Cine
Terapia de grupo en Pamplona
La nueva película de Gerardo Herrero, que está rodándose en La Fábrica de Gomas del Soto de Lezkairu, llega al ecuador del rodaje

Publicado el 17/11/2021 a las 19:29
El director y productor Gerardo Herrero ha apañado su última película en apenas 400 metros cuadrados, los que suma La Fábrica de Gomas. La galería y espacio de arte del Soto de Lezkairu, en Pamplona, es el lugar donde se recrea íntegramente el universo de Bajo Terapia, cuyo rodaje cruza este viernes el ecuador.
Allí se condensan todos los decorados de la película, pero también -junto con el local vecino de la fotógrafa Maider Kuadra- todos los servicios que requiere un rodaje de cine, como son vestuario, maquillaje, peluquería, camerinos o las zonas de cátering.
Esta densidad tiene sus ventajas y sus desventajas. Entre las primeras, la capacidad de concentración de los actores y actrices, porque el escenario les brinda la oportunidad de rodar la historia cronológicamente, algo poco usual en el cine. “Desde el primer momento en el que los personajes llegan a este espacio hasta el final de la jornada todo transcurre de forma ordenada, eso genera una realidad paralela interesante”, explica Alexandra Jiménez, conocida por comedias como Superlópez o Kiki, el amor se hace.
Ese orden permite además trabajar sobre el guion sobre la marcha. “En una película normalmente tú ruedas la secuencia 73 con la 27 porque tienen que ver por decorados, aquí no”, apunta el director, Gerardo Herrero. “Yo tengo en la cabeza que he rodado dos películas [como productor] que salieron muy bien, no creo que ésta salga tan bien, pero ojalá se parezca, que son Land and Freedom de Ken Loach y Martin (Hache) de Adolfo Aristarain, que se hicieron así, en continuidad”, añade.
La película parte de la proposición de una psicóloga para que tres parejas hagan una sesión grupal, en la que se tendrán que analizarse entre ellos sin su presencia. Sólo les deja unos sobres con indicaciones de lo que tienen que tratar. Así, los seis participantes -interpretados por Malena Alterio, Fele Martínez, Antonio Pagudo, Eva Ugarte, Alexandra Jiménez y Juan Carlos Vellido- opinan, discuten, interrogan y confiesan, se desnudan emocionalmente, todos son fiscales y abogados defensores a la vez.
La película está basada en la obra de teatro del mismo título de Matías del Federico, que tras su gran éxito en Argentina también se representó en España bajo la dirección de Daniel Veronese. Como otros proyectos de Herrero -la reciente Crónica de una tormenta, por ejemplo- éste también surgió de su experiencia como espectador. “A mí me gusta mucho el teatro, es donde mejor ves a los actores, donde les ves de verdad para comprobar su potencial”, asegura. “Fui a ver la obra y me enamoré de ella, fui a verla por segunda vez y me volvió a gustar y decidí que la quería hacer”, relata. No le resultó fácil, porque no solo no querían vender los derechos, sino que había un montón de productoras intentando hacerse con ellos. “Tuve que seducir al autor de la obra de teatro a lo largo de los años, yo soy lento seduciendo”, comenta.
“NIVEL DE CIRUGÍA”
Así se pone en marcha esta comedia de personajes realistas, con mucho humor hasta que un giro final congelará la sonrisa del espectador, según anuncian sin querer hacer ningún spoiler.
La concentración del rodaje en un lugar tan reducido como la Fábrica de Gomas, además, ayuda también desde el punto de vista actoral. Antes de arrancar el rodaje, el 6 de noviembre, tuvieron una semana previa de ensayos y todas las secuencias se prepararon; en Madrid, previamente, también hicieron varias lecturas. “Nos preparamos un poco con el concepto de obra de teatro seguida para llegar aquí y estar aquí”, explica Alexandra Jiménez.
Se da la circunstancia de que Fele Martínez y Juan Carlos Vellido también trabajaron en la obra de teatro, pero aseguran que es algo absolutamente distinto. “No es lo mismo interpretar para alguien que está en un gallinero, arriba, a tener la cámara literalmente aquí”, dice Fele Martínez (La buena educación, Tesis) señalando su mejilla.
El guion también ha cambiado algo. No está contada en el mismo tono que la obra de teatro, por el propio escenario pero también por los gustos personales de Herrero. “Va a seguir teniendo humor, pero no tiene la misma cantidad de comedia que tenía la función”, adelanta.
“Las energías, la sensación de estar solos, sin una respuesta del público, también siempre te modifica”, asegura Vellido (El Hierro, Piratas del Caribe 4), quien considera un privilegio tener la oportunidad de probar ambas experiencias, la teatral y la que Fele Martínez llama “nivel de cirugía”: “Aquí todo es más pequeño, permite rascar mucho más”, resume Martínez.
Herrero, productor y director de tantas películas, asegura que ésta será distinta. Se ha dado el lujo por ejemplo de rodar tomas y planos de cinco minutos. “En mi vida había hecho planos tan largos, eso permite un movimiento de cámara diferente y una puesta en escena distinta a una película normal”, apunta. “Pasa a veces que Gerardo da acción y se olvida de cortarnos, y nosotros seguimos y seguimos y seguimos, porque tenemos la película muy en la cabeza”, explica Vellido.
Es la cuarta película que rueda Malena Alterio en Navarra en los últimos años después de Perdiendo el este; Espejo, Espejo, y Mamá está en Tilink. “Trabajo muy bien aquí, es una ciudad muy agradable, muy accesible, muy rica en su comida... todo bien”. Pamplona será la ciudad de estas tres parejas también en la ficción. El taxi que les lleva allí llevará el escudo pamplonés, se verá el barrio, y fuera de La Fábrica de Gomas sólo habrá dos secuencias, la llegada de los personajes cada uno por su lado -ya rodada y que le ha encantado a Herrero porque le recuerda a Centauros del Desierto- y la salida.
Todo eso, las ventajas de concentrar el rodaje en un sitio pequeño. Desventajas: “A ver dentro de una semana cómo estamos”, bromea Antonio Pagudo (del grupo Yllana y conocido por La que se avecina). “Es verdad que tenemos un poco la sensación del día de la marmota, termina uno y engancha con el siguiente”, suelta.
La película es una coproducción de Tornasol y Alcaraván, cuenta con el apoyo del Gobierno de Navarra.
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