Francisco Miranda Rubio (Zaragoza, 1947) conoce bien la historia del siglo XIX en Navarra. Esa época ha sido una de las especialidades de este historiador que se doctoró en 1974 en su ciudad natal, que ha sido director del centro asociado de la UNED en Navarra, a catedrático y profesor de Historia Política en la UPNA. Ha escrito libros sobre la Guerra de Independencia, las guerrillas o el final de la ocupación napoleónica en Navarra, además de decenas de artículos y otros trabajos. Recientemente ha editado Navarra durante el siglo XIX, un libro que repasa las vicisitudes que ocurrieron en esa centuria, que no fueron pocas. “Es un libro escrito con voluntad divulgadora, para un lector universal interesado por la historia de Navarra. No puede ser más que una síntesis de los acontecimientos más relevantes. Y es también una reflexión, que intenta explicar y analizar los hechos para comprender mejor la época, pero sin necesidad de juzgarlas.
¡Vaya siglo el XIX! Pasó de todo, en España y en Navarra.
El siglo XX es cruel y bélico, pero en el siglo XIX todas las generaciones conocen la guerra: la de la Independencia, las guerras realistas, el Trienio Liberal, las Guerras Carlistas y al final, las guerras coloniales de Cuba y Filipinas. El siglo XIX es fundamental para comprender el siglo XX y el siglo XXI, ya que se construyeron modelos ideológicos que van a prevalecer: el carlismo, el liberalismo y el socialismo, consecuencia de la revolución industrial.
El subtítulo de su libro habla de la construcción de la identidad foral. ¿No estaba ya construida?
Durante lo que se llama el Antiguo Régimen, desde su incorporación a Castilla y luego a la monarquía española con Carlos I, se mantienen la instituciones del reino. Esa situación llega hasta la Guerra de la Independencia, cuando se plantean dos visiones completamente diferentes, la del reino y la del liberalismo, que busca una negociación del fuero dentro de la nueva mentalidad y dentro de la unidad del España y de la Constitución de 1837. Nace un nuevo fuero. Con la Ley de Modificación de 1841 perdemos un reino, para ser una provincia con una identidad propia.
Dice que los liberales trataron de adaptar el fuero a sus ideales.
Del fuero prácticamente no se habla hasta el final de la Primera Guerra Carlista, que aparece en la negociación. Los liberales querían negociar, llegar a la paz, y su consigna es paz y fueros. Pero solo una parte de los carlistas, los más próximos al general Maroto, aceptaban la negociación. Los carlistas, más que planteamientos dinásticos, muchas veces se muestran simplemente como antiliberales. Están en contra de la legislación y los planteamientos liberales: mercado libre, aumento de tributos, separación iglesia de estado, libertad de culto, constitución, separación de poderes. El liberal es un mundo totalmente distinto, que se va imponiendo en Europa, es una revolución que rompe de manera violenta todo lo anterior. La negociación para un liberal supone siempre la unidad del estado y en la Ley de Modificación se hace un fuero dentro de la unidad del estado, aunque Navarra tenga su singularidad.
Por cierto, ahora siempre se habla de la Ley paccionada, pero explica que no es una definición unánime.
No . Para los más clásicos, sobre todo carlistas, es un contrafuero. Porque la ley no fue votada por las Cortes navarras, algo imposible porque ya habían desaparecido, y porque se pacta con una revolución liberal, no con una prolongación jurídica del Antiguo Régimen. Para los liberales es una ley de Cortes, y como tal, se puede cambiar por otra ley de igual rango. Para muchos navarros es una ley pactada, basándose en que hubo acuerdos en 1840 con igualdad entre la Diputación y la monarquía, porque hubo un acuerdo con Espartero antes de que la ley se votara con las Cortes. Ahora hay quien critica esa ley, pero yo creo que fue un éxito, fue muy beneficiosa y tuvo una función pacificadora. ¿Qué podría haber hecho Navarra frente al liberalismo que se imponía en toda Europa? Navarra supo negociar. Siempre ha sabido negociar. Ya salió escarmentada en el XVI.
Dice en el libro que el carlismo fue un movimiento más de los campesinos y el liberalismo, más de los grandes propietarios.
El carlismo era mucho más popular. Lo formaba la pequeña nobleza, el pequeño propietario de la montaña y la zona media, el artesanado... El liberalismo lo seguía sobre todo el comerciante de cierto nivel, y también algunos nobles, como el marqués de San Adrián, que quería transformar la economía de subsistencia a otra de mercados más amplios... Eran mentalidades completamente diferentes, y lo mismo pasa en política: una constitución frente al antiguo régimen. Las diferencias entre el tradicionalismo y el liberalismo van más allá de lo dinástico o del fuero, eran dos mundos diferentes.
