Recuperamos esta entrevista con Atxen Jiménez, recientemente fallecida, después de recibir la condecoración "Cruz de Carlos III el Noble" en 2014.
Atxen Jiménez recibía en 2014 la condecoración "Cruz de Carlos III el Noble". Entonces, Jiménez se mostraba como la más emocionada de los galardonados, comenzó excusándose. “Ya sabéis que yo hablo muy rápido, no sé si me entenderéis. Si hubiera traído una comidica para todos hubiera quedado mejor”, dijo, provocando una sonrisa general. La cocinera, que acudió al acto acompañada de sus dos hijos, Nicolás y Beatriz, y tres de sus nietos, Iranzu (12 años), Carlota (7) y Javier (8), se mostró muy agradecida por la distinción. “Me resulta muy difícil imaginar algo que pueda enorgullecerme tanto”, expresó. Dijo entender la medalla como un reconocimiento colectivo a la labor “de toda la plantilla del Túbal”. Sin vosotros, yo no soy nada”, afirmó.
A nivel personal, lo asumió como “una gran oportunidad de renovar con más ahínco, más entrega y más ilusión ”su contribución a la gastronomía navarra”. “Para que ésta sea cada vez más conocida, dentro y fuera de nuestras fronteras”, deseó. Jiménez, al echarla vista atrás, no dudó en acordarse de sus padres, Ascensión y Demetrio, quienes la iniciaron en el mundo de la restauración. A ellos les dedicó la Cruz de Carlos III, igual que al resto de su familia. “A los que están y a los que dolorosamente, ya nos dejaron”, apuntó, con la voz quebrada. “A vosotros, porque no me dejáis caer”, les dedicó. Su hijo Nicolás, a su lado, reconocía “el orgullo” que para todos suponía el premio. Después del acto, toda la familia se fue a celebrarlo al Restaurante Martintxo.