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Los paisajes quemados en Navarra, un mes después de los incendios

Este lunes se cumple un mes del inicio de la peor ola de incendios de Navarra. Las localidades afectadas siguen inmersas en la recuperación, a la vez que proponen medidas para que algo así no vuelva a pasar. Éstas son las historias de algunas de ellas

Ampliar Puente la Reina
El fuego iniciado en Legarda/Obanos se extendió, entre otras, por Puente la Reina, Arraiza y Belascoáin, y saltó el cauce del Arga para pasar a Artazu, Guirguillano y ArguiñárizJesús Garzaron
Publicado el 17/07/2022 a las 06:00
El sábado 18 de junio de 2022 ya forma parte de la historia negra de Navarra. Ese día fue el del inicio de una ola de incendios que, en distintos puntos de la Comunidad foral, arrasó alrededor de 15.000 hectáreas, entre masa forestal (12.700 ha) y cultivos (2.300 ha), y que obligó al desalojo de más de 700 personas.
Las llamas no causaron daños personales, pero pusieron en jaque a más de 50 localidades del territorio foral y obligaron a activar el mayor despliegue en la lucha contra los incendios en la historia de Navarra con la participación de más de 1.000 profesionales.
Ahora, un mes después de aquel episodio, los municipios afectados siguen en pleno proceso de recuperación. Un proceso que saben que será muy largo, que llevará meses o, incluso, años, y para el que reclaman la ayuda tanto del Gobierno de Navarra como el de España y, también, la paciencia de sus vecinos. Y es que todavía hoy se están cuantificando los daños materiales provocados por las llamas tanto en bienes municipales como particulares.
Sin duda un episodio grabado ‘a fuego’ en la memoria de los alcaldes de las localidades que esos días lucharon contra las llamas; que estuvieron al pie del cañón defendiendo sus municipios; y que protagonizan este reportaje.
VALDIZARBE
La zona que más hectáreas perdió en el fuego fue la de Valdizarbe y El Perdón, con más de 5.000 entre área forestal (2.142 ha); pastos y arbustos (1.118 ha) y cultivos y superficie arable (1.380 ha). El avance de las llamas fue tan virulento que, incluso, llegó a afectar a algunas viviendas en Obanos y Legarda.
Ambos municipios ya han comenzado a reparar algunos elementos de mobiliario urbano y a restablecer servicios municipales afectados por el fuego, a la espera de una cuantificación más precisa de los daños, de los informes que deben realizar las compañías de seguros, y de las ayudas que puedan llegar por parte de las distintas administraciones.
Una ingente labor que los alcaldes de las localidades afectadas deben realizar teniendo todavía muy vivos los recuerdos de aquellos días en los que las llamas rodeaban a sus localidades. “Ha sido lo peor que he vivido en mi vida”, comenta sin dudar la primera edil de Obanos, Arantxa Hernández, quien recuerda cómo el fuego rodeó la localidad “en cuestión de segundos”. “A instancias de la Guardia Civil, procedimos al desalojo del pueblo. Ver Obanos vacío y con las llamas avanzando por todos los lados fue una sensación horrible”, indica Hernández, quien espera que el departamento de Medio Ambiente “establezca aquellas medidas preventivas que considere oportunas para evitar o, al menos, minimizar los efectos de futuros incendios”. “Nos parece importante que cuando desde el departamento se pide que no se coseche en olas de calor no solo sea una recomendación sino una obligación. Comprendo el malestar de los agricultores, pero hay gente que cumple las recomendaciones y otra no”, explica la primera edil.
“Por nuestra parte -indica Hernández- ya hemos iniciado conversaciones con la Mancomunidad de Valdizarbe para establecer un mapa con todas las bocas de riego que existen, de modo que los vecinos sepan dónde se encuentra cada una. Además, hemos realizado un nuevo requerimiento para que los dueños de parcelas procedan a la limpieza y desbroce de las mismas”, explica la alcaldesa de Obanos, quien cuantifica en alrededor de 40.000 euros los daños producidos por el fuego en distintas propiedades municipales
Una de las imágenes más icónicas del efecto del fuego en Legarda son los escombros a los que ha quedado reducida una de las tres casas dañadas por las llamas. El Ayuntamiento tomó la decisión de derruir el inmueble por peligro de derrumbe y, ahora, está a la espera de reunirse con los propietarios de las otras dos viviendas para determinar qué medidas adoptar en las mismas.
