Juan Carlos Unzué tomará el esperado relevo a Jesús Garísoain, subdirector de La Pamplonesa, como encargado de lanzar el Chupinazo que da inicio oficial a los Sanfermines. Tres años después de la anterior edición. También fueron los últimos que vivió, en su caso por unas horas, el ex futbolista y ex entrenador afectado por ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Aquellos días acababa de recibir, junto a su mujer María Elorza, el primer diagnóstico de una enfermedad neurodegenerativa que ahora le obliga a desplazarse en silla de ruedas y a recibir ayuda para casi todos los movimientos. Y de la que apenas sabía nada. Fue el día 1 de julio y el 6 celebró como acostumbran los Unzué y los Elorza. Una comida en familia. Vivieron la fiesta entorno a la calle y a la mesa antes de marchar a su estreno como entrenador del Girona el día 8. Sin desvelar a nadie más una valoración médica que necesitaba confirmación, que llegó meses después y que su familia conoció aquel diciembre y el resto de la sociedad en junio de 2020, cuando lo hizo público junto a su propósito de ayudar a difundirla. Ahora vuelve como
“protagonista” del inicio festivo. Un “honor” que en las últimas horas y tras una prueba sobre el escenario empezaba a llenarle de emoción. “Soy frío en general, pero viendo hoy (por el lunes) a bastante gente me imagino que se me pondrá la piel de gallina”. Una designación que valoró por el significado como pamplonés y porque supone la vuelta de unas fiestas “únicas”. “No importa quién tire el Chupinazo, sino que empiecen las fiestas”. Un cometido en el que también ha visto la oportunidad de visibilizar esa enfermedad que no tiene cura y obliga a cuidados permanentes a las personas que la padecen. Una vía para repetir lo necesario de los medios para investigarla y para proporcionar ayuda a los enfermos. “Y rápido porque cada semana perdemos a compañeros y otros entran en el equipo y empiezan una escalada que necesita mucha ayuda para tener una vida digna”.
Adelantó que el del Chupinazo no es el momento de mensajes, pero si lo fuera, ¿qué diría a esa audiencia mundial que tendrá?
Lo primero, que seamos capaces de disfrutar con el máximo respeto posible, evidentemente, de unas fiestas que son inigualables y que llevamos tres años sin poder disfrutar. Más allá del hecho de disfrutar los que estemos en Pamplona y los que se acerquen a nuestra ciudad, va a ser un gran momento porque viene a confirmar que la pandemia ya la vamos dejando atrás y eso es una muy buena noticia para toda la sociedad.
Ya luce la camiseta conmemorativa y la llevará en el balcón. ¿Le está sirviendo, como imaginó al ser designado para lanzar el Chupinazo, para difundir sus mensajes en torno a la ELA?
Tengo la sensación de que ya la gente más que relacionarme con mi historia deportiva me reconocen más por estar reivindicando y haciendo visible la ELA. El hecho de poder estar allí le va a dar una visibilidad y como pasa con otros proyectos que he ido haciendo nuevos, como la presentación del documental y el libro, más allá de ese día y ahora el Chupinazo en el que tengamos un momento para disfrutar de la fiesta, lo tenemos para poder hacer ruido y estar un poco en la mente de los políticos que al final pueden cambiar esto.
¿Y hay avances?
La sensación que tenemos es que no se ha movido nada la proposición de ley y que hay que procurar que las enmiendas, ese tiempo, sea el más corto posible y pronto sea la ley ELA con nuestras necesidades. Porque nosotros ya sabemos lo que queremos y lo que necesitamos y hace falta que sea efectiva porque la enfermedad no espera y cada día perdemos a tres compañeros y tres compañeros nuevos entran.
Estos días son para el Chupinazo y los Sanfermines, pero está en otros proyectos. ¿Cuáles son?
