Más de 330.000 personas en Navarra padecen algún problema de salud crónico de distinto origen, desde genético hasta causado por hábitos de vida poco saludables como el consumo de tabaco. Con todo, uno de los factores que más influyen es la edad y el aumento de la esperanza de vida unido a que cada vez hay más personas en los grupos de mayor edad siguen elevando poco a poco las enfermedades crónicas en la población. De hecho, se estima que por encima de los 65 años un 90% de las personas tienen alguna enfermedad crónica y conforme avanza la edad es normal que se vayan sumando procesos crónicos en una misma persona.
Ahora, “la pandemia ha alejado a los pacientes del sistema sanitario, dificultando su control y favoreciendo los ingresos hospitalarios”, apunta Luis Mendo, director del centro de salud de Cascante y vicepresidente de la nueva Sociedad Española de Atención a las Personas con Enfermedades Crónicas.
LOS CENTROS DE SALUD
Se estima que el 80% de las consultas en Atención Primaria son de pacientes con problemas crónicos. Sin embargo, Mendo apunta que hay mucha burocracia relacionada con la patología crónica, desde recetas, solicitud de analíticas y pruebas hasta consultas porque no llaman a un paciente para su revisión. “La cronicidad conlleva mucho trámite administrativo”.
Muchos expertos consideran que la atención que reciben los pacientes “no es siempre la adecuada”. Y, en ocasiones, llegan a la consulta cuando ya están descompensados o cuando su problema ha empeorado su calidad de vida. “La población ahora es consciente de que sus procesos no avanzan, de que están atascados. Las pruebas tardan mucho, las revisiones no llegan y la enfermedad avanza”. La consecuencia es que el control de las enfermedades crónicas, uno de los puntos fuertes que debe promover la Atención Primaria, se ha resentido durante y tras la pandemia.
LA ENFERMEDAD CRÓNICA
Luis Mendo explica que una patología crónica es una enfermedad cuya evolución es superior a seis meses y, después, se va a mantener en el tiempo.
Las patologías crónicas pueden afectar a cualquier parte del organismo pero las más frecuentes suelen ser las que se relacionan con el aparato cardiovascular (cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, hipertensión, diabetes, etc.), las que se presentan a nivel osteoarticular (artritis reumatoide, artrosis, fibromialgia, osteoporosis, etc.), las enfermedades respiratorias (desde EPOC hasta asma, bronquiectasia, etc.), todos los problemas relacionados con la salud mental (depresión, ansiedad, esquizofrenias, etc.), así como aquellos que tienen que ver con el aparato digestivo (enfermedad de crohn, colitis ulcerosa, etc.), entre otras. A ellas hay que sumar los pacientes oncológicos. “Muchos pacientes con cáncer se curan pero hay que hacer un seguimiento y mantener tratamientos de forma continua”, dice.
“Cada vez hay más necesidad de atención. Hay una necesidad de seguimiento y es lo que no estamos dando”.
Las enfermedades crónicas también pueden ser distintas en función de la edad y el sexo. Por ejemplo, la artritis reumatoide es más habitual entre 40 y 60 años y en mujeres, el infarto se va igualando poco a poco.
Expertos abogan por promover la continuidad de cuidados
La atención a las personas con problemas crónicos es un reto sanitario que ha unido a distintos especialistas para intentar que el sistema sanitario ofrezca la atención que necesitan. Así, se ha creado la Sociedad Española de Atención a las Personas con Enfermedades Crónicas y un médico de familia de Navarra, Luis Mendo, director del centro de salud de Cascante, es el vicepresidente de la entidad, que agrupa a médicos, farmacéuticos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, pacientes, etc.
“La manera de atender a una persona crónica debe ser distinta a cómo se hace ahora”, dice Mendo. Son pacientes que, en ocasiones, requieren la atención de un médico de familia, de hospital, de la farmacia, de la trabajadora social, rehabilitación... “Queremos facilitarlo. Servir de comunicación con todos, incluidos los pacientes”. La entidad nace para promover iniciativas para mejorar la atención así como la investigación y colaborar con administraciones en ese camino.
Y es que las necesidades y el trabajo son muy distintos. Así, una parte de las enfermedades crónicas están relacionadas con los estilos de vida. Por ejemplo, la aparición precoz de infartos o ictus suelen relacionarse muchas veces con el tabaquismo, el sedentarismo y las dietas poco saludables en las que predominan las grasas saturadas. “Estamos viendo que se están perdido los hábitos de alimentación más saludables”. A esta situación hay que sumar el aumento de la esperanza de vida. “Una persona puede tener 80 años y padecer una hipertensión, con una artrosis, fibrilación auricular, etc.”. Todo junto suma y en una persona varios medicamentos pueden tener interacciones, efectos secundarios que generan necesidades no solo sanitarias sino también sociales. Por eso, la necesidad de cada paciente es diferente.
El control cardiovascular y osteomuscular, perjudicados
Ha habido un empeoramiento general de control y seguimiento en las enfermedades cardiovasculares, ictus..., asegura Luis Mendo. “Si no se hace un control de hipertensión, obesidad, etc. va a propiciar que aparezcan nuevos eventos”. También en todo lo relacionado con patología osteomuscular hay un “colapso de acceso”. Pacientes con artritis, fibromialgia, artrosis de columna o rodilla están teniendo problemas. Los respiratorios, en cambio, han pasado la pandemia con menos procesos aunque ahora habría que analizar. “Tenemos que ver si esas personas han perdido función respiratoria”. En cuanto a la salud mental, afirma que no se puede dar una atención igual a los problemas que han surgido después de la pandemia y si no se atienden bien en un tiempo serán procesos crónicos.
PROBLEMAS
1 Agudización. Los procesos crónicos pasan por distintas fases. Hay momentos de agudización de los problemas y, después, sigue el proceso crónico. Por eso el control es esencial.
2 Suma. La edad es un factor que influye. A mayor edad, más posibilidad de tener más procesos
3 Atención. El problema detectado es que muchos pacientes requieren atención desde distintos frentes pero no se trabaja con el paciente en el centro ni en coordinación profesional. No se puede “parcelar” al paciente.
4 Falta de tiempo. En Primaria prima ahora la atención al problema agudo. No hay tiempo para hacer una búsqueda de pacientes que faltan a revisiones.