Acababa de llegar a casa después de terminar su jornada como maestra y su cuñada le pidió que pasara. Viven cuatro hermanos en el mismo edificio. “Te voy a presentar” -le anunció-
“estos son Koldo Lasa y Montxo Armendáriz”.
Elena Uriz Etxaleku notó que aquellos hombres la miraban detenidamente, hasta que pronunciaron algo así como: “Da”. Era el año 1984. Armendáriz había trasladado a un cuñado su desesperación porque no encontraba a la mujer que quería para el papel de madre de Tasio en su película. El cuñado se lo contó a un compañero de trabajo que resultó ser hermano de Elena Uriz, y éste concertó el encuentro/encerrona. Ella, no obstante, les despachó rápido. “¿Película? Vengo de trabajar, tengo tres hijos, ¿pero estáis tontos? ¡Anda, anda!”.
Armendáriz no se rindió. Insistió en hacerle una prueba planchando y hablando de lo que ella quisiera, y Uriz la hizo, departió sobre educación, que era lo suyo. Le reiteraron la invitación a participar en la película, pero ella seguía cerrada en banda; que no, que se fueran. A los dos días volvieron a llamar, y ya con Elías Querejeta, Armendáriz y con el guion en la mano, que admite que le gustó mucho, finalmente dijo que sí. “Me encantó, ¡qué película! Es preciosa”, recuerda casi cuarenta años después. Pero ahí se quedó la experiencia en el séptimo arte. Uriz siguió con sus clases y su vida. Hasta que se jubiló. “No he buscado nunca, pero la vida me ha ofrecido”, explica a sus 78 años.
Cuando se jubiló, por medio de unas amigas se metió en el
coro Atarrabia Abesbatza, donde sigue. Un corista, además, hacía teatro en el
grupo de El bardo. Era 2012, iban a hacer 'Bodas de sangre' de Lorca y le planteó que la veía en “un papelito”; tenía que cantar a capella la Nana del caballo grande de Camarón en el
Teatro Gayarre y en Olite. “Yo les convencí de que una abuela no tiene por qué saber cantar”, explica ella. Eso le liberó del miedo y salió airosa. Dentro de El Bardo, además, conoció a
Javier Chocarro, que es actor y abrió la
agencia Cásting del Reyno. “Nos metió en la base de datos a todos los del coro y del grupo de teatro”, recuerda. Y así fue cómo a partir de los 65 años le empezaron a llegar “papelicos chiquiticos”.
Su marido, Javier Gambra, murió hace ocho años y poco después Elena Uriz se reestrenó en el cine con 'El guardián invisible', de Fernando González Molina. Uriz es esa mujer que se topa en la calle con Amaia Salazar y le masculla en euskera que cuando encuentre al asesino de las muchachas ya sabe lo que tiene que hacer. Ese mismo año participó en 'Abracadabra', de Pablo Berger; 'Ilargi Guztiak/Todas las lunas' con Igor Legarreta o 'Akelarre', de Pablo Agüero, donde tuvo un papel que recuerda como bonito, era la señora que muy a su pesar daba cobijo a las huestes del inquisidor cuando van a cruzar brujas.
No sabe cómo, pero Wes Anderson ('El Gran Hotel Budapest') la quiso para la película que rodó en verano de 2021 en España, 'Asteroid City', que aún no se ha estrenado. “Le gustarían mis arrugas”, aventura. Esa experiencia fue alucinante, pero no exactamente para bien. “Había muchísimo dinero y actores de mucho nombre”, cuenta en referencia a un reparto en el que figuran Tom Hanks, Scarlett Johansson, Margot Robbie, Adrien Brody, Edward Norton, Willem Dafoe, Matt Dillon, Tilda Swinton o Jeff Goldblum, entre otros. “Ellos vivían en una esfera, y el resto de los mortales en otra”, recuerda. El rodaje tuvo lugar en Chinchón. Uriz tuvo que hacer tres viajes solo para elegir su vestuario, se alojaba en un hotel de cuatro estrellas y le iban a buscar en un Volvo de ultima generación, pero le decían que no tenía que tener ninguna interacción con el director o las estrellas. Tenía que intepretar a una secretaria de un hombre que daba un discurso, de repente le increpaban y ella tenía que tomar nota de quiénes eran los alborotadores.
