
Vídeo: desarrollo, protagonistas y claves de la Guerra de Secesión (1861-1865)
Desgranamos algunas claves geográficas y políticas de la contienda, que servirán para una mejor comprensión de los comicios de 1864, celebrados en plena guerra, y los siguientes
- David García/Javier Iborra
A modo de complemento a los reportajes de la serie sobre la historia de las elecciones en Estados Unidos, llega este repaso en vídeo de la dinámica de los combates de la Guerra de Secesión, el conflicto civil que se vivió en Norteamérica entre 1861-1865.
Este documento pretende desgranar algunas claves geográficas y políticas de la contienda, que servirán para una mejor comprensión de los comicios de 1864, celebrados en plena guerra, y los siguientes.
La transcripción del vídeo es la siguiente:
"Para empezar tenemos que situarnos en 1860. Carolina del Sur había lanzado un ultimátum: si Lincoln salía elegido en las elecciones de ese año, abandonaría la Unión. Y como Lincoln ganó, Carolina del Sur se separó.
A principios de 1861 se separaron también Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y Texas, y entre estos siete crearon los Estados Confederados de América. Así que ya tenemos por un lado a la Unión, formada por los estados que no se habían separado de Estados Unidos, y por el otro a la Confederación. Los dos bandos de la guerra.
En ese momento, la guerra todavía no se había declarado, pero enfrente de Charleston, en un fuerte costero, había una guarnición de soldados de la Unión. El generar Beauregard les dijo que se fueran y ellos se negaron. Entonces, hubo un cañoneo y estos soldados, ya más convencidos, se marcharon. Estamos a mediados de abril de 1861 y la guerra, ahora sí, ha comenzado.
Días después, el importante estado de Virginia se unió a la Confederación y también hicieron lo propio Arkansas, Carolina del Norte y Tennessee, hasta sumar once.
La capital de la Confederación se trasladó de Montgomery, en Alabama, a Richmond, dada la importancia de Virginia, pero esto provocó que de repente las capitales de la Unión y de la Confederación, Washington y Richmond, estuvieran separadas por unos pocos kilómetros. Este detalle fue decisivo en la guerra.
En total, la Confederación estaba formada por once estados, que los tenemos a todos en este mapa, mientras que la Unión la componían 23 estados, que la mayoría nos los vemos. De estos había dos que no se habían separado todavía, pero eran esclavistas y se podían sospechar que en el futuro, según cómo discurriera la guerra, podrían hacerlo. Eran Missouri y Kentucky. Por eso vamos a llamarlos estados neutrales. Y, por otra parte, una región de Virginia, la que estaba al oeste de los montes Apalaches, no estaba de acuerdo con la secesión. Unas tropas de la Unión al mando del general McClellan, del que luego hablaremos más, hicieron unas correrías por el lugar y Virginia se rompió en dos. Más adelante Virginia Occidental entró a formar parte de la Unión.
Las estrategias iniciales fueron un tanto rudas. Washington y Richmond estaban muy cerca y entre ambas había ejércitos de los dos bandos. Los del Norte avanzaron hacia el sur con la intención de derrotar a su enemigo, tomar la capital, y finiquitar la guerra. Pronto descubrirían que no iba a resultar tan sencillo.
McDowell lideraba el ejército de la Unión y Beauregard el de la Confederación. Pero había otro contingente de tropas confederadas en las cercanías, al mando de Joseph Johnston. Cuando McDowell avanzó hacia el sur, Johnston se unió a Beauregard y entre ambos derrotaron a los invasores. Esta es la primera Batalla de Bull Run y la primera de importancia en la guerra.
La Confederación, aunque había ganado, no tenía un ejército organizado capaz de asaltar Washington, que además fue rápidamente fortificada. Así que ambos bandos debieron pensar en otras estrategias más creativas.
La Unión adoptó una idea de Winfield Scott, al que los seguidores de esta serie de reportajes conocen de la guerra Estados Unidos-México y como candidato a las elecciones de 1852. Él la llamaba el Plan Anaconda y de hecho consistía en rodear y ahogar al enemigo bloqueando sus puertos y su comercio.
La Confederación, por su parte, pensó que si obtenía victorias suficientes en los campos de batalla Gran Bretaña intervendría en su favor y la Unión tendría que reconocer su independencia.
Como estos planes exigían paciencia, ambos bandos se dedicaron a prepararse para la guerra y en el resto del año 1861 solo hubo un par de acciones de menor relevancia.
En Missouri, un general de la Unión, Nathaniel Lyon logró algunos triunfos que convencieron al estado de alinearse con el Norte. Por desgracia, él falleció en los combates.
