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Investigación

La fragilidad de la mano de Irulegi

El trabajo de análisis y tratamiento de la pieza recuperada en el yacimiento de la peña de Lakidain confirma que tiene fisuras y “el cáncer del cobre”. Las investigaciones siguen, pero tardará meses en poder ser expuesta en el Museo de Navarra

Ampliar La mano de Irulegi, recuperada en la excavación arqueológica de la peña de Lakidain, el día que se expuso en el Planetario de Pamplona
La mano de Irulegi, recuperada en la excavación arqueológica de la peña de Lakidain, el día que se expuso en el Planetario de Pamplonajesús garzaron
  • C.A.M.
Publicado el 22/02/2023 a las 06:00
Una minúscula pieza desprendida de la ya de por si pequeña mano de Irulegi daba prueba ayer de la fragilidad del hallazgo arqueológico descubierto en 2021 en el yacimiento de la Edad de Hierro de Irulegi, en la peña de Lakidain, en el valle de Aranguren. La vieron en el depósito arqueológico de Navarra, cuando la prepararon para la visita de la comisión de Cultura del Parlamento foral y de su presidente, Unai Hualde. Las técnicas que dieron explicaciones sobre los trabajos de limpieza y tratamiento que llevan a cabo desde que en enero de 2022 fuera descubierta la que puede ser la prueba más antigua de escritura en lengua vascónica, el ya famoso “sorioneku”, abogaron incluso porque no se muestre más hasta su exposición definitiva en el Museo de Navarra. Terminada ya, dentro de varios meses, la labor de análisis y recuperación.
Desvelaron asimismo que se está ideando un molde para poder completar la limpieza sin provocar nuevas fisuras. Y que también se analiza la forma de exponer la pieza, tras descartar volver a colgarla. Y por supuesto a clavarla como en su estado original, hace 2100 años.
Las radiografías llevadas a cabo con una máquina de rayos x que también se empleó en el análisis del togado de Pompelo ahondaron en la tesis de la “delicadeza” del material. Según contaron ayer, esas imágenes reflejan también que algunos de los dedos apenas se apoyan en un “punto de metal” y que el llamado “cáncer del cobre” ha hecho mella en el material que permaneció siglos enterrado en el poblado destruido en las guerras sertorianas. Un escenario en el que Aranzadi trabaja a instancias del Ayuntamiento de Aranguren desde 2007. Primero en el castillo y desde 2017 centrados en el castro y con participación del Gobierno de Navarra. Este próximo verano seguirá excavándose. Durante tres meses, de junio a septiembre. “Irán saliendo cosas, quizá no tan espectaculares, pero igualmente valiosas”, auguró Juantxo Agirre, de la sociedad Aranzadi durante la visita al yacimiento que también hicieron los parlamentarios.
Susana Herreros, directora del servicio de Patrimonio Histórico, es parte del equipo que trabaja en el depósito arqueológico y que ayer expuso la “delicadeza” de la pieza arqueológico. “Es muy delicada, hay dedos que apenas se unen con un punto”, contaba.
"FISURAS IMPORTANTES"
Con ella estuvieron mostrando a los parlamentarios los detalles del trabajo hecho y todavía pendiente Carmen Usua, de la empresa Artius, y Berta Balduz, técnica del Gobierno de Navarra. Las dos han trabajado directamente sobre la mano. Usua fue la que descubrió la inscripción punteada en lo que se pensaba que era un aplique de casco. Después se observó que era una mano con un orificio que daba cuenta de que era una pieza colgante, tal y como contaron el día de su presentación. Y certificaron que la habían estado leyendo “al revés”. Igual que hicieron ayer algunos parlamentarios en su primera toma de contacto con la pieza. Entre medio y más tarde llegó el trabajo de arqueólogos, restauradores, geólogos, epigrafistas, lingüistas o químicos. Una labor que sigue pero básicamente sobre las imágenes que se han ido sacando. También con luz polarizada que muestra el punteado. “Hay zonas en las que las piezas están unidas por un punto y lo demás son fisuras. Se ve también los cráteres de la corrosión, diferente al que se hizo para la inscripción. Es el cáncer del cobre y lo que tenemos que parar. Nuestro dolor de cabeza. Porque cada vez que sacamos la pieza esto que es higroscópico, como un azucarillo que absorve, aumenta de tamaño. Hay que frenarlo con material químico, que no se ha podido usar para no destrozar las pruebas que se han hecho en la UPNA y en Cesic. Este es el primer problema y el que hay que tratar inmediatamente. Luego está el de las fisuras, que se arreglan no tocándola”, explicaron a los políticos.
ANÁLISIS DEL PLOMO
La mano es una lámina de bronce, cuya pátina contiene un 53,19% de estaño, un 40,87% de cobre y un 2,16% plomo, algo que es habitual en aleaciones antiguas. Su presencia, precisamente, permitirá dar una idea del origen de estos materiales. De dónde procedía el material. “Afortunadamente hay plomo y tenemos una base de datos y se verá si es de aquí o de fuera”, desvelaron parte del trabajo pendiente en una pieza que ha revolucionado la arqueología en Navarra con sus apenas 143,1 milímetros de altura, grosor de 1,09 milímetros y anchura de 127,9 milímetros y 35,9 gramos de peso.

Aranguren pide apoyo para mejorar la acogida en la zona de la excavación

Antes de ver la mano en el depósito arqueológico en el que se conservan, tras su análisis, las piezas arqueológicas no musealizadas de Navarra, la comisión de Cultura del Parlamento fue recibida en el Palacio de Góngora, que acaba de comprar el Ayuntamiento de Aranguren. Allí se expuso el trabajo arqueológico que se inició en 2007 de la mano de Aranzadi y el Consistorio. Primero en el castillo ya consolidado y más tarde en el poblado. Mattin Aiestaran, director del proyecto arqueológico, dio cuenta después en el yacimiento del valor de los trabajos que llevan a cabo. El alcalde de Aranguren, Manuel Romero, reclamó colaboración para el proyecto municipal con el que tratan de mejorar la acogida a los visitantes al yacimiento. Unas visitas que se han multiplicado desde que en noviembre se diera a conocer el hallazgo de la mano y que han generado problemas en Lakidain, el núcleo más próximo. Pidió Romero apoyos “para valorizar el Valle de Aranguren, para poder aprovechar el tirón. No tenemos ninguna logística para atender a los visitantes que atrae el hallazgo. Para ello hay que consolidar el palacio como punto de encuentro, habilitar un aparcamiento y seguir con las excavaciones iniciadas en 2007”, les dijo a los parlamentarios. La idea ya la había expuesto al Gobierno foral tras consensuarla en el Consistorio.
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