Moria
La furgoneta llegó a Grecia
La ONG Zaporeak compró con donaciones una furgoneta para repartir comida en el castigado campo de refugiados de Moria, en Lesbos. El pamplonés Javi Ruiz la ha conducido hasta allí

Actualizado el 15/12/2020 a las 08:27
Cansado y al tiempo contento se mostraba este viernes Javi Ruiz Redín, pamplonés, coordinador de la ONG Zaporeak, que condujo hasta Lesbos la furgoneta que habían conseguido comprar meses antes por medio de una campaña de crowdfunding. Con el vehículo ahorrarán los 1.100 euros al mes que dedicaban a alquileres para poder repartir comida en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega.
Javi Ruiz respondía al teléfono el viernes desde Lesbos. Guardaba cuarentena en espera del resultado de la PCR, igual que Paula Lapoujade Garde, la voluntaria donostiarra que le acompañó en el viaje y que se quedará durante un mes en la cocina de Zaporeak. Ambos partieron desde San Sebastián el lunes día 7, alas diez y media de la mañana. Cubrieron por carretera unos 1.600 kilómetros hasta Ancona, en Italia, donde embarcaron con la furgoneta en un ferry hasta Patras. Desde allí continuaron ruta por carretera a Atenas, y desde la capital iniciaron la última etapa, también en barco, rumbo a Lesbos, isla situada cerca ya de la frontera con Turquía, tristemente conocida por ser la ruta que utilizan las personas refugiadas que huyen fundamentalmente de Siria y Afganistán, para alcanzar suelo europeo.
Llegaron a Lesbos el jueves, poco después de las ocho de la mañana, después de tres días de viaje. Objetivo cumplido, pero una sensación agridulce por lo que se encontraron en la isla. Lejos de mejorar, las condiciones de las personas refugiadas en el campo de Moria empeoran, en un entorno estos días lastrado por el viento y las intensas lluvias que han devastado los endebles caminos y muchas tiendas de campaña. Además, la covid-19 está también en la isla y las condiciones en el campo de refugiados son ahora muy estrictas, de manera que complica el trabajo de las ONG y en el caso de Zaporeak, el reparto de la comida que ellos preparan, unas 1.500 raciones diarias, especialmente destinada a las personas más vulnerables. En estas condiciones, en las últimas semanas intensifican el reparto de comida seca para que los propios refugiados la puedan cocinar.
ACECHO DE LA COVID
Además, Javi Ruiz explica que el alcalde de Mitilene, capital de Lesbos, ya ha advertido a las ONG para que reduzcan el número de voluntarios con el fin de no saturar el precario sistema de salud, ante posibles brotes de covid. “Cuentan únicamente con cuatro camas de UCI para 90.000 habitantes”, apunta Ruiz Redín.
Los desplazamientos, en todo caso, tampoco son sencillos. “Solo para este viaje han sido necesarias cuatro PCR, teniendo en cuenta que yo el día 20 vuelvo a casa y haré otra antes”, indica. En este contexto, Zaporeak cuenta ahora con tres personas voluntarias desplazadas, pero han iniciado otra dinámica de trabajo con el apoyo de refugiados voluntarios. “De otra forma sería difícil mantener la ayuda, que es muy necesaria”, afirma.
Zaporeak inició la campaña para comprar una furgoneta a mediados de enero de este año. Se marcaron un plazo de tres meses, hasta marzo, pero lograron su objetivo en apenas tres semanas. Después llegó la pandemia, tuvieron que adaptarse a la situación y superar los farragosos trámites para poder trasladarla.
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