"Tenemos una deuda, debemos un agradecimiento"
Los llamados “boomers” hemos conocido el periodo de mayor prosperidad de toda la historia de España. No conocimos la guerra, ni el hambre; tuvimos acceso a la educación, gozamos de sanidad pública y de coberturas sociales. Hasta nos hicimos europeos. Pertenecemos a una generación que, a excepción del terrorismo, todo fue a mejor. Nuestros bisabuelos jamás pudieron soñar que España, desde los comienzos del desarrollismo, gozaría de unas condiciones de vida como las actuales. Basta observar las fotografías de hace ochenta años: parecen, y lo son, de otro país: en ellas se aprecia una pobreza marrueca, una aspereza balcánica. Los datos avalan la realidad. Hemos pasado de la mula al automóvil; de la partera a la anestesia epidural; del analfabetismo al acceso ubicuo a la información y, para quien tenga alma, al saber. En el teléfono de bolsillo podemos acceder a las obras completas de los presocráticos o a las últimas investigaciones en Física cuántica. La libertad de elección que otorga la tecnología trae consigo exigencia. Con el pulgar puedes mejorar tus habilidades y conocimientos en cualquier campo del saber o bien contar los “me gusta” que has obtenido por tu última publicación en Facebook. Hemos olvidado las penurias terribles que sufrieron todas las generaciones que nos precedieron. Los demógrafos estiman que en el planeta han vivido 100 mil millones de personas. Hoy somos 8 mil millones. Reduzcamos la cifra a los habitantes de la Comunidad Europea: 447 millones de agraciados que gozamos del mayor nivel de vida que ha conocido la humanidad. Nuestros antepasados vivían a la intemperie. Sin embargo, no hay día sin queja, sin victimismo. Nos instalamos en el lamento y en la complaciente y morbosa condición de víctima de los demás. Nos quejamos con amargura pueril desde el mando a distancia del televisor. Pero quizá no debamos olvidar a quienes nos llevaron sobre la espalda desde las cavernas del Paleolítico hasta nuestro sofá. Tenemos una deuda, debemos un agradecimiento.
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