Salud
“El relevo generacional de los donantes de sangre es más complejo porque la sociedad ha cambiado”
Maria Otermin, coordinadora de ADONA, destaca que la salud de la donación en Navarra es "buena"

Publicado el 15/06/2022 a las 06:00
“Hemos querido sacar la donación a la calle para que todo el mundo vea que es un acto sencillo, que lo puede hacer casi la totalidad de la población”. afirmó María Otermin Ayesa (Pamplona, 58 años). Desde hace más de 30 años es coordinadora de ADONA. Ayer, con motivo del Día Mundial del Donante, llevaron la Unidad Móvil de la entidad a la Plaza del Castillo. Otermin se mostró una vez más agradecida por la generosidad de los donantes y abogó por volver a la normalidad tras dos años duros de pandemia. “La población sabe que la sangre es necesaria”, dijo.
¿Tiene buena salud la donación en Navarra?
Sí. Tiene buena salud. El donante es generoso y en cuanto ve un llamamiento responde. Con todo, hay que evitar que se responda al impulso de una llamada. Es mejor que sea constante y responda a las citaciones del Banco de Sangre aunque enero y febrero han sido muy malos. La sexta ola de la pandemia ha sido la peor. Y seguimos cancelando citas de personas que han dado positivo en covid.
¿Hay alguna indicación respecto al covid?
Hay que volver a agradecer a los donantes su actitud. Solo se les pide que si no están bien de salud no donen y que si después de donar dan positivo en las 48 horas siguientes o han sido contactos directos, nos avisen.
¿Cómo va el relevo generacional?
Envejecemos. Y cuánto mayores nos hacemos hay más posibilidades de necesitar alguna transfusión de un componente sanguíneo. Y si hay menos gente joven necesitamos captarlos más. Necesitamos más volumen.
¿Acuden los jóvenes?
Los captamos muy bien pero la sociedad ha cambiado. Antes nacías, vivías y trabajabas en el mismo sitio. Ahora, la gente joven sale a estudiar y trabajar fuera. Luego vuelve, etc. Es una población que se mueve más y eso se nota a la hora de fidelizar a los donantes. El año pasado el 53% de las personas que lo donaron por primera vez eran menores de 29 años.
¿Entonces la mayoría de los donantes nuevos son jóvenes?
Sí. Se puede empezar a donar con 18 años. Tenemos que intentar buscar la forma de fidelizarlos y que cuando vuelvan continúen con la donación. Cuanto más incrementemos la base de donantes jóvenes más fácil será que haya personas que después sigan.
¿Notan el retorno?
Sí. Hay personas que vuelven y que te indican que se hicieron donantes cuando iban a la universidad. También pasaba antes pero la diferencia es que había más jóvenes. Lógicamente el relevo generacional nos preocupa, es más complejo que antes y las soluciones son más complicadas. Se nota que hay mucha gente que ha salido a trabajar fuera.
¿El donantes es cada vez más mayor?
Nuestros donantes más fidelizados tienen más de 45, casi 50 años. Pero pasa como en todo. La población envejece. Se puede donar hasta los 65 años y con autorización médica hasta los 70.
¿Se mantiene la tradición familiar en Navarra o cambia?
Sigue. Hay personas que vienen por primera vez con sus padres, tíos, etc. Pero es cierto que ese mensaje, dentro de la comunidad de la familia, se ha roto un poco, como todo en la sociedad. Sigue siendo un donante habitual pero cobra fuerza el círculo de amigos, del trabajo. También trabajamos mucho la donación en colegios.
¿En qué sentido?
Nuestra idea es que trabajando la donación a los 9-10 años cuando reciban un impacto publicitario a los 18 recuerden que es necesario y se sumen a la donación. Si perdemos la correa de transmisión dentro de la familia que la podamos encontrar en otro sitio. Tenemos proyectos que trabajan el tema en Primaria, de cuarto a sexto.
¿Qué les cuentan?
A esa edad estudian ya el sistema circulatorio y la sangre ya no es algo raro para ellos. Queremos evitar que lleguen a los 16 años y que se mareen o les produzca rechazo. Tienen que entender que la sangre es importante para ellos pero que, a través de la donación, es importante para otras personas. Salva vidas y te puede hacer falta en un momento concreto.
¿Se está recuperando la actividad tras la pandemia?
Nos ha afectado igual que a cualquier colectivo. Poco a poco intentamos retomar la normalidad pero en donación de sangre la pandemia va a suponer un punto y aparte.
¿Por qué?
Durante mucho tiempo llevábamos observando que el consumo de los distintos componentes de la sangre iba cambiando. Somos autosuficientes en hematíes (donación convencional) y está estabilizado. Donde más se usa es en quirófano y hoy las técnicas permiten que los pacientes sangren muy poco. Por contra, se ha incrementado mucho el consumo de plasma y plaquetas para atender tratamientos oncológicos, por ejemplo. El plasma es deficitario a nivel mundial, también en Navarra.
¿Para qué se utiliza?
El plasma es un componente de la sangre y prácticamente todo es agua. Tiene unas proteínas (inmunoglobulinas, albúmina, etc.) que son necesarios para fabricar medicamentos. Por ejemplo se tratan enfermedades raras con tratamientos personalizados que cada vez son más demandados. Vamos a necesitar que algunos donantes vayan combinando donaciones de sangre y de aféresis.
¿Cómo son estas donaciones?
No son donaciones ordinarias. Se extrae con una máquina que es capaz de separar los componentes. Para donación por aféresis se necesita unas venas mejores porque el tiempo de extracción es más largo, desde media hora hasta una hora. Yse pide un peso un poco mayor, más de 55 kilos. Se hace una analítica previa y el Banco de Sangre hace esa selección del donante más idóneo para donar plasma o plaquetas. Por eso no se han hecho campañas masivas de captación.
¿Cuántos donantes activos hay en Navarra?
Cerca de 25.000. El año pasado donaron 13.640.
¿Y con tanto donante por qué somos deficitarios en donaciones por aféresis?
Porque no se ha planteado ni la infraestructura ni el personal para este tipo de donación. Por eso en los últimos años vamos creciendo poco a poco en número de aféresis. Este año el objetivo es llegar a 3.500 donaciones de aféresis por este aumento de necesidades mientras que en 2021 fueron 2.897. No se cubrirían aun las necesidades. Hay que seguir creciendo. Se informa a los donantes sobre por qué es necesaria y qué componentes se extraen por el sistema de aféresis.
Hay que personalizar.
Sí. Además se puede donar plasma más veces, incluso cada 15 días. Pero no pretendemos que el donante acuda mucho sino conseguir un volumen de gente suficiente para que el esfuerzo se reparta entre más personas. En la donación ordinaria las mujeres pueden donar un máximo de tres veces al año y los hombres, cuatro.
Quieren crecer en donaciones de mujeres y jóvenes de tipo aféresis.
Sí. Con el plasma no quitan glóbulos rojos y muchas veces hay mujeres que no pueden donar porque están justas de hemoglobina o tienen un poco de anemia. Normalmente la mujer suele estar un poco más justa de hierro. Pero podrían ser donantes de plasma porque no les afecta a la analítica. Ahí el Banco de Sangre cita y explica. Y en los menores porque es el colectivo que menos repite sus donaciones.
¿Cuáles son los periodos más complicados en las donaciones?
En Navarra la donación es bastante estable. Las donaciones bajan con el inicio del curso, porque cuesta volver al día a día, en navidades y a principios de año, coincidiendo con gripes, catarros, etc. En verano se cogen vacaciones. Hay que procurar que la gente done también en verano.
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