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Un hidalgo del siglo XXI

José Mª Hualde Ruiz de Gámiz es hijo de marqués, aunque no vive como tal. En el futuro heredará el Marquesado de Casatorre, pero ahora su trabajo diario consiste en mantener la casa-jardín del Palacio "Jauregia" de Irurita, y mostrarla a los visitantes.

  • EVA FERNÁNDEZ . IRURITA (VALLE DE BAZTAN)
Actualizado el 13/08/2011 a las 01:52
TIENE 44 años, un aspecto sencillo y un lenguaje rápido. A primera vista no responde al arquetipo de un noble español y navarro. Viste un polo verde claro, unos pantalones de loneta y unas deportivas, y dice que acude a la cita después de haber trabajado en su jardín. Después, durante la visita guiada al palacio, sorprende; trasmite la pasión de aquellos que aman lo que poseen, lo miman y lo disfrutan compartiéndolo con los demás.
José Mª Hualde Ruiz de Gámiz confiesa que tiene un sueño. Conservar el legado patrimonial y artístico que ha recibido de su familia y aportarle una nueva línea que le dé continuidad y coherencia con la historia de sus antepasados y con la del valle de Baztán: la conexión con Latinoamérica.
La casa, base del linaje
Según consta en el archivo familiar del palacio, ubicado en la torre del siglo XV, el primer palaciano o señor de la casa conocido fue Pedro Périz de Irurita, llamado a Cortes en 1437. "Este asiento en las Cortes de Navarra es el máximo exponente de la antigua nobleza navarra", explica Hualde. Después de él, "cinco siglos y 20 generaciones de nobles" fueron aportando al patrimonio familiar distintas herencias hasta llegar a conformar lo que hoy es. "En Baztán, la casa familiar es la base del linaje", -prosigue-, porque los hombres emigraban constantemente y muchos no regresaban "a excepción de los que volvían maduritos y con fortuna para buscar una joven heredera". "Eso provocó que en un montón de casos fuera la hembra quien heredara la casa, el escudo y el panteón familiar; y, en la siguiente generación, el apellido cambiase".
La evolución del apellido
En "Jauregia" el apellido Périz de Irurita mudó cuando una nieta de éste, María, se casó a mediados del siglo XVI con Juan de Itúrbide (del palacio Iturbidea de Gartzain) y, por matrimonio, los palacianos pasaron a ser Itúrbide. Más tarde, por matrimonio de la heredera María de Itúrbide con el escribano real Sancho Narbarte, los palacianos fueron Narbarte. Por último, los actuales Hualde no llegaron hasta el siglo XVIII, cuando en 1773 María Teresa Echenique se casó con Don Tiburcio Hualde, que regresaba de América después de hacer fortuna en Lima, y ambos levantarían la parte barroca del palacio.
Ya en el siglo XIX, otro Tiburcio Hualde "mi bisabuelo" -precisa el futuro marqués- se casa en 1876 con "Doña Ramona Lizana y Hormaza", quien aportará el marquesado de Casatorre, una mejora sustancial del mobiliario y del patrimonio histórico-artístico y el archivo familar. La dote de Ramona incluye "una buena parte de los cuadros que decoraban el palacio del marqués de Casatorre en Igea" y una colección de certificados de hidalguía de gran valor histórico, por ser muy difíciles de obtener.
Fortuna americana
Curiosamente, el marqués de Casatorre, al igual que Tiburcio Hualde, hizo su fortuna también en América pero, en su caso, siendo corregidor de Arica (Chile). "Todas las piezas de la familia confluyen y tienen un origen americano" -ratifica Hualde-, por eso mi sueño es añadir al legado familiar una significativa colección de arte latinoamericano".
"Pretendo construir un proyecto que tenga continuidad y coherencia con la historia familiar, pero que a la vez incorpore una nueva línea de arte contemporáneo que pueda mostrarse en una futura casa-museo en "Jauregia" o en Baztan", afirma Hualde.
Ahora mismo, el futuro marqués de Casatorre tiene depositadas, temporalmente, 27 obras de autores latinoamericanos (Azazeta, Bedia, Galán, Kuitca y Varejao) en "Artium", el Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria, que le gustaría trasladar a Irurita dentro de un tiempo.
El abuelo médico
Siguiendo con el linaje familiar y fruto del matrimonio entre Tiburcio Hualde y doña Ramona Lizana y Hormaza, nació Pedro Mª Hualde Lizana, abuelo de José Mª, que fue muy "popular" en Irurita porque, "contraviniendo todas las normas de la nobleza y el criterio de su madre, -que nunca lo aceptó-, se empeñó en ser médico", continúa.
Tras realizar los estudios de Medicina en Zaragoza y "especializarse en piel y enfermedades venéreas" en La Sorbona de París, se estableció en Irurita y ejerció la profesión en el valle de manera completamente gratuita. "Los vecinos del Baztán lo querían muchísimo y reclamaban sus servicios", asegura Pedro Mª Quevedo Beola, de 79 años, y vecino de Elizondo. "Recuerdo que se hizo famoso por un remedio contra la calvicie y por extirpar en los años 40, junto al doctor Irigaray, un tumor cerebral a un vecino de Urdax, con gran éxito, decía la prensa de la época", precisa Quevedo.
Para completar la saga, el hijo del médico y padre del futuro marqués, Ángel Mª Hualde Goizueta, se casará con Mª Aránzazu Ruiz de Gámiz y Zulueta, hija del Marqués de Montesclaros, una familia noble de Elorrio, en el País Vasco. "La gran labor de mi madre, que es quien ostenta ahora el título de marquesa de Casatorre, -concluye Hualde-, fue la organización de todo el patrimonio familiar, el archivo y la biblioteca".
El día a día del marqués
José Mª Hualde, de momento soltero, se define a sí mismo como "autodidacta, amante del arte y pequeño coleccionista". Habita permanentemente el palacio de Irurita desde 2000, cuando su madre -que ya era viuda y residía en San Sebastián- empieza a sufrir problemas de salud. Entonces, decide trasladarse con ella a Baztan y dedicarse a su cuidado, a la vez que emprende la restauración y puesta a punto de la casa, que finalmente abrirá al público en septiembre de 2008. En la actualidad, Hualde atiende la casa, hace visitas guiadas y va confeccionando poco a poco su colección de arte latinoamericano, mediante el rastreo "online" de galerías y casas de subastas.
Los Hualde, a favor de la ConstituciónSegún el Derecho Nobiliario, es el primogénito varón quien hereda el título del reino. Sin embargo, como la Constitución Española protege y garantiza la igualdad de género, cualquier hermana mayor en una familia noble puede reclamar el título en un Tribunal de Justicia ordinario. "Por ello, -afirma Hualde- hay actualmente muchísimos pleitos entre las familias nobles". "Por supuesto, en nuestra familia, -aunque no se da el caso porque no tengo hermanos-, estamos a favor de la Constitución. La nobleza tiene que evolucionar, cumplir la ley y adaptarse a los tiempos". Por otro lado, si un noble fallece sin descendencia, "el título nobiliario recae sobre el miembro más próximo de la familia con el que exista vinculación sanguínea".
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