Rocío Márquez: "Me he sorprendido a mí misma al salir del rol de buena cantaora"

Rocío Márquez Limón (Huelva, 1985) lleva más de una década labrando una sólida carrera artística que hoy desborda el panorama flamenco, donde es ya un claro referente para el público y la prensa especializada que la considera “la voz de la nueva generación del cante jondo”. Aquí nos visitó en el Flamenco on Fire y anteriormente en un ciclo flamenco en el Museo Universidad de Navarra. Al margen de la calidad de su voz y la intuición y el desarrollo de su cante es una de las artistas más inquietas de la escena, lo que le lleva a experimentar y a arriesgar en sus proyectos. Para el nuevo ha contado con el jerezano Santiago Gonzalo Bronquio, una de las sensaciones de la escena electrónica española. Por este nuevo trabajo se ha llevado el premio de la crítica musical nacional en los Premios Ruido que se celebraron hace un mes en el Navarra Arena,. ¿Tercer cielo es un paso adelante en el concepto de que el arte puede seguir creciendo en la expresión? En mi carrera sí ha sido un paso adelante. Un paso de adentrarme en terrenos desconocidos, inexplorados. En ese viaje por supuesto hay vértigo pero también ganas, impulso y casi necesidad de encontrarme a mí misma en nuevos parámetros musicales. ¿Bronquio y usted han establecido guiones previos en algunos de los palos o han preferido dejar espacio a la improvisación? Al coincidir con la pandemia y tener muy pocos conciertos, nos permitió hacer residencias para crear con mucho tiempo. Entonces lo hemos tomado como un juego. A veces partíamos de un palo, de una letra, de una base…y las canciones iban naciendo. Dicen los textos oficiales del proyecto que Tercer cielo es “un viaje a lo desconocido” ¿por qué? Porque no teníamos referentes de este grado de resonancia entre las músicas flamenca y electrónica, no sabíamos si el resultado tendría sentido. En mi caso, que siempre he tenido mucho control sobre mi voz, me he encontrado con que Bronquio la iba tratando, filtrando y sampleando en diferentes partes del proyecto. Escuchar mi voz alterada ha hecho que explore nuevas colocaciones vocales, que busque nuevas tímbricas o enfoques para ejecutar un cante. ¿Se encuentra cómoda en el flow del rap? No creo que sea mi estilo ni mi fuerte. Y a la vez pienso en lo cercano que puede estar ese flow de la spoken world que vengo desarrollando en mis últimos proyectos (como en la canción Llegar a la meta del disco Visto en el jueves o en La marca de Tercer cielo). Esto lo recupero de los poemas recitados que Pepe Pinto o Pepe Marchena iban intercalando en sus cantes hace casi 100 años. ¿Han sido complicados los espacios de encuentro -o desencuentro- a la hora de distorsionar su voz, y el juego con el autotune? Ha sido mucho más fácil, fluido y orgánico de lo que en un principio me hubiera imaginado. Me he sorprendido a mí misma por permitirme salir de ese rol de “buena cantaora” donde todo lo hago correcto. Creo que necesitaba de esta distorsión de las máquinas para reconectarme con el permiso, el juego y la diversión. ¿Cómo ha sido la construcción del discurso en las letras y en ese sentido el diálogo con los diferentes autores? Para mí las letras es un tema capital en mis proyectos. En el mundo del flamenco, muchas veces observo que los cantaores ponemos más atención en la ejecución melódica y descuidamos el contenido de qué letras estamos cantando. Me gusta la diversidad, lo heterogéneo para llegar a un punto de coherencia. Éste ha sido el reto, cómo integrar estos mundos en un mismo relato. En este proyecto hemos tirado de poetas clásicos como San Agustín y Lorca. Hemos cogido letras de referentes flamencos como Antonio Mairena. Pero quizás el protagonismo está en la poesía contemporánea. Carmen Camacho, Macky Chuca, Bronquio y yo misma hemos creado letras ex profeso para Tercer cielo, que conviven con poetas admirados como Antonio Manuel y Luis García Montero. ¿Qué recuerdo tiene de sus anteriores experiencias en el Museo de la Universidad de Navarra y de su colaboración artística de los hermanos Ocaña, del grupo Zorongo? Siempre he sentido mucha complicidad y cariño de esta tierra. Sobre los Ocaña, valoro muchísimo todo el trabajo por dinamizar y visibilizar que nace desde la pasión. ¿Fue una sorpresa llevarse el galardón a mejor disco nacional en los Premios Ruido 2023, en liza con Rosalía, Jorge Drexler, Guitarricadela fuente, etc.? ¡Imagínate! Ya fue una gran sorpresa la reacción de la crítica y el público durante todo el año. Es un proyecto tan arriesgado que no sabíamos bien cómo sería acogido. ¿Le gustaría poder colaborar con ellos en algún proyecto? Por supuesto, los tres artistas que has nombrado son artistas a los que admiro profundamente. Con Drexler y Rosalía ya he tenido la suerte de compartir escenario. ¿El concierto en el MUN, ¿qué parámetros va seguir en cuanto puesta en escena, repertorio, etc.? El espectáculo nace del álbum Tercer cielo, con algunas diferencias. Por ejemplo, hay temas que hacemos en directo y que no están en el disco. Por otro lado, hemos cuidado mucho las transiciones. No presentamos las canciones de manera independiente sino en una sesión continua estructurada en cuatro bloques. Teníamos claro que este disco necesitaba una propuesta escénica de directo muy viva. De ahí que hayamos trabajado con Antonio Ruz, Roberto Martínez, Javier Mora y Benito Jiménez el movimiento escénico, la escenografía, el vestuario, el diseño de luces y el espacio sonoro.

Rocío Márquez: "Me he sorprendido a mí misma al salir del rol de buena cantaora"

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