Lleva cincuenta años de expresión artística a través de la ilustración, el dibujo y el cómic. Medio siglo en el que no ha parado de dibujar y evolucionar de la mano de las nuevas tecnologías. Luis Martorell (Bera, 1952) ha pasado de utilizar bolígrafos, tinta china y lápices de colores a hacer de los programas informáticos y la inteligencia artificial sus compañeros de viaje. Este desarrollo artístico, al igual que sus inquietudes y las temáticas de sus obras, conforman "Cómic, dibujo, ilustración. 2022-1972", la exposición retrospectiva que aborda la evolución de las artes gráficas y la ilustración a través del mundo y proceso creativo del dibujante navarro.
Adaptarse a los cambios, atreverse con nuevas técnicas y desarrollarlas en sus creaciones son los pilares sobre los que Luis Martorell ha centrado su trayectoria artística. También, en su gran afición al dibujo que surgió cuando era un niño y que le generó un interés constante por la formación. “Siempre he querido dedicar a dibujar, hice una formación, siempre mirando alrededor para adaptarme y aprender, soy bastante autodidacta”, explica el autor .
La muestra permite un recorrido visual por carteles, ilustraciones, imágenes y composiciones, además de viñetas de sus principales cómics, entre los que se reproduce a gran tamaño la historia de "Tangeline", una tragedia sensual y onírica en la que puso imagen y color al guion del escritor Jesús Ferrero, amigo de juventud de Martorell.
La exposición, que atesora varias decenas de obras, propone un recorrido por las distintas etapas artísticas del creador en las que entran en juego, no solo las técnicas, sino también las temáticas y contenidos, ya que sus ilustraciones han estado muchas veces vinculadas a movimientos sociales y reivindicativos, además del carácter comercial, cultural o didáctico de algunos carteles realizados para entidades bancarias, partidos políticos e instituciones navarras.
PRIMERAS ETAPAS
Tras unos años de formación en Pamplona, Luis Martorell se trasladó a Barcelona para estudiar Bellas Artes y fue en dicha ciudad donde comienza su primera etapa artística en 1972. De esos primeros años destaca su cómic "Simplemente mujer", realizado para la asociación de vecinos del barrio del Carmelo en Barcelona y del que la muestra recoge varias viñetas. “El cómic vino del programa radiofónico "Simplemente María" en el que se daba consejo a las mujeres que en aquella época ni siquiera podían votar y estaban subyugadas a los maridos en lo económico, incluso en lo social. En ese barrio había un movimiento e hice ese cómic para reivindicar a la mujer”, explica Martorell, que también esa primera etapa, que se extiende hasta 1985, diseñó unos carteles para Muthiko Alaiak sobre temas de actualidad, como uno de ellos dedicado a la liberación de la mujer, realizado en 1975 y prohibido por la dictadura franquista. “Me salía apoyar con cartelería estas inquietudes y problemas. Además, una forma de seguir adelante y poder trabajar era implicarse con todo lo que ocurría a mi alrededor”.
En la segunda etapa, que va desde mediados de la década de los 80 del siglo pasado hasta el cambio de milenio, Martorell diversifica su obra. Continúa con sus creaciones en torno al cómic y la pintura, pero también aporta su trabajo para campañas institucionales como las desarrolladas para el Ayuntamiento de Pamplona, la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y el Parlamento de Navarra.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Si las temáticas sociales y reivindicativas centran gran parte de sus obras, lo mismo ocurre con la exploración de técnicas que le llevan a adentrarse en las distintas herramientas disponibles en cada momento. “Lo que iba saliendo de las artes gráficas que tenía que ver con la ilustración, pues lo miraba, lo iba aplicando, ampliaba el material”, indica el artista que jugó un papel importante en el desarrollo del cómic en Navarra, con su implicación en los proyectos Hamelín, TMO y la revista Pamiela. “Poco a poco fui haciendo cosas, así que me puse una oficina por mi cuenta. Como andaba en artes gráficas, sabía de fotolitos y montar galeradas, acabé en estos proyectos”.
El nuevo milenio y la explosión de las nuevas tecnologías sirven a Luis Martorell para experimentar en el dibujo de la mano de nuevos programas informáticos y desarrollos técnicos. Así comienza una tercera etapa creativa en la que hace suyo el diseño en 3D, que le permite lograr nuevas texturas y colores, investigar sobre formas, vacíos y volúmenes en sus dibujos geométricos, así como la funcionalidad de las líneas utilizando fórmulas de cálculo o planteamientos de lógica.
Su afán por dejarse sorprender le ha llevado hasta la inteligencia artificial, que es utilizada por Luis Martorell para dar una nueva vida a los cerca de 200 bocetos realizados a “vuelapluma” en una libreta de notas cuando trabajaba de camarero en un bar y que ahora ganan en volumen, color y realidad. “Estoy metido en la inteligencia artificial y estoy flipando. Cualquiera que tenga unos sentimientos o ideas ahora los va a poder expresar sin necesitar la capacidad técnica que antes se exigía. Se ha democratizado el arte y eso está bien. He estado toda una vida aprendiendo un oficio y ahora no hace falta, porque todo lo que es mecánico ya está resuelto. A mi me parece bien, hay que adaptarse a los nuevos tiempos. No he perdido ese afán de sorprenderme con lo nuevo, lo tengo igual que cuando era un crío”.
Luis Martorell nace en Bera en 1952. Aficionado al dibujo desde niño, comienza su formación en la Escuela de Artes y Oficios Catalina de Oscáriz, en la calle Compañía. Más tarde, se traslada a la nueva sede de la escuela, en la calle Amaya. osteriormente se traslada a Barcelona y se forma en la Facultad de Bellas Artes. En 1972 inicia su andadura artística, regresa a Pamplona y comienza a trabajar en una agencia de publicidad, sin abandonar su faceta artística hasta la actualidad.
Exposición "Cómic, dibujo, ilustración. 2022-1972". Luis Martorell Palacio de Condestable. Hasta el 19 de marzo. Horario: lunes a sábado, 10.30 a 13.30 y 17 a 21 h. Domingos y festivos, 10.30 a 13.30 h.