Van todos unidos y ahora el Chupinazo está en mi cabeza, pero siempre con la prioridad de difundir la enfermedad, más allá de disfrutar el momento y el privilegio. En estos momentos también contento porque ya está presentado el partido benéfico entre el Barça y el Manchester City que espero que nos de la oportunidad de conseguir una buena recaudación porque irá íntegramente a la investigación de la ELA. Está muy bien que podamos recaudar de forma privada, pero necesitamos que se sume a esta ayuda altruista el dinero público que es muy necesario en todas las enfermedades neurodegenerativas. Las personas cada vez vivimos más tiempo pero, ¿en qué condiciones? La ELA, el Azheimer y el Parkinson afectan a la calidad de vida y necesitamos que se investigue para vivir más tiempo pero en mejores condiciones.
¿Y cómo está de cara a este empeño, animado y con fuerzas?
Sin duda. Todo estos eventos y momentos especiales me generan mucha energía positiva. Esto es fuerza y la sensación de que lo que estamos haciendo nos hace sentirnos útiles. Al menos a mí. De forma distinta a como ha sido toda mi vida, pero de forma muy necesaria y muy satisfactoria.
Recibe energía con estos actos, pero también ayuda con sus mensajes a tantas personas y casi podíamos pedirle la fórmula del optimismo o de la felicidad que transmite...
Es algo muy personal, pero buscar la parte positiva de cada situación, por adversa que sea, ayuda mucho. Y pensar en qué puede hacer y disfrutar en cada momento. Algo así.
Y ahora vamos a hablar de lo que celebraremos estos días ¿Cómo es el Unzué sanferminero?
Pues diría que hay dos fases. Los primeros Sanfermines de chaval, de la infancia, donde recuerdo sobre todo subir el día 7 de Orkoien a Pamplona con mis padres y comer en casa de algunos de los tíos que vivían en Pamplona. Y después, pasar la tarde y disfrutar mucho. He sido muy de las barracas y siempre que me han llevado he disfrutado mucho. Ese es el recuerdo de la infancia. El resto de los días eran normales porque mi familia tenía que trabajar, la empresa no cerraba y había que hacerlo. Y después, el otro gran recuerdo es de mi época de jugador, sobre todo, y de los primeros años como entrenador. Aprovechábamos para convocar a amigos y amigas, mi mujer y yo, para que conocieran la ciudad y las fiestas. Solíamos concretar todo en 24 horas y esas 24 horas, con esa edad, eran de disfrute total.
¿Más fiesta que toros, imagino?
Más de fiesta. De mesa primero y de Sanfermines de noche. También he ido a los toros alguna vez y, si estábamos en casa, nos levantábamos a ver el encierro, que no llegué a correr y me gusta más.
¿A qué amigos futbolistas ha traído por aquí?
Solíamos coincidir con Txiki Beguiristáin y Patxi Ferreira, compañero en el Sevilla. También vino una vez Pep Guardiola y otros amigos del Sevilla, sobre todo. Los jóvenes igual ya no los conocerán, pero los más asiduos que han venido con nosotros han sido Beguiristáin y Ferreira, por cercanía. Y otros como Marcos, Quique Estebaranz, que sigue viviendo, Juanito, Pedro...
¿Este año volverá alguno?
Este año no. También porque han cambiado los tiempos del fútbol y empieza la pretemporada. Ahora no pueden y eso hace que las vaya a disfrutar con la familia y los amigos de la infancia.
¿Y qué espera de estos Sanfermines? ¿Cómo los ha preparado?
Los vamos a vivir de una manera diferente, sobre todo yo, porque hay ciertas cosas que ya no puedes hacer. Pero otras sí, como comidas con familia y amigos, y las voy a disfrutar a tope. San Fermín es la amistad y lo que hace que sea especial es que, vengas de donde vengas, la fiesta está en la calle y la gente se siente uno más y eso nos une. Si además vamos vestidos prácticamente igual, hace que todo sea más cercano. En mi caso, la amistad sobre todo, es la esencia y lo que he disfrutado.
