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Arquitectura

El arquitecto Patxi Alcalde recibe la Plomada de Oro

El galardón concedido por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro supone un reconocimiento a su trayectoria profesional

Ampliar José Luis Vélaz Ballesteros, presidente del COAVN,  entrega la Plomada de Oro al arquitecto Patxi Alcalde Cilveti
José Luis Vélaz Ballesteros, presidente del COAVN, entrega la Plomada de Oro al arquitecto Patxi Alcalde CilvetiJesus Caso
Actualizado el 17/03/2023 a las 12:24
El arquitecto Patxi Alcalde Cilveti (Pamplona, 1939) vivió ayer el reconocimiento de sus compañeros de profesión al recibir la Plomada de Oro, premio que concede el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN) como reconocimiento a su trayectoria profesional. Patxi Alcalde, que fue quien constituyó este galardón en 2006, se convierte en el tercer arquitecto que lo recibe tras la concesión a Javier Guibert Tabar (Pamplona, 1925-Madrid, 2011) en 2006 y Fernando Redón (Pamplona, 1929-2016) en 2015.
El reconocimiento no solo abarca la trayectoria profesional de Patxi Alcalde, sino también el compromiso con el que ha ejercido su trabajo y el interés por la proyección social de la profesión a través de las presidencias del COAVN que ostentó en los periodos 1993-1996 y 2002-2006.
José Luis Vélaz Ballesteros, presidente del COAVN, recordó que la Plomada de Oro es un galardón que no tiene periodicidad concreta, que debe estar propuesta por al menos veinte colegiados y que se concede a “quien la relevancia de su ejercicio profesional no ha encontrado un equilibrio adecuado con su reconocimiento social”. Una veintena de arquitectos, bajo la firma del colegiado Pedro Burguera Ciriza, fueron quienes propusieron a Patxi Alcalde, que fue ratificada por la junta directiva en enero del año pasado. “Cuenta con una trayectoria notable, verdaderamente interesante que se ha desarrollado alejada de los fuegos de artificio”.
PROYECTOS Y ESTRUCTURAS
Patxi Alcalde estudió Arquitectura en Madrid y se tituló en 1967. En 1968 abrió su estudio de arquitectura en la actual Plaza de la Libertad y, un año después, se incorporaron Ignacio Ibarra Garay y Txomin Aristu Salinas, con quienes compartió estudio durante cuarenta años. Tras unos primeros contactos con el urbanismo, centra su labor profesional en una arquitectura marcada por el rigor compositivo y una repetición y modulación de los huecos en sus obras. En 1973 se adentra en las estructuras espaciales y, fruto de su trabajo, existen cuatro patentes con las cuales se puede construir desde una simple marquesina hasta un puente complejo. “La aventura empezó con 600 metros de Calzados Lezaun en Landaben y terminó en 2010 con un edificio multiusos de 4.000 metros en Las Rozas”, recuerda el galardonado.
También tuvo contactos con la Administración, pues ostentó el cargo de Arquitecto Escolar Provincial (1970-1971) y fue arquitecto municipal de Burlada tras aprobar una oposición en 1980.”A los dos años de obtener la plaza puede pasar a funcionario, pero no quise hacerlo”, explica Alcalde, que recuerda también lo que supuso encontrar a un promotor que le hizo varios encargos seguidos. “Hice con ellos alrededor de 20 obras en un tiempo menor de 18 años”.
Patxi Alcalde junto a su mujer Mari Carmen Montes (a su izda), sus nietos, hijos y otros familiares, además de los miembros de la junta directiva del COAVN
Patxi Alcalde junto a su mujer Mari Carmen Montes (a su izda), sus nietos, hijos y otros familiares, además de los miembros de la junta directiva del COAVNJesus Caso
Patxi Alcalde ha realizado 20 agrupaciones de viviendas públicas, 15 de vivienda privada y 22 proyectos de reparcelaciones y urbanizaciones. Entre sus proyectos se encuentran 64 viviendas de la Rotxapea, 33 de la plaza Mutiloa, 64 en Mendillorri, 100 en Mutilva Baja y 140 en Burlada, además de los apartamentos tutelados de Mendebaldea. También destacan el proyecto de Irunlarrea, las “Torres de los maestros” en Pamplona, el edificio de control de Aceralia, la escuela comarcal de Berriozar o el pingüinario de Faunia en Madrid.

“Pienso que muchos compañeros se lo merecen tanto como yo”

Cuando Patxi Alcalde era un niño y le preguntaban qué quería ser de mayor, su respuesta siempre era la misma: delineante o arquitecto. Ahora, con una amplia trayectoria conseguida, afirma rotundo que la arquitectura ha sido su vida. “Tenía 7 u 8 años cuando mi abuelo Demetrio Cilveti me enseó un papel amarillento en el que destacaba un dibujo con una gran cruz. Era la cruz del Seminario de Pamplona”, recuerda el galardonado que estudió en Escolapios y acudía al taller de Dibujo y Pintura de Los Amigos del Arte cuando tenía 10 años. “Me apuntaron mis padres, era enfrente de mi casa, pues vivíamos en la calle Mayor. El más jóven de mis compañeros me llevaba dos cabezas y tuvieron que ponerme un cajón de madera al que me subía para poder pintar sobre la mesa”, recuerda con humor.
A los 18 años empezó a trabajar de delineante con Ramón Urmeneta. “Intervine en unos cuantos proyectos de viviendas, aprendí a proyectar, algo de cálculo y acústica”.
Continuó con su trabajo, pero también con su anhelo por la arquitectura y fue Ramón Urmeneta quien le ayudó a tomar una decisión. “Llevaba un tiempo trabajando con él y me dijo: Patxi, solo se resignan los bueyes, haz lo que tengas que hacer”. Fue así como se marchó a Madrid para estudiar Arquitectura y la duda de si conseguiría terminar los estudios, que lo consiguió con 28 años. “Una cosa era querer y otra bien distinta era poder. Fui a estudiar a Madrid con 500 pesetas y muchas ganas. Al año siguiente, cuando vieron que iba en serio con lo de la arquitectura, ya me ayudaron un poco. Mientras hice la carrera, también tuve que trabajar para poder seguir”.
El galardonado señala que el trabajo le ha acompañado en su trayectoria “pues toda mi vida ha sido trabajar, trabajar, trabajar” y recuerda como las patentes conseguidas incrementaron su dedicación profesional. “No solo era hacer la patente, sino que había que continuar. Era como la tecnología de las empresas. No solo calculaba, sino que todos los programas de control numéricos los hacía yo”.
Patxi Alcalde sintió el reconocimiento que le brindaron sus compañeros de profesión y se siente agradecido por ser el tercer arquitecto al que se le ha concedido la Plomada de Oro, un premio creado por él en 2006, coincidiendo con el 75 aniversario del COAVN. “Es importante que el reconocimiento venga de los compañeros. El primer premio lo entregué yo y ahora soy quien lo recibo, igual este hecho ha podido contribuir en algo. Me emocioné mucho al comunicarme el premio. Luego, te entra la duda de si está bien concedido o no. Pienso que muchos compañeros míos se lo merecen tanto como yo, incluso más”.
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