Arte
El Togado de Pompelo, descubierto en Navarra en 1895 y perdido después durante un siglo, vuelve a Pamplona
La pieza, una escultura de bronce del siglo II, ha sido prestada por una colección particular norteamericana al Museo de Navarra

- Diario de Navarra
El Togado de Pompelo, una excepcional pieza escultórica en bronce del siglo II descubierta en Pamplona hace 127 años, ha llegado esta semana al Museo de Navarra, en donde permanecerá los próximos dos años, procedente de una colección particular de Nueva York (Estados Unidos) para su estudio y próxima exhibición. Según apuntan expertos en la materia, se trataría de la segunda estatua togada en bronce conocida de la península Ibérica.
La presencia en el Museo de este Togado, cuyo paradero era una incógnita hasta hace tres años, significa que podrá contemplarse de nuevo en la ciudad donde estuvo colocado, con toda probabilidad en un espacio público de la Pompelo romana. Por ello se va a proceder a la presentación de la pieza a la ciudadanía en una muestra temporal, que se inaugurará en el plazo de un mes.

El acuerdo firmado por el Departamento de Cultura y Deporte con el propietario, un coleccionista de arte norteamericano que desea permanecer en el anonimato, contempla el préstamo de la pieza para su exhibición durante dos años y la realización de estudios que no comprometan su integridad física.
HALLAZGO Y RECORRIDO POSTERIOR
Esta escultura de bronce fue descubierta en 1895, un hallazgo casual que se produjo durante unas obras que se estaban realizando en la pamplonesa calle de la Navarrería. Su descubridor y propietario, según la legislación de la época, fue el constructor José Aramburu y Elizaga, quien la cedió temporalmente a la Comisión Provincial de Monumentos de Navarra, para su estudio y difusión.
El Togado de Pompelo apareció bajo una gruesa losa de piedra, lo que explica su mal estado de conservación en el momento del hallazgo: “… una estatua de bronce de tamaño natural, sin cabeza, muy deteriorada y rota en su mayor parte” según se recogió en el Boletín de la Comisión de Monumentos en 1895. No hay duda de que fue restaurado hasta tener el aspecto que muestra en la foto tomada por Julio Altadill en una fecha indeterminada y publicada en 1911 en el mismo Boletín y que, hasta bien entrado el siglo XXI, era la única imagen que se tenía del hallazgo.
En 1906, el propietario reclamó a la Comisión de Monumentos su devolución, a lo que ésta no pudo negarse al no existir en ese momento legislación restrictiva de los derechos de los propietarios de obras arqueológicas, perdiéndose su pista en ese momento y siendo probable que fuera vendida en el mercado de antigüedades en esas mismas fechas o poco después. En este sentido, la historia material del Togado de Pompelo es muy similar a la de otros importantes hallazgos arqueológicos del siglo XIX o principios del XX en España, como es el caso de la Dama de Elche o del Tesoro de Guarrazar, ambos hoy en el Museo Arqueológico Nacional.
Un punto de inflexión en el conocimiento de esta excepcional escultura de origen navarro, dada por desaparecida durante más de un siglo, se produjo cuando en el año 2015, el director del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, Manuel Olcina Doménech, la identificó en una imagen proyectada en el transcurso de una ponencia en un congreso en Aalen (Alemania).
La imagen del Togado, primera conocida tras la histórica de Altadill, correspondía a una exposición en Estados Unidos de 1996. Olcina Doménech alertó a las autoridades navarras y dio publicidad a su descubrimiento, pero no se pudieron obtener datos sobre la localización y propiedad de la pieza.
A partir de ese momento, se pudo ir reconstruyendo a grandes rasgos el periplo de la escultura, considerada hasta tiempos recientes como una pieza romana de procedencia francesa, a través de las transacciones en subasta y su presencia en algunas exposiciones hasta 2010.
Afortunadamente, en 2018 un artículo en inglés de los especialistas en escultura romana Luis Romero Novella (Universidad de Navarra) y Rubén Montoya González (Universidad de Leicester, Reino Unido), titulado 'A rediscovered Togatus from Pompelo', publicado en Cuadernos de Arqueología de la Universidad de Navarra (nº 23, 2015, pp. 279-289), despertó el interés del propietario de la pieza, quien contactó a través de una persona intermediaria con Luis Romero, con el fin de recabar más información sobre el Togado de Pompelo.
Desde el ámbito universitario se dio aviso al Servicio de Museos del Gobierno de Navarra, unidad que comenzó de inmediato un trabajo con la propiedad, continuado durante más de tres años debido a que la situación de pandemia obligó a aplazar varias veces el cierre de las negociaciones, para conseguir la llegada del Togado a su lugar de origen mediante un préstamo de larga duración.