Unos grandes Sanfermines 5 meses después de la guerra
Las guerras carlistas que habían afectado de modo especial a Navarra fueron contiendas de carácter civil, durante las que hubo familias con miembros en los dos bandos y donde se vivieron crueles enfrentamientos. Durante la Tercera Guerra Carlista, en especial, la convivencia en Pamplona fue “ingrata y difícil”, señala Miranda Rubio, y se registraron altercados y violencias. Sin embargo, sólo cinco meses después de que terminara la contienda, en julio de 1876, se vivieron unos Sanfermines por todo lo alto, cuatro días con una media de 3.000 visitantes diarios y para los que se rehicieron los tablados del encierro y se practicaron arreglos en la plaza de toros. “Se quitaron los asientos del teatro municipal para convertirlo en una pista de baile y divertirse. Hubo corridas de toros, fuegos artificiales abundantes, gigantes y cabezudos, ferias en el Paseo de Valencia, iluminaciones… Me recuerda a lo que ocurrió tras la pandemia. El ser humano se manifiesta muy parecido 200 años después”.
“En el siglo XIX en Navarra todas las generaciones conocieron la guerra”
El Gobierno liberal de 1822 recompuso la estructura territorial de España y los dividió en 52 provincias. En ese proceso Navarra perdió una veintena de localidades: Logroño, como se conocía entonces, incorporaba Corella, Castejón, Cintruénigo, Fitero y Viana; Álava se hacía con Cabredo, Marañón, Lapoblación, Genevilla y Zúñiga; Zaragoza, con Cortes, Buñuel, Ribaforada, Fontellas, Urztante, Pedriz, Ablitas, Tulebras, Barillas y Pitillas. “Los liberales cambian muchas cosas. Creen que la división anterior no estaba equilibrada y plantean que la capital de la provincia no diste más de 90 leguas del punto más lejano”, explica Miranda. Esa división suponía para Navarra la pérdida del 20% de la población, en una medida que creaba un territorio para Logroño, la ciudad de donde era la mujer del regente, Espartero. “Salvó a Navarra que se puso a favor del Gobierno en la sublevación de O’Donnell de 1841. Y Espartero se muestra agradecido a Navarra. La Diputación actuó con vista, siempre con la negociación”.
CRONOLOGÍA
[1808] El ejército francés de Napoleón ocupa Navarra.
[1813] Las tropas de Wellington bloquean Pamplona. Los franceses se rinden en octubre.
[1814] Fernando VII repara los fueros. Francisco Espoz y Mina se subleva en la Ciudadela y acaba huyendo.
[1820] Comienza el Trienio Liberal. Espoz y Mina proclama la Constitución de 1812 y entra en Pamplona.
[1822] Defensores del Antiguo Régimen crean en Navarra la Junta Realista.
[1823] Fernando VII restablece el régimen absolutista y con él, la Diputación del Reino en Navarra.
[1828] Se celebran las últimas Cortes del Reino.
[1833] Muere Fernando VII y sube al trono Isabel II. Comienza la primera Guerra Carlista.
[1839] Termina la guerra. Las Cortes promulgan una ley que confirma los derechos históricos de Navarra.
[1841] Se promulga la Ley de Modificación del Fuero, que convierte a Navarra en provincia, y deberá pagar un cupo, aunque conserva autonomía en competencias administrativas y económicas.
El general O’Donnell se levanta en la Ciudadela de Pamplona contra el Gobierno progresista. Fracasa.
[1846] Estalla la Segunda Guerra Carlista, que llega a Navarra en 1848.
[1868] Una revolución saca a Isabel II del trono. Comienza el Sexenio Democrático.
[1872] Primeros levantamientos carlistas en Pamplona. Comienza la Tercera Guerra Carlista.
[1873] Amadeo de Saboya abdica y se proclama la I República. Navarra se proclamó como cantón federal de acuerdo a la Constitución.
Las tropas carlistas se hacen fuertes en Navarra: toman Estella, dominan los espacios rurales del norte y los arrabales de Pamplona, que acabará bloqueada hasta 1875.
[1874] Alfonso XII es proclamado rey. Al año siguiente, y también en 1876, visita Pamplona. Tras su muerte, en 1885, le sucederá Alfonso XIII, al que le faltaban seis meses para nacer.
[1876] Caen los últimos bastiones carlistas. El Gobierno aumenta el cupo navarro de forma unilateral.
[1893] Germán Gamazo trata de unificar la tributación navarra con el resto de las provincias. La Diputación protesta y se celebran manifestaciones multitudinarias que echan atrás las intenciones del estado.