Una casa amueblada con objetos voluminosos abandonados, un kit para cultivar petunias con compost, un castillo hinchable para los más pequeños y hasta chistorra para celebrar que los vecinos de
Ermitagaña y Mendebaldea son los que mejor separan los residuos. Así homenajeó este sábado la
Mancomunidad de Pamplona el compromiso de los vecinos de estos barrios con el reciclaje.
Si no se imaginan la cantidad de objetos voluminosos que los pamploneses generamos en un año, la Mancomunidad se encarga de mostrárselo. Una bici estática, un hornillo, un somier con su colchón y el mueble del baño, con sus respectivos botes de perfume. Todo esto se encuentra en la casa de Alejo el Cangrejo (Txori García), donde se transforma la basura en algo artístico.
“La gente se sorprende con esto; no es un mercadillo. Es que estas cosas pueden tener una segunda vida”, afirma García. Si se preguntan dónde depositar estos residuos, la Mancomunidad tiene una respuesta: llamen a los Traperos de Emaús, que lo hacen gratis y en un plazo de hasta tres días.
Además, lo que no se imagina nadie es que la retirada de estos objetos genera un sobrecoste de un millón de euros anuales a la Mancomunidad.
Junto a esta peculiar casa, la Plastikería, donde se ofrecen multitud de plásticos a buen precio. “Estos plásticos -dice con una botella de refresco en la mano- tardan años y años en degradarse, y van al mar. Lo peor es que nos los comemos cuando consumimos pescado”, sentencia Marta Juániz, la plastiquera.
Y es que la Mancomunidad, con este puesto, quiere concienciar: no solo los residuos ensucian y contaminan las calles, es que los plásticos que no reciclamos van directos al mar. Dice Juániz que “las botellas de plástico son como el amor eterno, duran y duran, para siempre”.
¿Dónde deposito...
los pañales y productos de higiene femenina? Al contenedor de resto, no son plásticos reutilizables.
...un boli bic? Al gris.
...las jeringuillas y vías de enfermos? También al gris.
...el brick de leche? Al contenedor de envases.
Desde la Mancomunidad piden ser consecuentes con lo que se compra. “No tiene sentido que compremos unas alubias envueltas en plástico en el supermercado y no reciclemos el envase una vez las hemos gastado”, declara Carmen Villanueva, de la Mancomunidad.
Aprovecha para felicitar a los vecinos por su labor y espera que este espíritu se extienda por el resto de barrios pamploneses. Porque, afirma, “el mensaje es muy sencillo: hay que reducir al máximo la generación de residuos para cumplir la normativa europea, que pone el límite de residuos cero en 2027”.
VECINOS PROTAGONISTAS
Presentes, también, algunas asociaciones de vecinos, como Hazialdea Elkartea, que ha puesto en marcha una iniciativa para conectar a vecinos y productores locales con el fin de ofrecer productos de kilómetro cero y ecológicos y poder abaratar los precios.
Y aunque la Mancomunidad ya mandó una carta hace unas semanas para anunciar el acto, los vecinos de Mendebaldea se asomaban por la mañana al Paseo Mariano Arigita para ver qué se cocía.
Marisol Ugalde, vecina, espera en una fila para que le den su kit y poder cultivar petunias con el compost creado por la Mancomunidad con los residuos de restos orgánicos que se depositan en el contenedor. “Esto está muy bien, para mayores y para los niños. Es que así aprendemos y ellos se divierten”, comenta. “Y claro, hay chistorra, pues mejor”.