Consumos
¿Cómo son los jóvenes que acuden a Suspertu?
El programa de prevención para adolescentes de Proyecto Hombre, que lleva 25 años en marcha, atendió en 2022 a 121 menores y 245 familiares

Actualizado el 05/05/2023 a las 07:51
Suelen llegar arrastrados por sus padres, “a veces de la oreja”. Los casos en los que es el propio adolescente el que toma la iniciativa de pedir ayuda son “unos pocos cada año: tres, cuatro, cinco”, pero es lo excepcional. El año pasado, el 70% finalizó el proceso de forma satisfactoria (5 puntos más que en 2021), frente a un 30% que abandonó el programa o que incumplió las condiciones.
POR QUÉ PIDEN AYUDA
Las familias acuden preocupadas por los primeros consumos de drogas de sus hijos, que suelen ir asociados a situaciones de conflictividad familiar y al impacto en el rendimiento académico. El consumo de alcohol está presente en el 88% de los casos y el de tabaco, en el 78%, pero no suelen ser el detonante para pedir ayuda. “Suelen venir cuando ya se ha iniciado el consumo de cannabis (presente en el 77%). El resto de drogas siempre aparecen, pero son casos residuales”. En líneas generales, se mantienen las tendencias.
SUBEN LOS PROBLEMAS CON APUESTAS Y PANTALLAS
El año pasado se duplicó la proporción de casos que llegan por problemas con las pantallas, las apuestas y los juegos de azar, que se sitúan ya en el 14%. “Es algo que preveíamos porque es una fuente fuerte de conflicto”. Suelen ser comportamientos que acarrean “mucho aislamiento social” y presentan “factores de riesgo comunes con otros patrones de consumos, sobre todo los familiares, los que tienen que ver con la supervisión o el establecimiento de normas y límites claros”. En cualquier caso, el programa no se centra tanto en el tipo de sustancia o comportamiento de riesgo, sino en tratar de dilucidar “qué está pasando, qué vacíos tiene” un joven para que se adentre en este terreno. “No estamos constantemente hablando de drogas o de apuestas con los chavales”.
CON QUÉ EDAD ACCEDEN AL PROGRAMA
La horquilla oscila entre los 13 y los 20 años. Los chicos acceden, de media, medio año más tarde que las chicas. Ellos con 16,5; ellas, con 16. “Las familias se asustan antes con las hijas; determinados comportamiento de riesgo se normalizan más en los chicos”. Aunque el programa busca ser “un traje a medida” para cada participante, la estancia media ronda los 6 meses.
CADA VEZ, MÁS CHICAS (UN TERCIO DEL TOTAL)
Siempre ha habido muchos más chicos que chicas atendidos, con una proporción que se mantenía en torno al 80-20. En 2022 se ha constatado una mayor presencia de chicas, tanto en términos absolutos como proporcionalmente, respecto al año anterior. “Cerca de un tercio de las personas atendidas fueron chicas”.
LAS FAMILIAS TAMBIÉN PARTICIPAN
Una de las “señas de identidad” de Suspertu es que trabaja simultáneamente con los adolescentes y con sus familias. Ofrece acompañamiento por separado, con distintos profesionales, para ayudarles a desarrollar recursos y favorecer la prevención. “Se trata de ofrecer al adolescente un espacio confidencial en el que se sientan libres, pero el trabajo con la familia tiene un gran peso”.
AUMENTO EXPONENCIAL EN PREVENCIÓN EXTERNA
Suspertu ha experimentado un aumento “exponencial” en las actividades de prevención externa. Se ha incrementado más del 60% con respecto al curso 2021 en el total de horas impartidas (404 horas), mayoritariamente en centros escolares, pero también familiares, y se ha llegado a más de 4.400 adolescentes y casi 300 familiares. Este aumento se explica por la mayor demanda relacionada con apuestas deportivas y juegos de azar.