El pasado y el futuro del Xota arropan al presente

Hay equipos que ligan su historia a nombres propios o jugadores que forjan la historia de aquellos clubes a los que han servido durante toda su carrera. Javi Eseverri y el Club Deportivo Xota son dos claros ejemplos. El eterno capitán, un jugador irrepetible, alcanzó los 704 partidos antes de retirarse con 40 años. El sábado se sumará a su selecto club aquel cierre que recogió su relevo. Se trata de Roberto Martil. Alcanzará la cifra de 500 encuentros con la camiseta del Xota, ahora Osasuna Magna. Lo hará en el duelo contra el Córdoba. Pero por si estos dos casos no fueran suficientes, el viernes pasado, ante el Industrias Santa Coloma, el portero de Irurtzun Asier Llamas defendió su partido 300 con el club de su localidad natal. Los tres han compartido vestuario, los años más dorados del equipo, pero también, aunque en diferentes etapas, han conocido los sinsabores del deporte. A Martil y Llamas les toca extender el legado del gran capitán, Javi Eseverri, en aquellos jugadores más jóvenes que ya conocen qué supone jugar en la Primera División. Dos ejemplos pueden ser el cierre, también de Irurtzun, Ion Cerviño, de 19 años, y el ala de Biskarret, Josu Mendive, de 20 años. El que ahora alcanza esa cifra redonda es Roberto Martil. Llegará a los 500 partidos el sábado. Por ahora son 499, todos ellos en el mismo equipo, un conjunto navarro, y en la máxima categoría del fútbol sala a nivel nacional. Se trata de un registro al alcance de muy pocos deportistas navarros. En igualdad de condiciones ha superado esa cifra Javi Eseverri. Patxi Puñal, en Osasuna, sumó 514 partidos pero no todos fueron en la Primera División. Rául García lleva 575 en la máxima categoría, pero no todos han sido en el mismo equipo, ni tampoco todos en un equipo navarro. César Azpilicueta cuenta con la friolera de 675 encuentros en su haber, en tres equipos, y Erika Vázquez se retiró con 452. Allá queda el 2005, año en el que debutó Roberto Martil en la máxima categoría del fútbol sala como no podía ser de otra manera en el equipo del Xota, el conjunto de su pueblo, Irurtzun. Mañana el cierre cumple los 36 años y el sábado, en Córdoba, alcanzará los 500 partidos enfundado en la camiseta verde diecisiete temporadas. ¿Qué significa llegar a esta cifra? Es un partido más pero al alcanzar esta cifra redonda hace que recuerdes todos los encuentros anteriores. Muchas veces nos metemos en los partidos, jugar y jugar. Pierdes, ganas, empatas pero es verdad que cuando llegas a estas cifras te das un poco más de cuenta de lo que vas consiguiendo y me siento muy orgulloso de todo lo que hay por detrás. Tuvo un buen maestro con Javi Eseverri. He tenido el mejor maestro. Dentro de la pista era el mejor, un líder, un referente, un maestro. Gracias a él, a todo el cuerpo técnico, soy la persona que soy. ¿Qué le ha legado Javi Eseverri? Javi tiene un liderazgo natural. No tiene que hacer grandes cosas para mostrar que es un líder. Muchas veces, ya con 40 años, corría como el que más. Era un espejo donde mirarse. Cuando veníamos los lunes cansados, él ya estaba corriendo. Daba el cien por cien, siempre. En los momentos delicados estaba ahí para coger el timón. La verdad es que he tenido el mejor maestro. ¿Qué le gustaría que aprendieran los jugadores más jóvenes? Lo mismo que he visto yo. Las cosas pueden salir mejor o peor pero la actitud, las ganas y todo lo que podemos dar lo tenemos que dar. Somos los de casa pero a la gente de fuera también les inculcamos qué es el Xota. ¿Qué supone para un club como el Xota que jugadores como Javi Eseverri, Asier o usted apuesten por desarrollar su carrera en él? Creo que se trata del gen navarro. Siempre Imanol ha apostado por gente de casa. Ahora se nos recuerda a Javi, a Asier a mí pero ha habido mucha gente que ha debutado en la Primera División, que no es nada fácil. Además del Xota, tiene algo de culpa la cultura navarra. El Helvetia Anaitasuna también tiene mucha gente de casa; Osasuna, lo mismo. Creo que tenemos una salud deportiva navarra muy buena, en muchos ámbitos deportivos, y es de alabar. Echa la vista atrás, ¿qué ve? Recuerdo al niño que era cuando debuté. Era un pequeño crío aldeano. En el 2005, debuté en casa. Estaba muy nervioso. Es bonito recordar esas cosas. Me siento muy orgulloso de todo lo que he podido conseguir con el club, la masa social que hemos ido logrado, los logros... Hemos conseguido cosas muy grandes, a las que ahora les damos mucho valor: tantas Copas y playoff seguidos... Todo eso nos lo llevamos para la saca. El partido del sábado en Córdoba será su número 500 pero también muy importante para las aspiraciones del equipo. Un partido de cifra redonda pero lo más importante es que se trata de un duelo vital para nuestras aspiraciones. Es un rival directo. Tenemos ahora un mes de competición en el que nos jugamos la temporada: Córdoba, Levante y Aspil. Serán