“Estaré sentado, para poder vivir el momento y disfrutar de la fiesta”
La visita del lunes a la Casa Consistorial sirvió a Juan Carlos Unzué para conocer el protocolo que rodea al encargado de abrir las fiestas de Pamplona. “Ha ido bien. Ha sido buena decisión hacer el ensayo para aclarar el cómo y el acceso. Prenderé la mecha desde una silla que se eleva y voy a estar más cómodo y podré disfrutar de la fiesta y vivir el momento”, contaba tras la que fue su “primera vez” en el interior de la sede del ayuntamiento de Pamplona.
Una rampa de acceso le permitirá llegar hasta el balcón de la tercera planta, el de las banderas y el Chupinazo, en una silla diferente a la que se desplaza ahora que el avance de la enfermedad le obliga a usarla a cada momento ante la dificultad para sostenerse en pie. Era el “Plan B” preparado en el Consistorio y puesto a disposición del ex futbolista. El “Plan A” era sostenerle los minutos en los que confiaba poder aguantar de pie. “Es mejor así, para no estar pendiente de cuánto tiempo voy a aguantar”, reconocía. Hace algo más de un mes confiaba en que las piernas no le fallaran y las manos le respondieran en el momento de retomar los Sanfermines casi tres años después. Sobre el terreno, en el ensayo “general”, cambiaron los planes.
FAMILIA Y ANELA
No estará solo el protagonista del inicio festivo. En el tercer piso le acompañará su esposa, María Elorza. Una planta más abajo, entre los invitados por el consistorio pamplonés, sus tres hijos, que han reservado fiesta en sus ocupaciones laborales para vivir los Sanfermines que abrirá su padre. También una de sus cuñadas, hermana de María, “muy sanferminera y que no quería perdérselo” y “tres o cuatro sobrinos”. También la Asociación Navarra de afectados por ELA (ANELA) tendrá dos represenates, Alberto Armendáriz “Txapela” y María Luisa Berasategui, ambos con ELA Bulbar. En la asociación pensó Unzué cuando fue designado.
No estarán ni su madre, “ya muy mayor para estas circunstancias”, ni sus suegros ni hermanos. “Mi madre y mis hermanos lo verán tranquilamente en televisión en casa de uno de ellos . Lo organizaron así hace ya tiempo, cuando no sabíamos cómo iba a ser. Mis hijos no han querido perderse este momento y María estará conmigo, como siempre”, dice de su compañera de vida desde hace más de 30 años y “sostén ”desde que hace tres años le fue diagnosticada la enfermedad.
Entre los invitados de Unzué no figuran futbolistas ni ninguno de los compañeros de sus años dedicado a practicar o entrenar el deporte rey. A diferencia de otros momentos en activo, donde aprovechaba para invitar a Pamplona y a las fiestas a varios compañeros, las exigencias del calendario y del espacio le han llevado a no incluirlos en su listado de invitados que, desde hace unos días, guardan sus pases como “oro en paño”.
DNI
Juan Carlos Unzué Labiano (Pamplona, 22-4-1967) es el menor de los seis hijos de Sebastián y Camino. Casado con María Elorza, de Orkoien como él, tienen tres hijos: Aitor, Jesús y María. Ex portero formado en Tajonar, jugó en Osasuna, Barcelona, Sevilla, Oviedo y Tenerife. Entrenó tras su retirada siendo futbolista de Osasuna a los porteros del Barcelona, al Numancia, Girona y Celta. En junio de 2020 anunció que padecía ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), enfermedad neurodegenerativa que le habían diagnosticado meses antes, y desde entonces se ha dedicado a difundir la enfermedad y las necesidades para las personas que la padecen y respecto a la investigación. Además, imparte charlas y colabora en la organización de actos solidarios para recaudar fondos y colaborar en la difusión. El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, le propuso para abrir las fiestas en reconocimiento a esta labor.