Osasuna
Piqué: en El Sadar acabó todo
El defensa se retira en el escenario donde ha vivido dos momentos recordados: su primer autogol y la patada a la puerta del vestuario

Publicado el 08/11/2022 a las 06:00
Osasuna será el último rival de Gerard Piqué, convocado para el partido de esta noche. Xavi no desveló si jugará o no. El defensa colgará las botas desde hoy en un escenario que le ha traído momentos recordados, aunque no tanto como aquel discurso para celebrar el triplete. “Gracias Kevin Roldán, contigo empezó todo”, pronunció en 2015. En febrero, el artista había participado en la fiesta de cumpleaños de Cristiano, lo que provocó gran revuelo.
Al futbolista del Barcelona siempre le ha gustado estar en el centro de la polémica. Sus momentos más destacados en El Sadar dejan un gol en propia puerta, una llegada tardía a Pamplona, un penalti cometido por mano y el consiguiente golpe a una puerta del vestuario fruto del enfado. Piqué dirá adiós a su carrera en El Sadar.
ZARAGOZA Y BARCELONA
Su estreno de visitante no fue con la camiseta del Barcelona sino con la del Zaragoza un 29 de abril de 2007. Ese día jugó 69 minutos y el resultado fue de empate a dos. En aquel entonces, estaba cedido por el Manchester United.
En su tercera aparición en el feudo rojillo se convirtió en protagonista absoluto. Era el curso 2009-10 y marcó su primer gol en propia puerta para hacer el 1-1 tras una jugada de Camuñas. Víctor Valdés no pudo detener el toque del defensa. La locura se apoderó de El Sadar por el punto conseguido in extremis.

La cita que llegó un curso después pasó a la historia porque el Barcelona llegó tarde a Pamplona al viajar en el día y verse afectado por la huelga de controladores aéreos. Tuvo que retrasarse el inicio de un partido que ganó el equipo de Piqué (0-3), que formaba dupla con Puyol. La actitud culé enfadó al público, que tuvo que esperar más de la cuenta (45 minutos) en pleno diciembre. Un capítulo surrealista.
El último episodio destacable sucedió en 2019. Una doble acción con el central en el foco. Una mano suya supuso el penalti que propició el empate (2-2) de Osasuna por medio de Roberto Torres. Protestó visiblemente al colegiado Martínez Munera. Vio amarilla.
El resultado trajo consigo un feo gesto del catalán, que propinó una patada a la puerta del vestuario. Dejó la marca de los tacos. Hoy, en esas paredes remodeladas, acabará todo.