Cine
Los Sanfermines que volvieron a los años 60 por una promesa
El rodaje de ‘La voz del sol’, con Carmen Machi y Karra Elejalde, transforma Estella en la Pamplona de 19
Actualizado el 16/06/2022 a las 20:56
Carol Polakoff podría estar jubilada tranquilamente en su casa, pasando las páginas de un álbum que necesariamente sería voluminoso. Tendría archivadas en él fotos de su paso por el periodismo, de los documentales audiovisuales que han sido premiados internacionalmente y de una larga trayectoria como productora, guionista y directora de fotografía. Esta estadounidense que ha vivido en Nueva York, Jerusalén o Los Ángeles, sin embargo, suda estos días bajo la canícula estellesa en el rodaje de su primera película como directora. Cumple así una promesa.
Hace veinte años, Polakoff conoció al escritor Alan Jolis, se hicieron amigos, y la cineasta quedó prendada especialmente de uno de sus libros, La voz del sol, en el que el escritor, hijo de diplomáticos, contaba sus recuerdos de adolescente en la España de los años 60. Jolis vivía en París y pasaba las vacaciones en la tierra de Maruja y Manolo, el matrimonio que le servía en casa y con los que tenía una estrecha relación. Polakoff ya pensó entonces que tenía que hacer una película con eso, pero la verdadera promesa se la hizo unos años después, cuando Jolis murió antes de cumplir los 50 años. “Entonces le hice una promesa a él, bastante dramática, es verdad, de que algún día haría esta película, no sabía cuándo, ni dónde dentro de España, ni cómo, pero finalmente todo se puso a favor, los productores correctos, el equipo... y ahora todos están tan apasionados como yo haciendo esta película”, explica. El guionista navarro Natxo López le ayudó a escribir la adaptación, en la que esas vacaciones anuales se comprimen en un sólo viaje, a los Sanfermines de 1965, treinta años después del último viaje a España de Maruja, que es gallega y está interpretada por Carmen Machi, mientras que Manolo (Karra Elejalde), que es pamplonica, viajaba una vez al año a Navarra a ver a su madre.

La historia de Jolis es, como dice Polakoff, el plano de este viaje. La película rejuvenece el personaje respecto a la novela, aquí es un adolescente porque había muchas más posibilidades de explorar y por su “mirada limpia”, dice Polakoff, con la que hacer un retrato de la España de la época. “Es una película muy emocional, dramática, pero con humor”, apunta la directora. “La mirada de Alanito es la de alguien que viene y todo es nuevo y muy diferente a lo que conoce en París”, añade. El personaje de Machi se da cuenta de que tiene una oportunidad de volver a su país y quiere darle un verano que nunca va a olvidar.
PAPEL INICIÁTICO
Matteo Artuñedo (Madrid, 2006) es Alanito. “Hicimos una búsqueda muy, muy larga del chico, buscábamos alguien entre los 14 y los 16 años, vimos a muchos, muchos candidatos a lo largo de año y medio, y finalmente elegimos al primero que habíamos visto”, explica la directora. Artuñedo ha hecho teatro y danza, pero ésta es su primera película. “He visto más diferencias de las que pensaba entre teatro y cine, son muchas horas, pero si tienes un equipo guay se te pasan volando”, asegura el joven actor.
“El hecho de que esté basado en una historia real te añade una presión pero también hace que sea una experiencia más bonita”, explica Artuñedo, que asegura estar aprendiendo mucho con la experiencia. “El viaje a Navarra para Alan significa salir de la burbuja en la que vive en París, de aristocracia, riqueza y familia bastante egocéntrica, a ver una realidad más cruda con la situación que hay en España después de la guerra, a conocer mundo y también a Joserra”, apunta.

Joserra es el personaje que hace de mentor. Interpretado por el actor de Igúzquiza Ahikar Azcona, un “local hero”, como se refiere con cariño a él la directora, o “dinamita”, como le califica Karra Elejalde, y cuya familia de músicos también aparece en el filme. Su abuelo, de hecho, puede ser “sorpresón, sorpresón”, vaticina. “Esto es un sueño, ya no es una historia de nuestra tradición y nuestra historia, sino que es hacerla aquí, es un lujo”, asegura.
Su personaje es amigo íntimo de Manolo (Karra Elejalde) de hace tiempo, y guía a Alanito por los Sanfermines. “Soy la persona le lleva a hacer todo lo que no se puede hacer a un chaval de 15 años en Navarra: correr los toros, salir de fiesta y hacer el capullo”, resume. Lo curioso, admite, es que después del rodaje mantienen en cierto modo esos roles, “él angelico y yo el demonio”, dice entre risas.