'IRATI', UN FILME ESPECIAL
Nada que ver con 'Irati', de Paul Urkijo, estrenada la semana pasada. Tiene la sensación Uriz de que ha participado en una película especial. No es habitual, de hecho, que se aplauda en las salas al finalizar la proyección, como está ocurriendo. “Allí no había gente guay, había buenos actores pero no de los que van de estupendos de la vida, y eso ayuda muchísimo”, señala. Todos remaban en la misma dirección, en torno a Urkijo, “una persona entrañable, con amores a la tierra, a la cultura, a lo fantástico, a la sangre y al barro también, hay que decirlo; él lo de ‘todo lo que se nombra existe’ lo ha convertido en su lema y no quiere dejar atrás lo que le ha supuesto la mitología vasca”, expone Uriz.
La actriz pamplonesa interpretaba a Luxa, una especie de bruja o hechicera que vive en contacto con la tierra y ejerce de mentora sobre la chica llamada Irati. Es un personaje relevante en la película, “muy chulo”, asegura ella. “No me van a dar el de jovencita, no estaría bien”, bromea. Antes del rodaje se reunieron durante dos días de lectura del guion en Vitoria. Ahí se vio rodeada de “talibanes”, recuerda, porque Urkijo exigió que llevaran todos las barbas largas. No conocía directamente al director, sí a Nerea Torrijos, que es su compañera y ganó el Goya por el vestuario de 'Akelarre', pero Uriz se sentía cómoda sabiendo que Urkijo había rechazado ofertas jugosas para rodar en Estados Unidos tras el éxito de Errementari para seguir con su mundo particular en Irati. “Yo soy la abuela de los rodajes y me he sentido querida, mimada y protegida”, asegura la actriz, que admite que le gusta estar entre gente joven y dejarse ayudar por ellos, por ejemplo con el euskera antiguo que sale en la película, porque ella es euskaldunberri y le ayudaban a hablar con unas haches aspiradas que se le hacían extrañas.
Le tocó rodar en Abodi y en el castillo de Loarre, dos localizaciones espectaculares , en algún momento bajo la intensa tormenta que recoge el filme, que era “falsa”, confiesa, pero mojaba. Uriz estuvo con el equipo en el Festival de Sitges y en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. En el preestreno de Pamplona la gente le saludaba a la salida.“Acabé con la sensación de que lo había hecho bien, sin falsas modestias”.
UNA VIDA EN LA EDUCACIÓN
La pasión de su vida ha sido la educación. Ha dado clase a alumnos desde los 6 años hasta la universidad. En la
Universidad de Navarra hizo Filosofía y Letras y se quedó como ayudante tres años. Luego se pasó a la Enseñanza Media, en Salesianas y en Teresianas, donde enseñaba Latín, Historia e Historia del arte. Más tarde aprendió euskera como apoyo a sus hijos, a los que había enviado a la ikastola. Tomó un año sabático y se marchó a la ikastola Paz de Ziganda a cuidar recreos y servir comedores, “a hacer oído”, explica. Pero luego tuvo oportunidad de quedarse haciendo una sustitución. Más tarde entró en la Escuela de Magisterio, y ahí le tocó dar Antropología y didáctica de Ciencias Sociales, pero decidió volver a la ikastola. En este tiempo ha observado desde primera fila la
evolución experimentada en la educación. “Los padres son los que han cambiado a peor”, asegura. “No entienden lo que es querer a los hijos; creen que querer es decir a todo ‘sí’ y les veo despistados, despistados”, señala.
