Entrevista
Lorena Herrera: “Al retirarme, sentí un escalofrío de emoción y se me saltaron las lágrimas”
No es habitual que una jugadora deje el fútbol a los 26 años en su plenitud, pero la marcillesa desgrana en esta entrevista razones personales y profesionales que dan peso a su dura decisión

Publicado el 03/06/2022 a las 06:00
Hay entrevistas que te atraviesan. La ves mirar a la cámara e intentas imaginar cómo se siente en ese momento, qué pensará, por qué está tan seria, o quizás ves un gesto de seguridad. Después la escuchas y te convence. No hay dudas, el mensaje es claro. Lorena Herrera ha tomado la decisión más dura e importante de su vida entre el asombro general, pero después de hablar con ella lo entiendes todo.
La jugadora marcillesa de Osasuna anunciaba por sorpresa la pasada semana que dejaba el fútbol. Con sólo 26 años y un momento brillante en su carrera, titular en el equipo y siempre entre las destacadas, Lorena Herrera Perales (Marcilla, 18-11-1995) jugó su último encuentro el domingo 29 de mayo en Tajonar. Y lo hizo con dos goles y con lágrimas. Hay muchos motivos detrás de una decisión de ese calado y la rojilla los explica en esta sincera entrevista.
Intuyo en su mirada dos cosas: la convicción, la seguridad en la decisión que ha tomado, y también nostalgia. ¿Qué está sintiendo estos días?
Sí. Es una decisión dura que nadie quiere tomar y además tan pronto. Tenía idea de dejarlo más adelante, pero tengo seguridad en lo que he hecho, porque si no, no lo habría transmitido. Me lo he planteado y replanteado cada día. Y también siento tristeza por lo que he vivido estos años atrás. Me podían haber quedado más años de fútbol, pero pones todo en la balanza y te quedas con la decisión que has tomado.
Dejó a todo el mundo con la boca abierta, salvo a las personas más cercanas a las que se lo había contado. ¿Cómo empieza a barruntarlo, cómo lo cuenta?
En la anterior entrevista que hicimos -se refiere al pasado mes de febrero, tras superar una baja por hipotiroidismo-, hablamos de que estaba siendo un año duro. Fui cogiendo ritmo, sensaciones y confianza y no me planteaba nada.Pero pasó el tiempo, llegaron los últimos meses y pensaba en el siguiente año. Tenía dudas. Significaba seguir con otro año de desplazamientos, porque mi vida laboral iba a seguir igual y está en Logroño. Pero tampoco me metía mucha caña con ello. Lo pensaba, pero lo dejaba ahí.
¿Lo compartió con alguien?
Con mi pareja y con mis padres. Y cuando necesitaba una opinión y un apoyo fuera de la familia se lo conté a Mai (Garde). Necesitaba saber qué pensaba ella, que también estaba pasando por lo mismo. Y como llevo tantos años con ella, la quiero mucho y tiene tanta madurez, sabía que me iba a apoyar a sobrellevar esto. Fue el último mes cuando lo decidí. Y vi que al día siguiente pensaba la mismo, y al siguiente, y al siguiente. Y me di cuenta de que al pensar varios días lo mismo lo tenía que contar a mi pareja y a mis padres, y también a Mai.
¿Se sorprendieron o, como ven su ritmo de vida, no tanto?
Eso es, como viven mi día a día, sobre mi pareja (Luis Moreno), con la que vivo, no les extrañó. Siempre me apoya en todo, nunca me ha condicionado. Todos me dijeron que, si estaba convencida y me iba a hacer bien, bienvenido sea. Ya son muchos años de desplazamientos diarios de 2 y 3 horas.
Se entiende mejor conociendo cómo es el día a día de Lorena. No hay problemas de salud.
No, ni tampoco es algo futbolístico. Tenía la renovación en la mesa, varias ofertas de superior categoría... No era ésa la razón. Era un tema personal.
¿Y si llega a subir el equipo?
Me tendría que poner en la tesitura. Es complicado responder.
Sería profesional del fútbol, no tendría que trabajar aparte.
Pero tendría que valorarlo, porque mi trabajo es estable, estoy a gusto y me valoran. Es el trabajo soñado, de lo que he estudiado. Tengo personas maravillosas a mi alrededor y dejar eso a mis 26 años con una estructura familiar tendría que haberlo pensado también.