Azcona había trabajado antes en La casa de papel, un trabajo de mucha acción, pero considera éste su primer papel en el que actúa propiamente, con textos largos. “No quiero que termine nunca, quiero estar así vestido los 365 días del año con esta persona [señala a Matteo Artuñedo] haciendo el bandarra, que es mi papel”, declara. Además, ha estudiado la época de la película y le ha llegado hondo. “Tengo que pedir perdón a la biblioteca pública de Navarra porque le he manchado de lágrimas las últimas páginas del libro”, explica. “Me ha hecho llorar mucho, es muy bonito, lo recomiendo, el guion también, porque yo soy la persona que tiene que explicar qué ha pasado aquí y se me saltan las lágrimas porque no lo hemos vivido, los hermanos de mi abuela no volvieron de la guerra, nunca se supo de ellos, por ejemplo, últimamente me junto con mayores para empaparme de esa rabia de lo que se vivió aquí; eso es lo que te falta para meterte en el personaje”, manifiesta.
GALLIPIENZO, ALDEA GALLEGA
Carmen Machi y Karra Elejalde habían trabajado después del bombazo de 8 apellidos vascos y 8 apellidos catalanes, pero en una película, Rumbos, rodada también en parte en Navarra, en la que no coincidieron porque se componía de una especie de cuentos independientes. Aún así mantienen una estrecha relación de amistad. “Una extraña razón hace que en muchos proyectos que me ofrecen esté Karra y viceversa”, explica Machi.
No es sólo una fotografía de la época lo que hacen. “Es un retrato muy interesante a nivel político de Navarra, que normalmente se ha contado bien poco”, dice Machi. “Es bastante sorprendente que un americano de Nueva York haga un retrato de la España de esos años tan absolutamente increíble, con tanta fidelidad y compromiso histórico”, añade.
Los contrastes entre la vida parisina y la española es llamativa. “El chaval pregunta por qué van todos vestidos igual y le dicen que aquí cuando estamos de fiesta no hay ni ricos ni pobres, ni de Montejurra, ni de Ochandiano, aquí todos somos iguales”, apunta Karra Elejalde, que ya vivió los Sanfermines cuando se escapaba de la mili para ir a Pamplona. Los últimos que visitó fueron hacia 2001-2002 y ya no era lo mismo. “Eran potas en la calle, olor a meados, y apetece un día pero ahora ya con 61 años... no me tiran, además ahora que soy conocido huyo de los tumultos”, expresa.
Pero los contrastes también vienen al encontrarse una sociedad retrasada y oprimida, frente al París que tres años después viviría su mayo del 68. En una escena el personaje de Karra Elejalde pasea con Alanito y ven un hombre limpiando una pintada que dice “Askatasuna”. “El chaval pregunta qué es eso y yo le digo que euskera, un idioma prohibido. Entonces me pregunta si se puede prohibir un idioma, y le contesto que en este país se puede prohibir todo”, relata el actor.
El personaje de Machi es una mujer estigmatizada, por fumar, pintarse los labios, por entrar sola en un bar o no estar casada -el matrimonio no lo está, algo que era legal entonces en Francia-. “Algo hay, rompió con algo que se desvela casi al final de la película”, anuncia la actriz.
Maruja, Manolo y Alanito llegan con una mentalidad avanzada. “Es gente que ganaba dinero con el que luego se podían comprar su pisito aquí, tenían un poder adquisitivo más alto y eso que eran criados”, apunta Machi. No es una comedia, es más un drama. No quieren hacer spoiler, se limitan a aclarar que ambos personajes tienen aquí cosas por cerrar. “Mi personaje estuvo en la Guerra Civil y luego de maqui, estaba en un grupo que cayeron todos los de alrededor y fueron torturados y fusilados, yo salí indemne, cosa que me ha quedado ahí”, expone Elejalde.
El rodaje continuará hasta el 28 de junio. Han rodado ya en Segovia, en Campo Real y en Madrid, donde han hecho la parte que transcurre en París, los interiores y la llegada en tren, por ejemplo, en el Museo del Ferrocarril. En Estella se rueda la parte de Pamplona y la de Galicia la rodarán en Gallipienzo, convertida en una aldea gallega.
Vuelta al exilio 30 años después
Natxo López (Objetos, Jefe) es el guionista navarro que junto a Carol Polakoff y John Milarky ha adaptado el guion de esta historia. De la mano de la productora Babieka Films, y producido por Denise O´Dell, La Voz del Sol cuenta además con un equipo de renombre, con José Luis Alcaine como director de fotografía, y Lucas Vidal como compositor de la banda sonora, entre otros. La acción arranca en 1965. Maruja (Machi) y Manolo (Elejalde) viven en París, tras 30 años exiliados de España. Trabajan al servicio de un embajador estadounidense: La familia Jolis. Ese año, Maruja decide confrontar su pasado, para ello emprende un viaje junto a Manolo y Alan Jolis (Matteo Artuñedo), a sus orígenes; Galicia y Pamplona. Un viaje en el que tendrá que asegurarse de que el joven Alan crecerá para ser un buen hombre.
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