partidos muy complicados. Los registros de Javi Eseverri serán difíciles de igualar. Puso el listón muy alto, tan alto que llega hasta los 704 partidos oficiales con la camiseta del Xota. El capitán y cierre del equipo se mantuvo en activo 23 temporadas, todas ellas en las filas del equipo navarro. Se retiró en el 2018 con 40 años, dejando atrás una carrera en la que se convirtió en un referente del fútbol sala a nivel foral y nacional. Compartió vestuario con Roberto Martil, al que le cedió el brazalete de capitán. “Llegar a la cifra de 500 partidos significa que has jugado muchas temporadas, con regularidad y bien. No se trata solo de jugar partidos, es partícipe de todo lo que le sucede al club. El consejo que le doy es que disfrute de cada partido, cada entrenamiento, y que aproveche cada duelo para ejercer de capitán y para involucrar a los chavales en lo que tiene que ser el club. Me consta que ya lo está haciendo como buen capitán que es. Tiene mucho mérito lo que está haciendo Roberto. Ahora le está tocando gestionar años complicados”, indica. Eseverri es testigo de que, tal y como él, dos de los que fueron sus compañeros, Roberto Martil y Asier Llamas, están alcanzando importantes registros en el Xota. “La clave es que estamos en casa, que nos sentimos muy arropados y partícipes de lo que es el club. Lo vivimos de una manera que resulta muy complicado encontrar en el mundo profesional. Eso nos hace seguir jugando, seguir viviendo de lo que nos gusta y en casa. Somos muy caseros”, destaca. Si hay alguien en el actual vestuario que conoce a Roberto Martil ese es Asier Llamas. “Tiene las cosas claras y cuerda para rato. Ha aprendido de Eseverri, me recuerda mucho a él, porque son muy parecidos. Mira siempre por el equipo, saca lo positivo cuando están las cosas más con el deseo de unir al grupo para tirar todos hacia adelante”, expone el guardameta de 29 años, que cumplió el pasado viernes 300 partidos defendiendo al equipo de su pueblo: “Todavía veo lejos la cifra de Roberto. Yo llevo doce años... como para mirar a los 500. Van pasando los días, los entrenamientos, la rutina de siempre y no te das cuenta de todo lo que llevas jugando. Son situaciones bonitas y hay que celebrarlas”. Por trayectoria e importancia en el equipo, Llamas está llamado a ser el futuro capitán de Osasuna Magna. “Aprendí en su día de Eseverri y ahora lo hago con Roberto por si en un futuro me toca a mí. No me da consejos como tal, pero él sabe que somos parecidos. Somos del mismo estilo. Me fijo en todo lo que hace él”, se sincera el de Irurtzun. Precisamente el sentido de pertenencia hace que este tipo de jugadores defiendan los colores de su localidad natal con más ímpetu que el resto: “Estás en el equipo de tu pueblo. Es tu trabajo y lo tienes cerca. Disfrutas haciendo esto, ¿qué más quieres?”. Asier Llamas espera que se prepare un homenaje a la altura de un gran futbolista que, hace una década, era su entrenador en Irurtzun. “Son cifras importantes. Tendremos que preparar algo bueno”, bromea. El futuro, aunque cada vez más presente de Osasuna Magna, lleva el nombre de Josu Mendive (Biskarret, 2002) y Ion Cerviño (Irurtzun, 2003). “Ojalá pudiera llegar yo a los 500 partidos y tener una carrera tan plena como la de Asier y Roberto. Nosotros tenemos que ser realistas y seguir trabajando”, confiesa Cerviño con una madurez impropia de su edad. Su compañero le ratifica: “Tiene mucho mérito. Es un ejemplo a seguir. Nosotros tenemos que ser realistas porque lo que han conseguido ellos es muy difícil. Es un privilegio estar con ellos porque cada día nos enseñan cosas nuevas. Hay que escucharles y aprender”. Cerviño, como vecino de Irurtzun, ha llevado en la sangre la pasión por el Xota. “Desde que tenía cuatro años venía a verles y me he fijado mucho en gente como Eseverri o Roberto. Ahora comparto vestuario con él y es un orgullo”, reconoce para incidir en una idea: “No te lo esperas que de un pueblo tan pequeño como Irurtzun salga tanta gente de nivel. El Xota también ayuda en esto porque mira mucho por la gente de la casa. En otros equipos estamos viendo que no es así. Es de admirar”. Mendive se felicita por lo conseguido junto a Cerviño: “Hemos jugado siempre en contra, excepto en la selección. Ahora compartimos vestuario y nos conocemos un poco más. También tiene mérito esto”. Cerviño, por su parte, muestra la cara más personal de Roberto. “Hacia fuera parece serio porque tiene que ejercer de líder, pero en la intimidad es un cachondo que gasta muchas bromas. Es un tío muy alegre”, concluye.

El pasado y el futuro del Xota arropan al presente

Roberto Martil asegura que ha tenido el mejor maestro. No es otro que Javi Eseverri, con 704 partidos a sus espaldas. El actual capitán de Osasuna Magna alcanza el sábado los 500 encuentros, todos ellos con el Xota y en la máxima categoría del fútbol sala

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