Y como parte de la estrategia de bloqueo, tropas de la Unión dirigidas por Butler capturaron algunas islas frente a la costa de Carolina del Norte.
A comienzos de 1862, los combates se desplazaron al oeste. Kentucky era un estado neutral y en cuanto uno de los bandos cruzara la frontera, se pasaría al enemigo. Los primeros en hacerlo fueron los Confederados, así que Kentucky tomó partido por la Unión.
Poco después, Ulysses S. Grant, el héroe de la guerra como más adelante veremos, tomó dos fuertes que protegían los ríos Tennesse y Cumberland, lo que le abrió las puertas de la importante ciudad de Nashville. A continuación, prosiguió su avance hacia el sur y en abril se libró la batalla de Shiloh, en la que Grant venció por poco al general Johnston, que murió en los combates.
En esos mismos días, Pope tomó la Isla n° 10, en el Mississippi, y abrió el camino hacia Memphis.
Para redondear el mes, el almirante David Farragut logró una de las proezas de la guerra. De hecho, hizo algo impensable. Atravesó los fuertes que protegían la desembocadura del Mississippi y así tomó a una desprevenida ciudad de Nueva Orleans, que era una de las más importantes del país.
El 30 de mayo, el unionista Halleck ocupó Corinth, en el estado de Mississippi, y el 6 de junio la flota de cañoneros de la Unión tomó Memphis.
Así que, como vemos, en 1862 pintaba bien el teatro de operaciones del Oeste para la Unión. Es momento de ver qué pasaba en el este.
Allí, en marzo, se había producido la primera batalla de la historia entre barcos acorazados. El Monitor y el Virginia se habían medido en la batalla de Hampton Roads.
Después, el confederado Stonewall Jackson logró una serie de victorias en pequeños combates en el valle del Shenandoah, impidiendo así que la Unión atacara hacia Richmond, ya que no podría hacerlo dejando a su espalda tropas enemigas.
Entonces, el Norte ejecutó otro plan. Desembarcó en la península que formaban los ríos York y James y avanzó hacia Richmond. Bueno, de hecho, avanzó muy lentamente, porque el general al mando era McClellan y él era extremadamente prudente. Finalmente, se libró una batalla, la de Fair Oaks, en las cercanías de Richmond, pero McClellan no consiguió pasar. Además, el general confederado Joseph Johnston resultó herido y fue reemplazado al mando del ejército de Virginia por Robert E. Lee, que es considerado por muchos el mejor general de toda la guerra.
Con Lee al mando, los Confederados acosaron a las tropas de McClellan en la batalla de los Siete Días y le obligaron a replegarse.
Entonces, un nuevo ejército de la Unión se asomó por el norte. Debía unirse a McClellan para, entre ambos, derrotar a Lee, pero McClellan no se atrevió a moverse, Lee fue más rápido y siguiendo la teoría de Napoleón de que al enemigo hay que batirlo de uno en uno, derrotó a Pope en la segunda batalla de Bull Run.
Después, Lee siguió hacia el norte, amenazó con tomar Washington, pero estaba tan fortificada que no se atrevió. Prefirió penetrar en territorio enemigo, ganar prestigio para convencer a Gran Bretaña de que merecía la pena apoyarles y, quizá, atraer a McClellan a campo abierto para derrotarle. De Washington fue hacia Harpers Ferry y McClellan le persiguió. Finalmente, ambos ejércitos se encontraron en las cercanías del río Antietam y libraron una de las batallas más sangrientas de la guerra. No hubo un vencedor claro, si bien para Lee fue suficiente y decidió regresar a Virginia.
El presidente Abraham Lincoln, que tenía desavenencias con McClellan, le apremió a atacar. El otro se negó y Lincoln le destituyó. Puso en su lugar a Burnside y fue este el que se adentró en Virginia para atacar a los Confederados. Lee le esperaba y había fortificado Fredericksburg, de manera que no le resultó difícil derrotar a su enemigo en diciembre de 1862.
Antes de pasar a 1863, debemos volver al oeste. Allí la Confederación había intentado molestar la retaguardia de la Unión internándose en Kentucky, pero Buell derrotó a Bragg en la batalla de Perryville y después Rosecrans hizo lo propio en la de Murfreesboro.
Grant, ayudado por otro futuro ilustre, Sherman, tenía las manos libres para avanzar Mississippi abajo. Llegó hasta Vicksburg y durante meses fracasó en su intento de asediarla o rodearla, ya que estaba en el lado equivocado del río. Finalmente, consiguió cruzarlo, se interpuso entre la ciudad y el ejército enemigo que debía socorrerla y la asedió. El 4 de julio, una fecha tan significativa en Estados Unidos, consiguió tomar la ciudad.
