Medio Ambiente
¿Por qué han salido tantos hongos?
Los micólogos se muestran sorprendidos por el “espectacular” golpe de hongos de la primera semana de septiembre en Navarra. Ha sido extraordinario en cantidad y geográficamente caprichoso

Actualizado el 10/09/2022 a las 09:50
"Complicado explicarlo”. Dos palabras bastan para entender que no es sencillo descifrar por qué el último golpe de hongos en Navarra ha sido tan extraordinario en cantidad, y al mismo tiempo tan caprichoso geográficamente.
Janet Torrea Urbeltz, bióloga y ambientóloga, natural de Lintzoain, es responsable del parque micológico de Erro-Roncesvalles. Abierto en 2018, lo atiende desde entonces en la búsqueda de un equilibrio entre la recolección, la educación ambiental y la conservación de los recursos naturales. Se reconoce “muy sorprendida” por el fenómeno vivido en la primera semana de septiembre, una “fructificación” de hongos que arrancó justo en el tránsito del mes de agosto al de septiembre y se prolongó una semana.
“El mundo de los boletus es complicado. No los consiguen cultivar artificialmente por más intentos que se hacen y a mí lo de estos días me ha sorprendido muchísimo. Es cierto que los boletus de verano fructifican con la combinación del calor y la lluvia, pero de esta manera no lo habíamos visto”, apunta Janet Torrea y, a falta de explicaciones científicas, se basa en hipótesis. “Esto que digo es solo una hipótesis, pero puede ser que sea una respuesta de los hongos a la sequía, al cambio climático, que intenten adaptarse “, sostiene. Describe que “los boletus son hongos simbiontes, que viven en simbiosis con los árboles y se unen a las raíces, sobre todo de las hayas a través del micelio, filamentos que surcan la tierra. "Y a través de ellos, cuanto mayor superficie ocupe el sistema radicular, mayor acceso al agua tendrán”. Sería, en fin, un mecanismo de defensa, “una adaptación a la nueva situación” en las laderas con una sequía más pronunciada”. “Pero la naturaleza siempre nos sorprende”, subraya Torrea e incide en que no se considera micóloga, una disciplina incluida en la Botánica en el grado de Biología y en la que no hay muchas opciones de formarse académicamente, salvo a pie de campo. “La experiencia es la que te enseña y hay micólogos que saben muchísimo”, sostiene.
Repara en todo caso en que lo de esta primera semana de septiembre ha sido “espectacular”. Ha habido hongos para todos, también para personas inexpertas y profanas, y en cantidades que pocos recordaban. “Pudieron influir muchos factores, hasta la luna creciente, aunque no esté científicamente demostrado”, recuerda.
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