Juntar a los cuatro hombres que más partidos han disputado en la historia de Osasuna podría parecer una gestión complicada. Pues no lo fue. Un mensaje y un sí colectivo. Había ganas, como las hubo para participar en el Suplemento del Centenario, de compartir recuerdos, chascarrillos y momentos emocionantes. Este año es especial para el osasunismo y qué decir para Patxi Puñal, José Manuel Echeverría, Javier Castañeda y César Cruchaga, capitanes eternos y tipos llanos y con humor fino. Una charla distendida con ellos, como la que tuvo lugar ayer por la mañana en el DN en Vivo, era un disfrute seguro.
Los cuatro protagonistas llegaron minutos antes de las 11 a la sede de Diario de Navarra. Junto a ellos, invitado de excepción, el presidente, Luis Sabalza. En cuanto se reunieron, afloraron las sonrisas, los saludos con el codo, la sincera ilusión por verse. Cruchaga y Puñal son coetáneos y amigos íntimos, Echeve y Castañeda son de una época anterior, y entre ellos se dejó sentir un respeto especial.
Acomodados en una de las salas del edificio de Diario de Navarra, separados por mamparas por seguridad sanitaria, el diálogo fluyó con naturalidad, saltando de un tema a otro y salpicando con risas las intervenciones.
César Cruchaga, de reconocida labia, sazonó la conversación con las anécdotas del vestuario que él capitaneaba, como su forma de integrar a los nuevos. Impagable el momento en el que reveló que en una Nochevieja en la que invitó a John Aloisi, cuya mujer estaba embarazada, a salir con él y su cuadrilla por Pamplona. Si el australiano quería ser uno más, la solución era rápida: disfrazarle de romano y recorrer con él lo Viejo.
CASTAÑEDA Y SU BIGOTE
Pero si las divertidas anécdotas de Cruchaga van en su forma de ser, quien sorprendió con su fina ironía fue un Javier Castañeda que llegó trajeado, como en él es costumbre, serio, con su acento madrileño, y cada vez que abría la boca hacía dudar a los presentes (no hubo público, pero sí periodistas y responsables de Diario de Navarra) de la veracidad de lo que contaba. Ironía modo on, el mítico defensa rojillo vaciló a unos y otros, como hacía en el campo con los rivales.
El grado de surrealismo de las respuestas de Castañeda alcanzó la cota máxima cuando contó que sólo llevó bigote durante 6 meses y por una alergia y que todavía le recuerdan por qué se ha afeitado. A partir de ahí, lo enlazó con un viaje a Ibiza en el que volvió con pulseras y collares. “Pepe Alzate quedó en shock. ¿Te quitarás eso para jugar?”, afirmaba con seridad Castañeda. Y se quedaba tan tranquilo. Sabido es que el que fue gran líbero rojillo lució mostacho durante más de 6 años (desde que vino en 1980 hasta 1987). Pero ayer le apetecía bromear con ello. Quién sabe si lo de Ibiza (Eivissa, como dijo él) también fue otra broma. Lo que sí fue claro es que provocó las risas de sus compañeros de charla.
Lo mismo ocurrió cuando recordó su forma de picar a los contrarios, tanto a Bakero (“cuidado que el pequeño no meta de cabeza”) como a Michel con el 0-4 del Bernabéu (“tranquilos, que ya queda poco”). Estas coletillas fueron las que más se comentaron al finalizar el foro. Tanto Puñal como Cruchaga acudieron a Castañeda a que les desgranara mejor esos detalles. Echeve también tenía cosas que contar sobre sus piques con el Soso Gallego, que se llevó algún recuerdo en el túnel de vestuarios.
Echeve, siempre tan correcto y templado, también demostró su sentido del humor, en un ambiente distendido. Habló de “la cagadica de Barandica”, que costó la eliminación de la Copa de la Liga y el cojo de Berbinzana. Un no par
PUÑAL VACILA A CRUCHAGA
Patxi Puñal estaba en su salsa. Cuando no le tocaba hablar, se dedicó a meter el dedo en la llaga a sus compañeros, especialmente a César Cruchaga. Donde hay confianza da asco. Así, cuando Cruchi comentó que durante su época no hubo problemas para acoger a los nuevos, Puñal le soltó: “Está bien que él mismo lo diga, porque estaba él de capitán”. El de Huarte reía con su ocurrencia, que no fue la única con su amigo, ya que cuando César recordó un partido contra el Real Madrid de Zidane que ganaron 1-0 y añadió que con el VAR no lo habrían ganado, Puñal intercedió: “¡Ves cómo tengo razón!”, en referencia a que había dicho anteriormente que los defensas Cruchaga y Castañeda lo habrían tenido crudo con el videoarbitraje.
Puñal necesitaba concentración máxima pero recordó a un rojillo que era todo lo contrario: Ricardo. “Podía estar antes del partido pensando en cualquier otra cosa”, dijo sobre el ex portero. “¡Y durante el partido!”, añadió Cruchaga entre risas.
Cuatro jugadores diferentes, cuatro personas carismáticas, cuatro personalidades marcadas. Y Castañeda, a lo suyo, con humor british, recordando lo que dice cuando un aficionado le aborda en la calle para preguntarle por qué no sigue ligado al fútbol. “No conozco a nadie que haya estado en la Seat 30 años y quiera volver a la Seat”, afirmó serio, sin bigote pero con ganas de más: “Aún me quedan diez años para seguir trabajando”. Castañeda tiene 65 años. Las cuentas no salen, pero Javier supo quedarse con todos, como hacía con sus rivales en el campo.
Al terminar, visitaron la redacción de Diario de Navarra y se marcharon juntos, compartiendo más chascarrillos. Cuatro vidas rojillas dan para mucho.