Estamos reparando el alumbrado público y algunas zonas verdes de gran arbolado. Además, estábamos preparando un pliego de condiciones para un aprovechamiento forestal de madera por valor de 53.000 euros que, ahora, ha quedado inservible para el destino al que iba dirigirse”, repasa el alcalde de Legarda, Silvestre Belzunegui, quien teme que el paso del fuego pueda ser una rémora para el desarrollo de su localidad. “Teníamos pensado iniciar la construcción de un edificio multiusos cubierto que nadie nos financia y para el que habíamos conseguido reunir cierta cantidad de dinero..., y ahora vemos que vamos a tener que destinar esos recursos a reparar todo lo afectado por el fuego. Esta situación no es justa para Legarda y espero que el Gobierno de Navarra nos ayude”, afirma el alcalde.
Belzunegui recuerda que dos días antes de que el fuego llegara a su localidad: “Pedí que se prohibieran las actividades agrícolas porque las condiciones ya eran muy malas”. “Pero no se quiso tomar una decisión que, seguramente, iba a ser muy impopular entre los agricultores, y luego pasó lo que pasó. Solo espero que el Gobierno de Navarra haya aprendido la lección”, señala el primer edil de Legarda.
Por su parte, en la vecina localidad de Puente la Reina, su alcalde Oihan Mendo aboga por “aprender a convivir con este tipo de episodios que cada vez van a dejar de ser tan excepcionales por efecto del cambio climático”. “Tenemos que dotarnos de planes de incendios, contando y formando a la ciudadanía para que todos sepamos cuál es nuestro papel”, apunta Mendo, quien también señala la necesidad de “hacer una buena planificación de nuestros montes, con plantaciones de especies autóctonas más resilientes a los incendios y, por otro lado, dejando que la ganadería paste en ellos para contribuir a su limpieza”.
Puente la Reina
Las llamas calcinaron esta máquina de lavar coches en Puente la ReinaJesús Caso
Y es que, como resalta Mendo, los daños del fuego en la flora y fauna de Puente la Reina “han sido muy importantes”, así como los perjuicios causados a los agricultores, “especialmente en un año como este en el que están padeciendo la subida de los costes en fertilizantes y combustibles”.
Mendo recuerda que su localidad lleva “una triste trayectoria enlazando diferentes desastres naturales, ya que en diciembre padecimos las riadas, y hace un mes el incendio”. En cualquier caso, el primer edil de Puente la Reina prefiere destacar “la solidaridad con la que se comportaron los vecinos, con especial agradecimiento a los jóvenes”. “En las primeras horas del incendio hicimos la labor de localidad de acogida de aquellos evacuados de Obanos y Legarda pero luego, según avanzó el fuego, tuvimos que luchar contra las llamas que amenazaban al pueblo. Recuerdo aquello con la angustia, miedo y el nerviosismo que sufrimos, pero me quedo con la alegría de ver a un pueblo que fue capaz de unirse contra el fuego”, apunta Mendo.
SAN MARTÍN DE UNX Y UJUÉ
Otro de los focos de los incendios se localizó entre San Martín de Unx y Ujué, donde las llamas calcinaron 3.737 hectáreas: 1.332 de masa forestal, 2.068 de pastos y arbustos, y 337 de cultivos y zona arable.
Además de toda la vegetación calcinada, el fuego alcanzó abundante apero agrícola que, en el momento del incendio, se encontraba en distintas campas alrededor de San Martín de Unx cuyo valor se estima en más de 250.000 euros. “Se trata de maquinaria no asegurable, con lo que sus propietarios se encuentran en una situación difícil”, explica el alcalde de la localidad, Javier Leoz, quien lamenta que el incendio “haya afectado a nuestro entorno, justo ahora que estábamos inmersos en varios proyectos de turismo medioambiental y enoturismo”. “Todo ha desaparecido y pasarán años hasta poder recuperar lo que teníamos. Pero no queda otra que dar un paso atrás para coger impulso y seguir adelante”, apunta el alcalde de San Martín de Unx.
San Martín de Unx
Los incendios, un mes después: San Martín de Unx./José Carlos Cordovilla
Y con la vista puesta en el futuro, Leoz no olvida lo que vivió durante los incendios. “Hubo un momento en el que sentí que el pueblo estaba perdido. Las llamas habían rodeado todo el casco urbano y estábamos apagando el fuego en los cabezales de las casas. Era una guerra, y la estábamos perdiendo..., pero en el último momento entraron los hidroaviones y consiguieron apaciguar el fuego”, recuerda Leoz.
