"Mi marido estuvo muy bien atendido"

Pilar Serrano Sánchez, de 74 años, perdió a su marido, Santiago Montañés Arpón, hace dos años. Afirma que le queda la satisfacción de haber hecho "todo lo posible" y "más si hubiese hecho falta" por su esposo durante 47 años y padre de sus ocho hijos. "Para mí era imprescindible", añade.

Pilar Serrano, vecina de Pamplona, tuvo claro desde el principio, cuando los médicos les comunicaron que no se curaría, que quería tener a su marido en casa "cuanto más tiempo mejor". Y sólo tiene palabras de agradecimiento tanto para los profesionales del centro de salud como para los de San Juan de Dios. "Cariñosos, atentos, competentes...", desgrana y sigue: "Se puede confiar en ellos completamente", recalca.

¿Qué ocurrió?

Le diagnosticaron la enfermedad y nos dijeron que no se podía hacer nada, que tenía tres meses. Estuvo seis, pero era muy fuerte porque fue bombero 39 años.

¿Él sabía que estaba enfermo?

Sabía que tenía un tumor pero no solía comentarlo.

¿Por qué quería estar en casa?

Al hablar de ingresar en San Juan de Dios él dijo que iba allí a morir. Me di cuenta que lo sabía pero que se lo tragaba y pensamos en ir a casa. La doctora de cabecera, Vicky, habló con los médicos de San Juan de Dios porque le dijimos que preferíamos no ingresar. Yo quería que mi marido muriese en casa.

¿Cómo lo vivió usted?

Estás bien porque estás en casa, aunque al final estaba saturada. La verdad es que es duro pero venían a atenderle, sobre todo Marcos Lama que es majísimo, y estaba con él mucho rato, hablando y hablando, haciendo de psicólogo. También le miraban entero y me dejaban una hoja con toda la medicación. Dejaban todo escrito para cuando viniese la doctora de cabecera. Puedo decir que mi marido no tuvo un dolor fuerte y los dolores de cáncer son malos.

¿Se sentía segura?

Sí. Le cuidaban constantemente. Llamamos al 112 por un problema y le atendieron de maravilla. Cuando mi marido se despertaba por la mañana preguntaba: "¿a quién le toca venir hoy?" Cualquier duda o problema, llamaba y me atendían. No tengo palabras.

¿Falleció en casa?

Sí. Al final venían cada semana de San Juan de Dios y del centro de salud, la doctora y la enfermera, y se llamaban por teléfono.

¿Usted se quedó conforme?

Sí. Me quedé tranquila porque hice por él todo lo posible. Y no sólo esos meses, toda la vida.

Dicen que falta asistencia psicológica ¿Usted echó algo en falta?

Yo no me acordaba de mí aunque estaba muy cansada. Pero sí es posible que venga bien un apoyo para el cuidador, un psicólogo.