Recuérdenos en qué consiste su trabajo y cómo se apañaba en su día a día.
Vivo en Logroño y mi jornada laboral es de 8 a 17 horas, con una parada de una hora para comer. Me levanto a las 6.30, voy a trabajar. Soy administrativa en la empresa Tres Claveles, Bueno Hermanos, S.A., que se dedica a fabricar cuchillos y tijeras. Estoy en el departamento comercial, en la oficina y el almacén. La mayor parte, en atención al cliente.
Y estudió...
Administrativo y Logística. Salgo a las 17 horas de trabajar, me cambio y meriendo, a veces en el coche, y voy a Pamplona. El final del entrenamiento depende de cada día, y llego a casa entre las 22:30 y las 22:45. Ceno, si tenemos al crío -el hijo de Luis, su pareja-, preparamos todo para el día siguiente. Y entre 23:30 y 00:00 me voy a dormir.
Tiene una gran relación con el hijo de su pareja.
Sí, lo conozco desde los 3 años y es como si fuese un hijo para mí. Convivimos una semana sí y una no y eso conlleva lo que ya se sabe: extraescolares, estudios, tareas, colegio... Tiene ahora 7 años y, como es más mayor, requiere más movimiento.
¿Cree que el tipo de vida que ha elegido le ha hecho madurar más?
Sí, yo elegí esto a los 22 años. Ya era más madura por otras circunstancias de la vida, pero sí que esto te hace madurar antes.
Se nota que es una chica muy familiar, con un proyecto claro.
Sí. Siempre lo he sido. Me he ido de vacaciones con mis padres hasta pasados los 20. Y ahora me toca mi familia, con Luis y Álex. Me gusta mucho mi día a día con ellos.
¿Sus compañeras cómo reaccionaron?
No se esperaban nada. Sólo lo sabía Mai. Algunas se creían que me iba a otro equipo. Estaban sorprendidas. Siempre piensas, cada final de temporada, quién se irá, a quién traerán... Pero de mí me dijeron que era de las últimas que pensaban algo así. Cuando se lo transmití, se emocionaron, lloraron.
Le han dedicado palabras preciosas para despedirse.
Sí, he visto mucho cariño en ellas, en la afición y el club.
¿Cómo vivió su último partido, sabiendo que no iba a volver a jugar?
Es de los que más nerviosa me he puesto. En el vestuario se me caían las lágrimas antes del grito. Pero en el campo dije, fuera nervios, es el momento de disfrutar. Quería irme con el mejor sabor de boca y me quité el peso de encima.Me dediqué a ser la Lorena que soy. Al retirarme, sentí un escalofrío de emoción y tenía lágrimas en la cara. Muy emotivo y duro.
¿Con qué se queda de estos años?
He vivido dos épocas.La más dura, la primera, en la que el fútbol femenino se dejó de lado en Osasuna. Pero he visto la evolución en el club y, aunque hay cosas que mejorar, el balance ha sido positivo. He vivido muy buenos momentos, jugar en El Sadar, marcar en el estadio, ascensos... Lo malo, la espina que me queda, es no defender a Osasuna en Primera después de quedar tantos años a las puertas. Pero no sé si será el año que viene o cuándo, lo veré en la máxima categoría.
¿Y su mejor momento?
Es complicado. La primera vez que jugué con Osasuna tenía 15 años, y en el Marcilla Aurora, con chicos, 6. El momento que más recuerdo es jugar en El Sadar, donde yo iba a ver a los chicos. Me parecía impensable, y menos que vinieran 10.250 personas contra el Eibar y marcase yo gol. Escuchar tu nombre y cómo grita la gente te pone la carne de gallina.
¿Qué cree que tiene que mejorar Osasuna para que las jugadoras tengan mejor situación?
Pedíamos preparación física más profesional, fisios... y se ha visto, Es la dinámica, profesionalizar todo eso para poder llegar a Primera. Poco a poco se irá mejorando.
¿Qué les diría a las niñas que quieren ser Lorena Herrera?
Trabajar, creer y estudiar, que es muy importante. Tienes que estar formada. Pero que luchen por su sueño, como hice yo, que podrán jugar donde se lo propongan.