Sobre las medidas a adoptar para evitar nuevos episodios de este calibre, el alcalde de San Martín de Unx fija su mirada en el estado en el que, como él apunta, se encuentran los montes “con una enorme cantidad de vegetación y materia seca que es el combustible perfecto para que sucedan situaciones como las de hace un mes”. “En la conocida como Regla 30/30/30 de los incendios forestales, la mano del Hombre no puede hacer nada. No podemos reducir la temperatura, ni aminorar la velocidad del viento, ni variar la humedad relativa en el aire..., pero sí podemos eliminar la maleza que se acumula en el monte y que nunca antes en los 1.000 años de historia que tiene San Martín de Unx había presentado un aspecto como el que tiene ahora”, apunta Leoz.
En Ujué también se encuentran ahora cuantificando las pérdidas provocadas por un fuego que, con respecto a propiedades municipales, se cebó en varias cercas ganaderas. “El Gobierno de Navarra nos ha adelantado que sufragará el 60% de su coste, pero esto es insuficiente cuando estamos hablando de cercas que apenas tienen 3 o 4 años”, reclama el alcalde de Ujué, Rubén Sánchez, quien destaca el perjuicio provocado en el coto, “lo que ha hecho que la caza del jabalí y la caza menor se haya perdido”.
Pero más allá de esas pérdidas económicas, Sánchez apunta que lo más importante ahora es “levantar el ánimo de los vecinos tras el desalojo que tuvieron que sufrir”. “Vivir algo así supone un duro golpe psicológico, ya que dejas atrás tu casa y no sabes qué te vas a encontrar a la vuelta. Por eso, ahora, y pese a que ya ha pasado un mes, seguimos en proceso de asimilación”, reconoce, a la vez que recalca el agradecimiento de Ujué “a los municipios que acogieron a nuestros vecinos durante el incendio”.
Al igual que su homólogo de San Martín de Unx, el alcalde de Ujué pide prestar más atención a la situación en la que se encuentran los montes, “y a toda esa masa forestal acumulada por el abandono de los campos y la falta de ganado que puede hacer la labor de limpieza en estas zonas”. “Somos Zona Media y constituimos el primer tramo del área montañosa de Navarra. Nuestra orografía hace que atajar un incendio sea más complicado que en otros lugares y, a la vez, facilita su extensión a otras localidades”, advierte Sánchez, quien pide a las autoridades “la elaboración de planes de incendios localidad por localidad, pero también con una visión transversal de toda Navarra, para acometer los retos que ya nos está planteando el cambio climático”.
LA RIBERA
Más al sur, en la Ribera, las dos localidades que sufrieron en primera línea los incendios de junio fueron Valtierra y Arguedas. El fuego se extendió por 1.810 hectáreas de zona forestal (862 ha), pastos y arbustos (823 ha) y cultivos y zona arable (125 ha).
Pero más allá de las pérdidas en zona rural, el incendio afectó a empresas como la agroalimentaria de Planasa y Neumáticos Lagun, de Valtierra, que continúan trabajando para recuperar su actividad ordinaria lo antes posible.
Por su parte, desde el Ayuntamiento han centrado sus esfuerzos en reparar los distintos suministros eléctricos y sistemas de agua afectados por el fuego, así como adecentar el cementerio. “Ahora mismo estamos haciendo todo a cuenta de las arcas municipales, pero consideramos que el Gobierno de Navarra tendrá que cumplir con lo que nos dijo y ayudarnos”, indica el alcalde de Valtierra, Manuel Resa, quien se muestra muy crítico con la actuación del Ejecutivo foral durante el incendio. “Valtierra estuvo abandonado. El Gobierno de Navarra presume de dotaciones de Bomberos..., pero en mi pueblo no se vio nada de eso. Yo estuve ahí, metido entre las llamas, junto a la cisterna y el tractor intentando apagar el fuego, con lo que no puede venir nadie a contarme cuentos”, afirma Resa.
