición en una intensa y dura eliminatoria resuelta por el talento y la contundencia del futbolista azulgrana con quien ahora tanto disfruta el equipo rojillo. Un fichaje de lujo para Osasuna.
Mucha tensión y pocas ocasiones
Se respetaron Osasuna y Athletic. Fue un duelo igualado sin que influyera la diferencia de experiencia en estas eliminatorias. Los rojillos rentabilizaron al máximo una de sus contadas llegadas. A falta de generar peligro, era decisivo exprimir el talento y trabajar al máximo en un duelo cerrado de choque continuo.
La zaga pone el freno a un lento Athletic
Se temía la velocidad vizcaína. Su parcela ofensiva genera peligro cuando se activa. Moncayola y Juan Cruz aguantaron en los laterales más que dignamente. Aridane y David García fueron dos bastiones. El Athletic quedó reducido a poco en El Sadar, sin remate, y no tuvo peligro hasta los últimos minutos a la desesperada.
Sergio Herrera: al principio y al final
Es uno de los hombres de la Copa. Sergio Herrera lo volvió a hacer. En los das únicas ocasiones de peligro del Athletic, estuvo inspirado. En el minuto 13 sacó un pie a tiempo tras un tiro de Muniain que pegó en Budimir. Y en el 93, desbarató el gran susto del mano a mano con Guruzeta.
Fundamental: cabeza y sin errores
Los momentos son decisivos en las eliminatorias de Copa. Osasuna supo jugar bien sus bazas a base de máximo sacrificio. Decidió el talento de Abde, pero el triunfo también se fundamentó en esa cabeza fría que pedía Arrasate. Los rojillos fueron fiables. Se notó que la concentración estaba por encima de todo.
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