Elena Uriz hereda esa pasión de las hermanas Uriz Pi, que eran primas de su abuelo. Ha asistido con orgullo a los homenajes a estas pioneras navarras, defensoras de los derechos de la mujer y de la infancia, que se tuvieron que exiliar en la Alemania del Este, donde fallecieron. Elena, con 21 años, se carteaba con Elisa, la más joven, que tenía más de 70. “Para mí era la tía de Alemania, pero no era consciente de lo que he sido consciente ahora, gracias al grupo de trabajo de Badostain y a Manuel Martorell”, asegura. “Me siento orgullosa, fueron antifascistas, antifranquistas, republicanas, maestras... en todos los campos me enamoran”.
Y así vive Elena Uriz, en su casa con un pequeño huerto que le apasiona, moviéndose en bici por Pamplona y nadando 40 largos cada mañana, lo que le toma entre 33 y 35 minutos. “No me canso, aunque lo de meter la cabeza lo aprendí tarde”, reconoce. Sigue en el coro, y en el teatro, y espera emocionada la función de Presas el día 10 en Orkoien. “Soy una privilegiada”, asegura. Acaba de rodar dos cortos, uno titulado (R)ojo por (R)ojo, con alumnos de la universidad con los que está encantada. “Pasamos un frío de mil pares en una casa que llevaba 15 años sin habitar en Mendavia pero se creó un clima muy bonito, yo me veía rodeada de toda esa gente joven y decía ‘¡Qué mujer de casi 79 años puede recoger esta savia nueva!”. Además hizo uno en Bardenas y ahora prepara otro en torno a la memoria histórica.
Elena Uriz está convencida de que la forma de afrontar la edad también está cambiando. Hace poco leyó un libro titulado 'Yo, vieja', de Anna Freixas, con el que se sintió identificada. “Esta mujer dice cosas que para el 90% de las abuelas de 78 años puede ser rompedor”, explica. “Tienes nietos, pero también tienes tu vida y no te tienes que sentir mal si un hijo te dice un día: ‘Ama, ¿te puedes quedar con Amaiur?’ y le contestas ‘No, hoy tenía un café’ o ‘Me voy al cine”, expresa. Elena Uriz tiene cuatro nietos a los que atiende si están con fiebre y no pueden ir a la ikastola, y lo hace muy a gusto, pero también tiene su vida. “Tenemos muchos años, pero estamos en una etapa que queremos vivirla”, asevera. “Mientras yo tenga proyectos...”.
TRABAJOS
TEATRO
Presas, de Verónica Fernández e Ignacio del Moral. 2022.
Canciones de Navidad, de Charles Dickens. 2021-2022.
Mucho ruido y pocas nueces, de William Shakespeare. 2018.
Gigantes, de Mikel Mikeo. 2017.
La taberna fantástica, de Alfonso Sastre. 2016.
De cama en cama, de Javier Brianso. 2015.
Antígona, de Sófocles. 2015.
Ikuskizun panoramika, de Angel Sagüés. 2015.
Divinas palabras, de Ramón María del Valle-Inclán. 2013.
Bodas de sangre, de Federico García Lorca. 2012.
DANZA
El baile de los años, de Ados Teatro y Becky Siegel. 2018.
MÚSICA
Coralista de Atarrabia Abesbatza. Desde 2008.
PELÍCULAS Y SERIES
(R)ojo por (R)ojo, de Lucía Aparici. 2023.
Los invitados de Amaia, de George Todria. 2022.
Irati, de Paul Urkijo. 2021.
Asteroid City, de Wes Anderson. 2021.
Altsasu, de Asier Urbieta. 2020.
Ilargi guztiak. Todas las lunas, de Igor Legarreta. 2020.
Gaueko, de María Monreal. 2019.
Akelarre, de Pablo Agüero. 2019.
Lo nunca visto, de Marina Seresesky. 2018.
Abracadabra, de Pablo Berger. 2016.
El guardián invisible, de Fernando González Molina. 2016.
Tasio, de Montxo Armendariz. 1984.
PUBLICIDAD
Joven-in. Tú cambias las cosas, anuncio Caja Rural. 2022.
Pregúntale, campaña del Gobierno de Navarra. 2021.
Emakunde, campaña del Gobierno vasco. 2020.