Historia
Una vida política desdichada

Actualizado el 24/05/2021 a las 13:01
Hijo de Juan II y de Blanca de Navarra, Carlos fue proclamado Príncipe de Viana al morir su abuelo, el rey Carlos III el Noble. Cuando falleció su madre, la reina Blanca, se convirtió en rey de Navarra, pero una cláusula del testamento materno le rogaba no usar estos títulos mientras viviera su padre.
El levantamiento contra su progenitor desembocó en el enfrentamiento entre beaumonteses (seguidores de Carlos, Príncipe de Viana ) y agramonteses (a favor de Juan II). En 1451, tras la batalla que tuvo lugar en Aibar, acabó encarcelado, circunstancia que aprovechó para escribir la Crónica de los reyes de Navarra. Una vez recuperada su libertad, se convirtió en el príncipe errante.
Desheredado por su padre, en 1455 se traslada a Nápoles buscando la protección de su tío, el rey Alfonso IV. Muerto este en 1458, se marchó a Sicilia. Dos años después, Juan II hizo detener a su hijo en Lleida, justo en el momento en que se reunían las Cortes catalanas, que pidieron la liberación del príncipe .
Un ejército se dirigió a Lleida, de donde huyó Juan II, mientras Carlos fue recibido en Barcelona como un héroe. En virtud de los pactos de Vilafranca (1461), Juan II reconoció a Carlos como su primogénito y éste se instaló en Barcelona, donde se le nombró gobernador general de Cataluña. Así, quedó convertido en símbolo de la oposición catalana al autoritarismo de Juan II.