Mariya John, la ucraniana que echó raíces musicales en Pamplona

Nació el mismo año en el que la banda Nirvana publicó su álbum 'Nevermind'. “Siempre lo digo”, sonríe la compositora y música ucraniana Mariya Lomakova (Odesa, 1991). Quien fuera el líder de la mítica banda de música grunge siempre ha sido para ella una especie de alma gemela. Esta joven de melancólicos ojos aguamarina encontró en Pamplona a sus dos grandes cómplices musicales, Patxi Ojeta y Alfonso Taberna. Hoy presentará un avance de su primer proyecto discográfico en el bar Toki Leza de la calle Calderería (20 horas). Este verano ya grabó cinco temas en Varsovia, en el estudio de un amigo, con la idea de que vean la luz en primavera. Con el nombre artístico de Mariya John, esta “artista activista” —como ella se define—, ofrecerá un concierto en el que interpretará una colección de canciones que transitan por estilos muy diversos, como el grunge, el punk, el rock noventero, el britpop o el dark country. En principio serán trece temas en inglés, todos compuestos por ella, entre los que no podía faltar un homenaje a Cobain ('Hate') y un recuerdo para su Odesa natal. Sobre su gran sintonía con Cobain, apunta lo siguiente: “Él tuvo una vida difícil y además estaba deprimido. Entiendo perfectamente sus letras porque me siento muy cercana a él”. También admira a Liam Gallagher, del grupo Oasis. La música, la poesía y la fotografía son sus bálsamos. “Hace un año me diagnostiaron síndrome de Asperger. Me agobio mucho con cualquier cosa que tenga que hacer, ya sea cocinar, vestirme o salir de casa”, cuenta. Nacida hace 31 años en Odesa (Ucrania) —ciudad castigada por el conflicto bélico con Rusia—, Mariya ha tenido una vida nómada que le ha llevado por Polonia, Portugal y España. Hace cuatro años llegó a la capital navarra por primera vez con la idea de crear su propio proyecto musical. “En Portugal [allí vivió durante casi seis años] no conseguí formar una banda. Además, había un ambiente bastante machista. Necesitaba cambiar de aires y me vine a Pamplona”. Conoció al guitarrista Patxi Ojeta de la manera más casual: “Un día iba en bicicleta por Burlada y me llamó la atención su look, como de artista musical. Entonces le pregunté si conocía salas donde se pudiera tocar”. Luego reclutaron a Alfonso Taberna como bajista y también se les unió Javier Lizarazu ‘Punxes’, batería de Tahúres Zurdos, quien ya no está en la formación. UNA VIDA NÓMADA Mariya habla ucraniano, ruso, polaco, inglés, castellano y portugués. Toca el piano, la guitarra y el violín, y se ha iniciado con el bajo y la batería. “Cuando éramos pequeñas, mi padre nos llevaba a mi hermana pequeña y a mí a Croacia para que tocáramos en la calle. Solíamos ir en verano a la zona que está junto al mar Adriático, a Split, la isla de Hvar... Me recuerdo con cuatro años cantando en la calle”, relata. “Tuvimos una infancia muy bonita porque pudimos conocer otros países y eso nos ayudó a no tener prejuicios”, valora. Sin embargo, la vida en Ucrania era “muy difícil” y a los 10 años se marchó a Polonia con su padre y su hermana mayor. “Mi madre tenía tres trabajos diferentes para poder traer comida a casa”, recuerda. Una de las canciones que presentará hoy ('Suslik youth feat'), creada junto a otro músico ucraniano, está dedicada a Odesa: “Es una canción sobre volver a mi ciudad y reconocer lo que no he vivido, la juventud perdida... También habla de la depresión que sufro desde hace años. Es una enfermedad que te quita energía y te impide vivir”, confiesa. Este tema cuenta ya con un videoclip, rodado en Odesa, que se puede ver en Youtube. Mariya comparte su gran temor: “No sé si con esta guerra acabarán destruyendo la ciudad”. En este primer proyecto de disco también da cabida a vivencias dolorosas que ha sufrido en carne propia. “Entré en una tienda de Oporto y el dueño abusó de mí. Es algo que me ha afectado mucho. Dejé de comer, de dormir...”. De esta experiencia tan traumática surgió 'Don’t touch me', un tema para el que quiere rodar un videoclip junto a otras mujeres músicas. También proyecta grabar un videoclip de 'Hate', marcada por un sonido oscuro: “Es una canción sobre el odio a uno mismo”, resume. Le gustaría grabarlo en Navarra, cerca de Ezkabarte. Sus inquietudes le han llevado a formarse como fotógrafa y también inició la carrera de Periodismo en Oporto. Además de componer música, ha reunido una colección de poemas en inglés, bajo el título 'Searchin’ for the light' ('Buscando la luz'). Su próxima meta es estudiar composición musical en el Berklee College of Music (Boston), un sueño que desea llevar a cabo después del verano de 2023: “Espero que mi disco pueda ayudarme a recaudar dinero para mis estudios”.

Mariya John, la ucraniana que echó raíces musicales en Pamplona

Nacida en Odesa hace 31 años, ha dado forma a su proyecto musical junto a los navarros Patxi Ojeta (guitarra) y Alfonso Taberna (bajo). Esta tarde presenta en el bar Toki Leza un avance de su primer disco.

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