Pozo de las Hiedras

Desde Aibar, por el camino del Monte, se dirige hacia la sierra de Izco y el Barranco de La Bizkaia una pista que ve cómo se va convirtiendo, de manera gradual, un entorno humanizado en un hermoso quejigal. Es el antiguo camino que tomaban en la localidad para dirigirse a Pamplona a través de la sierra. Con suaves desniveles, el recorrido se adentra en la zona siempre junto al cauce del barranco. Nos espera, ya en un paisaje más cerrado, la sorpresa de un bello rincón, el pozo de Las Hiedras, donde podemos descansar un rato, contemplando el flujo del agua y disfrutando del sosiego del lugar. Estamos bajo una pequeña elevación, el alto de Sargalalto, en cuya ladera se extiende un bosque de quejigos. Al otro lado queda el municipio de Leache. Algo más arriba, pasaremos al otro lado del cauce para volver hacia el pueblo. El regreso se lleva a cabo siguiendo otra senda, escondida entre bojes y arbolado, que nos devuelve al punto inicial sin apenas esfuerzo. El paseo no ofrece desniveles excesivos. El camino está, desde hace años, señalizado como sendero local SL-NA 187, con marcas blancas y verdes. Conforme entramos al pueblo, procedentes del alto de Aibar, tenemos a la derecha una bodega. Pocos metros antes de llegar a la misma, giramos a ese lado para desembocar en una plaza, donde encontramos el lavadero, una cruz de piedra y un largo abrevadero. Todo ello junto a la regata y puente de Jamindúriz. Aquí iniciamos y terminaremos el recorrido. EL RECORRIDO Km 0– Aibar. Plaza del lavadero (Camino de Jamindúriz). Después de pasar el puente sobre la acequia, seguimos una calle hormigonada que enfila hacia el campo. El suelo perderá el cemento después de 600 m. Junto a una bodega hay un cruce. Seguimos de frente. Km 1,3 – Hay un corral de ovejas a la izquierda. Una senda marcha junto al cauce del barranco. Mantenemos la pista, que asciende con suavidad. Pocos minutos después, dejamos atrás otra nave ganadera de grandes dimensiones (a la izquierda). Hay un aska a la derecha. Termina el ascenso y cruzamos un paso canadiense. Al otro lado se inicia el quejigal a ambos lados del barranco. Ahora el relieve es el de un barranco más cerrado. Km 2,1– Por la izquierda se marcha un ramal en descenso, que cruza el cauce y, más adelante, un cercado. Nosotros mantenemos la pista principal. 400 m después hay una bifurcación. Seguiremos la opción de la izquierda. Aparece en medio del bosque un merendero, con mesas y bancos entre el arbolado. Tras un ligero descenso, superamos otro paso canadiense. Km 2,6 – Un poste–baliza indica el desvío por una senda que baja al barranco. Abajo nos espera el rincón del Pozo de las Hiedras. El agua cae sobre un pequeño remanso, desde una altura de poco más de un metro. Alrededor disfrutamos de un lugar muy recogido. Las hiedras tapizan las paredes de los taludes y dan nombre al entorno. El arbolado contribuye en los meses cálidos con abundante sombra. También encontraremos un manantial lateral que aporta algo más de agua al flujo principal. El puente de madera permite visitar ambas orillas, y un banco adosado al talud invita al descanso y el abandono de las prisas. Para continuar hemos de regresar a la pista y proseguir un corto tramo en la misma dirección que nos ha traído hasta aquí. Km 3,2 – A la derecha marcha otra pista algo más estrecha. Seguimos la principal, cruzamos enseguida el barranco por un badén, en el llamado “Paso de San Jaime”, y de inmediato encontramos un portillo señalizado que nos introduce por una senda estrecha. Empezamos a descender junto a la orilla opuesta del barranco, con alambrada a la izquierda. Km 3,9 – Nuestro sendero se cruza con un camino que viene de un comedero de ganado (a la izquierda). Seguimos recto, entre bojes, por un camino de suelo irregular. Km 4,4 – Al lado contrario del riachuelo divisamos la última nave ganadera que hemos dejado atrás al subir. Pronto cruzamos una puerta de hierro. Después llevamos la alambrada a la derecha. De este lado sube una senda que se funde con la nuestra. Desaparecen los quejigos y les sustituye una repoblación de pino laricio. Enseguida caminamos junto a viñedos. Km 5,1 – Un sendero se va a la derecha. Seguimos el principal. Ya hemos dejado atrás las laderas del barranco cerrado y vemos el pueblo cercano. Terreno llano. Se alternan viñedo y cereal. 200 m después hay una confluencia de tres caminos. Elegimos el de la izquierda. Ahora avanzamos por una pista ancha, con suelo de grava. Pronto vemos señales de la C.R. de los Salacencos. Km 6,1 – Dejando atrás la primera casa, al entrar al pueblo, giramos a la izquierda. Entre edificios bajos, cruzamos un puente con barandillas sobre el pequeño río y mantenemos la dirección para llegar, enseguida, al final. Km 6,4 – Plaza del lavadero de Aibar donde hemos iniciado, y ahora finalizamos, la excursión. DESPIECE: EL CAMINO DE PAMPLONA La toponimia tiene una hermosa virtud: guarda memoria de muchas cosas que el cambio de costumbres hace olvidar. Todavía el camino que accede al Pozo de las Hiedras mantiene su nombre original: “Camino de Pamplona”. Observando el recorrido sobre el mapa, y reflexionando un poco, se llega a conclusiones obvias: los aibareses, para acercarse a la capital, a lomos de sus monturas o a pie, tenían un camino más lógico que el actual: cruzar más al oeste la sierra de Izco. Un solo paso en altura. No como ahora, que han de atravesar los altos de Aibar y Loiti. De historias relacionadas con este viejo camino de Pamplona hacía una hermosa reseña José Antonio Perales en su artículo de la serie “Rincones Singulares” (abril de 2008). Todavía se puede encontrar con facilidad en Internet, en la web de Diario de Navarra. DESTACADOS Con suaves desniveles, el recorrido se adentra en la zona siempre junto al cauce del barranco. El regreso se lleva a cabo siguiendo otra senda, escondida entre bojes y arbolado. DATOS TÉCNICOS Distancia TOTAL: 6,4 km Desnivel MáXIMO: 97 m TIEMPO MIDE: 1 h 32 min CALIFICACIÓN MIDE: MEDIO 1 DESPLAZAM. 2 ITINERARIO 1 ESFUERZO 2 DATOS COMPLETOS DE LA RUTA Y SOPORTE GPS www.rutasnavarra.com

Pozo de las Hiedras

Paseo por el antiguo camino que se usaba desde Aibar hacia Pamplona cruzando la sierra de Izco, con sorpresa final

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