Valtierra
Los incendios, un mes después: Valtierra./Javier Igea
El alcalde valtierrano no es partidario de prohibir la actividad de las cosechadoras, “ya que de ello depende la economía de ese agricultor, pero sí que sería conveniente buscar los momentos más adecuados para realizar esas tareas y que cada cosechadora vaya acompañada de alguna cisterna de agua de la que poder echar mano en caso de incendio”. Resa también aboga por la limpieza de los montes, “para evitar que se conviertan en polvorines”, y en decretar las evacuaciones de las localidades “con más criterio”. “Aquellas personas que pueden aportar con su labor a la extinción del incendio y en la defensa de sus casas se tienen que quedar, porque ya somos mayorcitos para saber dónde está el peligro”, afirma Resa, quien tiene muy claro que “queda mucha tarea por delante para recuperar el pueblo, pero Valtierra se volverá a levantar”.
Una ardua tarea que también aguarda en Arguedas, donde el fuego no afectó a bienes particulares, pero sí generó muchos daños en propiedades municipales como en el entorno de la ermita de la Virgen del Yugo. Allí las llamas arrasaron elementos como los miradores de las Bardenas, el parque infantil, parte del alumbrado e, incluso, algunas de las señales de la carretera de acceso al templo. Además, el alcalde de Arguedas, José Mari Pardo, destaca los daños producidos en la flora y fauna del monte. “Desde el Gobierno de Navarra nos comentaron que los trabajos de repoblación correrán a cargo del departamento de Medio Ambiente, algo que me parece muy acertado ya que esto debe ser dirigido por profesionales”, afirma Pardo.
El primer edil de Arguedas recuerda que, cuando el incendio se declaró en el término de Aguilares, “contábamos con medios de Bomberos, pero cuando el fuego comenzó a avanzar por el monte los vehículos terrestres no tenían modo de acceder”. “Entonces hubiéramos necesitado apoyo aéreo, pero hay que tener en cuenta que, en esos momentos, en Navarra había 6 incendios a la vez, y se estaban priorizando aquellos donde estaban comprometidos los cascos urbanos”, explica.
La situación se complicó avanzada la tarde, sobre todo para los vecinos de los barrios de Sopeña y Sancho Ramírez, ubicados justo debajo de la peña donde las llamas empezaron a asomar. “Hubo momentos en los que cayeron auténticas bolas de fuego sobre las casas y los vecinos, con sus medios y con mangueras prestadas por el Ayuntamiento, consiguieron defender sus viviendas”, afirma Pardo, quien agradece “la labor que realizaron aquellos agricultores que, con sus tractores, hicieron cortafuegos en el monte y salvaron del fuego las instalaciones cooperativa”.
Entre las medidas a adoptar para evitar episodios de este tipo, Pardo coincide con sus homólogos de otras localidades en la necesidad de limpiar los montes. “Nosotros decimos que las ovejas son los ‘bomberos de invierno’, ya que eliminan de los montes aquella vegetación que luego en verano se convierte en todo un peligro en caso de incendio”, indica.
PARQUE SENDAVIVA
El parque de la naturaleza Sendaviva de Arguedas fue uno de los principales perjudicados por los incendios de junio. Ese fatídico sábado 18 de junio estaban visitando esta instalación de ocio alrededor de 2.500 personas que tuvieron que ser desalojadas cuando el fuego, a primera hora de la tarde, cambió de dirección y comenzó a amenazar al parque.
Desde entonces, y durante este mes, los responsables de Sendaviva se encuentran trabajando para poder reabrir parcialmente el parque este mismo verano. “Hay zonas como el Bosque y atracciones como el Bobsleigh, la Tirolina o la Caída Libre que no podremos abrir este año, pero el resto sí vamos a poder habilitarlas para atender a los visitantes. Además, la inmensa mayoría de los animales se salvaron, algo que fue una magnífica noticia”, explica el gerente de Sendaviva, Rubén González, quien destaca que, gracias a la reapertura, el parque conseguirá mantener a sus cerca de 50 empleados fijos discontinuos.
Pese a que las labores de reconstrucción van por buen camino, González no se aventura a dar una fecha concreta para la reapertura. “Lo único que podemos adelantar es que, al no contar con todos los servicios del parque, se reducirá el precio de las entradas”, explica el gerente, quien también indica que los visitantes podrán ver de cerca los efectos del fuego. “Estamos pensando en establecer una ruta en camiones por la zona del Bosque que resultó calcinada y, en el área del Pueblo, vamos a dejar el parque infantil vallado para que todo el mundo vea cómo quedó. Uno de nuestros objetivos es sensibilizar a los visitantes sobre el respeto al medio ambiente y el cambio climático, y creemos que mostrar los efectos de un incendio como el que sufrimos puede ser el mejor modo de concienciar”, concluye González.
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