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Arte

Fallece el pintor navarro Fernando Iriarte García, representante de la "abstracción lírica"

El artista, de 64 años, estuvo en el centro de la polémica el año pasado, debido al extravío de su cuadro ‘La nube, el el río y el molino’ de la colección de arte contemporáneo de la UPNA

Ampliar El pintor navarro Fernando Iriarte, con una de sus obras, en una exposición de la Caja de Ahorros de Navarra de Madrid, en marzo de 1998.
El pintor navarro Fernando Iriarte con una de sus obras, en una exposición de la Caja de Ahorros de Navarra de Madrid, en marzo de 1998MÓDEM PRESS
Actualizado el 09/05/2023 a las 22:53
El pintor navarro Fernando Iriarte García, uno de los referentes de la pintura abstracta en la Comunidad foral, falleció este lunes en Pamplona a los 64 años. Retirado de la vida pública en su última etapa, su figura estuvo de actualidad en 2022 a raíz del extravío de uno de sus cuadros -'La nube, el el río y el molino'-, perteneciente a la colección de arte contemporáneo de la UPNA y que aún sigue en paradero desconocido.
Muy crítico durante toda su trayectoria pictórica con el funcionamiento del mercado del arte, Iriarte (Pamplona, 23 de octubre de 1958) fue uno de los artistas becado durante tres años por el Gobierno de Navarra, para estudiar en Berlín entre 1986 y 1988; aunque, a la vuelta y con el curso de los años él, junto con otros artistas, lamentara encontrarse con una dura realidad. “Del arte vive todo el mundo, menos el que lo hace”, aseguraba en 2002 con motivo de una muestra de 30 óleos en el Mixtos de la Ciudadela.
Pintor autodidacta y prolífico, que desde muy pequeño quiso aprender pintura “desoyendo todos los consejos y las broncas familiares”, con 18 años se marchó a Barcelona, entonces “pura bohemia”, que él “bebió como crío sediento” y, “donde debió aprender bastante porque, al volver a casa y tras ver algunas de sus obras, Javier Morrás, el entonces director de la sala CAN de Pamplona (Castillo de Maya), le dio diez meses para preparar su alternativa”. Su primera exposición individual se estrenaría en marzo de 1983, con 24 años y 54 cuadros abstractos que le hubiera gustado “trabajar más en busca de una mayor madurez”. Enseguida llamó la atención por su estilo, poco común en los pintores pamploneses de su generación, salvo las excepciones de Javier Balda y Mariano Royo, a los que él destacaba.
Después, vendría su beca del Gobierno de Navarra y su ampliación de estudios en Berlín, que resultaría “un chasco” y que, según comentaba a 'Diario de Navarra' en 1990, tendría “una influencia nula” sobre su pintura, pero que tuvo de positivo el “haberle quitado esa cosa ‘del salir”. Coetáneos suyos, como Paco Polán, Dick Rekalde, Carmen Izaguirre o Patxi Ezquieta, mostrarían con él su descontento por las dificultades de acceder al circuito expositivo de Pamplona a su regreso del extranjero.
Camino Paredes, directora del Museo Gustavo de Maeztu de Estella, definiría su obra en 1996, cuando Iriarte expuso allí por primera vez, como “arriesgada” y “vanguardista”; y el escritor Miguel Sánchez Ostiz lo destacaría como “el pintor que pinta ciudades que los demás no vemos y que pinta calles y transeúntes que los demás no reconocemos”. Para aquel entonces, Iriarte ya había participado en la feria internacional de ARCO de 1984 y en la Bienal Ciudad de Pamplona de los años 1986 y 1993.
En 1998, con casi 40 años y más de 500 obras pintadas en los últimos diez, Iriarte aterrizaría en la capital española, también en la sala CAN, donde ya apuntaba a “indicios figurativos”, y reconocía que “le apetecía empezar los cuadros con algo más concreto que la tela y el color”.
Una de las últimas exposiciones colectivas en las que participó en Pamplona fue la de 'Desde un lugar 1978-2004', en la sala Pérez de Albéniz, junto a otros 17 artistas navarros, que el galerista consideraba “al nivel de los creadores nacionales”. Aunque a Iriarte nunca le gustó definir su estilo de pintura -“eso que lo hagan otros, si alguien lo tiene que hacer”, decía-, llegó a encuadrarla en “una especie de abstracción lírica”.
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