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"Barkos no se fía de Chivite y a Chivite le toca mucho la moral Barkos"
Ni un pájaro, ni un avión, ni siquiera Súper Ratón. Eso que vuela es cualquiera de las dagas que empiezan a lanzarse sin camuflaje Geroa Bai y el PSN, tan amigos por conveniencia ellos y tan contrincantes en el fondo a la vez. Sobre heridas conocidas como el euskera en la administración y la modificación de la Ley del Convenio Económico, cuestión última donde el ala socialista del Palacio de Navarra ha entrado ya en una fase de malabarismos circenses porque aprobarla con Navarra Suma y enfrentándose a sus socios nacionalistas le da vértigo, se ha vertido la sal: el acuerdo de UPN con el Gobierno central y el PSOE para la reforma laboral. Un entente abortado por la desobediencia en el voto de los diputados Sergio Sayas y Carlos García Adanero, resulta que no eran regionalistas sino yoístas, aunque pese a su interrupción se está demostrando eficaz como provocador de efectos secundarios. Cinco puntos. Sancionar por ley los homenajes a etarras, elaborar un estudio para sacar las vías del tren del centro de Tudela, acordar con la CHE la limpieza de los ríos, no reprobar al alcalde Enrique Maya y facilitar la aprobación de casi veintiocho millones de euros para inversiones en Pamplona. Cinco puntos y algo más, posiblemente lo de mayor relevancia: la recuperación de la interlocución entre UPN y el socialismo, con un pacto para ahora pero sobre todo con vistas a ser capaces de hablar para cuestiones de más adelante. Y esto ha puesto a temblar no pocas canillas.
Uxue Barkos se ha sulfurado. La presidenta del anterior Gobierno y líder de la sigla secundaria del actual Gobierno le he reñido a su sucesora, hasta el punto de exigirle que haga público el contenido del acuerdo entre el PSOE y UPN. Chivite ha replicado que a Geroa Bai ya se lo contaron, Geroa Bai ha replicado que sí tres de los puntos pero no los relativos a Pamplona, el PSN ha replicado que tranquilos y los nacionalistas han replicado que la confianza entre los socios está quebrada. Desafinada charanga. Geroa Bai, también Bildu, cimientan la estabilidad institucional en la ideología del veto a la alternativa y por ese aro quieren que no dejen de pasar los socialistas. Que PSOE y PSN se entiendan con UPNsupone, han calificado, “vieja política” o convertir Navarra en “moneda de cambio”. Aquí el único que puede jugar es Aitor Esteban, del PNV. O lo mismo la política moderna es que negocie para Navarra Arnaldo Otegi. La síntesis, devolviendo en exclusiva la atención al escozor de Geroa Bai, es que Barkos no se fía de Chivite y a Chivite le toca mucho la moral Barkos; algo que por cierto ya ocurría en la legislatura pasada, cuando la nacionalista presidía y la socialista opositaba, así que poco avance sincero en coexistencia han experimentado ambas y sus respectivas formaciones.
Queda claro que el acuerdo de Javier Esparza con el PSOE, pese a volatilizarse, ha puesto muy nerviosos a sus rivales externos. Extraña por otro lado que haya provocado el mismo influjo en los internos. Cómo García Adanero y Sayas no han tenido reparo en arruinar el deshielo de las relaciones entre UPNy el partido socialista, carril más plausible para la vuelta del regionalismo al Gobierno foral. Difícil entender salvo que, sobrepasado Cortes rumbo a Madrid, hayan renunciado a mirar atrás. No por miedo a convertirse en estatuas de sal sino porque les da igual ya de dónde vienen. Y aun así no llega a comprenderse.