Una nueva generación aportará un punto de frescura a una zapatería a punto de trasladarse
LOS expertos en empresa familiar definen como el momento crítico para la supervivencia de la sociedad el del paso de una generación a otra. Tan crítico como que en algunos casos termina con su disolución misma.
Esta situación se da cada vez más. Las nuevas generaciones, con un nivel más alto de estudios que las precedentes, están menos dispuestas a aceptar el sacrificio y riesgo que supone un establecimiento familiar. Las incertidumbres del futuro y las largas jornadas laborales del comercio son un gran hándicap para que los hijos continúen el negocio heredado.
Estella, ciudad comercial desde su fundación, está experimentando un intenso movimiento en este sentido. Tiendas casi centenarias como Muebles Guibert anuncian el fin de su trayectoria por falta de relevo generacional, lo mismo que otras menos longevas como Sport Jordana, nacida en la década de los 70 y que se convirtió en el prototipo de tienda de deportes en Estella.
Pero no todos los casos son iguales y aún hay jóvenes que aceptan el reto y continúan la labor iniciada por sus padres y abuelos. Casos hay muchos y es difícil no obviar alguno. Para algunos, como la Zapatería Isabel Arbeloa la incorporación de un nuevo miembro aporta energías renovadas en el momento de un traslado mientras que otros apellidos, como Urriza, consagran su estrecha unión al mueble en la ciudad del Ega con una tercera generación que tiene décadas por delante.
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