Por esas mismas fechas, la Unión recibió otra gran noticia, pero tenemos que volver al este y también unos meses hacia atrás.
En mayo, en Virginia, Lee había vuelto a derrotar a otro ejército de la Unión, esta vez dirigido por Hooker. Para vencer en esta batalla de Chancellorsville realizó una maniobra de envolvimiento brillante... y peligrosa. De hecho, quien la llevó a cabo fue su mejor general, Stonewall Jackson, que falleció en la acción. Esta perdida resultó fatal para la Confederación.
Lee, tras derrotar a Burnside y a Hooker, se decidió a retomar su estrategia de invadir el norte y causar problemas. Dio un rodeo, pasó cerca del campo de batalla de Antietam y llegó hasta Pensilvania. Pero allí estaba en territorio enemigo, tenía dificultades para abastecerse y, sobre todo, para conocer la posición del enemigo. Para ello contaba con una extraordinaria caballería mandado por Stuart, pero este decidió actuar por libre en el peor momento. Finalmente, un ejército de la Unión conducido por Meade, un general que había nacido circunstancialmente en Cádiz, se topó con parte del ejército de Lee en Gettysburg. Durante tres días fueron sumándose soldados de ambos bandos a la batalla, pero los unionistas habían conseguido asentarse en unas lomas al sur de la ciudad y los confederados no pudieron sacarlos de allí. Finalmente, Lee ordenó la retirada con la sensación de haber sido derrotado.
Esta batalla de Gettysburg terminó el 3 de julio, solo un día antes de que Grant tomara Vicksburg, y está considerada como el hito decisivo de la guerra. Al menos, el punto de inflexión tras el que la Confederación no podía ganar.
Pero la guerra no había terminado. En Nueva York había disturbios por el reclutamiento y todavía quedaban soldados y generales confederados dispuestos a luchar.
Tras Gettysburg, en el resto de 1863 lo gordo de los combates se centró en el Oeste. La Unión capturó Port Hudson en julio, de manera que todo el Mississippi quedó en sus manos. Pero en septiembre, en la batalla de Chickamauga, en Georgia, Bragg venció a Rosecrans. Fue una gran victoria para la Confederación, pero la alegría les duró poco. Un mes después, en Chattanooga, Tennesse, Grant derrotó a Bragg y le arrebató la iniciativa. Esta vez para siempre.
A principios de 1864, Grant fue nombrado general en jefe de los ejércitos de la Unión y se trasladó al Este para derrotar en persona a Lee. Así, entre mayo y junio se libraron una serie de batallas entre ejércitos conducidos por Grant y Lee en las que el confederado salió vencedor, aunque con pérdidas tan graves que solo podían pensar en seguir defendiéndose.
Tan graves fueron estos contratiempos que Lincoln estaba convencido entonces de que no saldría reelegido presidente en las elecciones de noviembre de 1864. Necesitaba una victoria. Una grande. Y rápido.
Sherman se la dio. Llegó hasta Atlanta, que era un importante nudo de comunicaciones, y la puso bajo asedio hasta que en septiembre la tomó. Este hecho se celebró con júbilo y permitió a Lincoln encarar las elecciones con más optimismo, como veremos en el reportaje correspondiente a esos comicios.
En noviembre, Sherman inició su tristemente famosa “Marcha hacia el mar”, que consistió en una campaña de devastación del corazón del territorio enemigo. La guerra total había llegado. El 22 de diciembre Sherman alcanzó la costa y tomó Savannah, en Georgia.
Mientras Sherman tomaba Atlanta y realizaba sus correrías, Farragut tomó algunos fuertes en la bahía de Mobile y, en Virginia, se produjeron dos choques de caballería en los que los jinetes de la Unión, que hasta entonces había sido inferiores a los de la Confederación, vencieron con el prometedor Sheridan al mando.
Pero en el Oeste todavía había choques en retaguardia, y en un punto tan al norte como Nashville, Thomas derrotó a Hood entre el 15 y el 16 de diciembre.
En febrero de 1865 ya, Sherman siguió su marcha capturando Columbia, capital de Carolina del Sur, y la importante ciudad de Charleston, donde había empezado la guerra.
La guerra, ahora sí, estaba totalmente decidida. La Confederación se rindió a la evidencia. El 2 de abril, el gobierno confederado evacuó Richmond y Lee, una semana después, se rindió a Grant en Appomattox Curthouse. Algo más tarde lo hizo Kirby-Smith, en Nueva Orleans, y el 2 de junio de 1865, la ciudad de Galveston, en Texas, en lo que se considera el último acto de la Guerra de Secesión".