Era casi magia. Sin truco y, quizá, solo válido para aquellas personas que sigan sintiendo en su piel la seducción que emana al pensar en una
fecha que ya resuena en
Pamplona.
6 de julio, blanco y rojo... un estallido de intenciones que ya se deja notar en cada latido del corazón. Volver a retomar todo lo que se nos quedó en el tintero tiene los días contados. Y el zaguán del Ayuntamiento fue
testigo directo de una emoción que, aunque invisible, era completamente palpable.
Y es que la iniciativa no era otra que ofrecer
hacerse una fotografía para formar parte del decorado sanferminero que adquirirán las calles durante la fiesta. Un planteamiento que convenció sobremanera a cientos de personas y que, vestidos para la ocasión, no dudaron en
demostrar su perfil más animado. “Adoro Navarra, me apasiona esta cultura”, repetía Maleria Costamañan quien, abrazada a su padre Wenceslao, no dudaba en acercar fronteras entre su Argentina natal y las aulas que le han acogido durante los últimos seis meses del año. Estudiante de intercambio, Malería vibraba con
su primera experiencia relacionada con
San Fermín. “Solo me perderé el Pobre de Mí, porque regreso a mi país, pero disfrutaré de cada evento”, prometía con
una sonrisa.
Y, al más puro estilo photocall, uno tras otro, los amantes de la fiesta iban compartiendo sonrisas en un estudio profesional. Focos, pantallas... y una instantánea que, como decían algunos, les acompañará para siempre. “Nos encantan los Sanfermines y tenemos ganas de todo, incluso de volver a meterme en la plaza del Ayuntamiento el 6 de julio”, aseguraba Amaya Fernández, acompañada por sus tres hijas: June, Uxue y Leyre. Eso sin olvidar la inclinación de ir a las colchonetas de las más pequeñas. “Amí me encanta ver a toda la gente vestida de la misma manera”, apuntaba Leyre, la mayor.
También se encontraban haciendo fila Borja Ruano y su hija Julia, de 10 años y alumna de 5º de Primaria del colegio Carmelitas. “No se lo he contado a mis amigas, pero ya me verán”, intuía la menor. Vestidos en blanco y rojo, no tuvieron que recurrir a un armario que ofrecían desde el consistorio para quienes se habían olvidado de algún complemento. “Está todo muy bien pensado”, añadía Alazne Pérez mientras se enfundaba una camiseta blanca prestada. “Me toca”. Click, imagen para la historia.
Autorización, sorteos y pañuelos
Un calor que aprieta y que, sin embargo, no es obstáculo. Cientos de personas se acercaron a fotografiarse para la campaña lanzada por el ente municipal de cara a las fiestas de San Fermín. Por ello, una vez hecha la fila y firmado el permiso para la correspondiente cesión de imágenes, solo quedaba disfrutar. “A ver si nos toca algo en el sorteo”, decía la familia de Amaya Fernández. Entre las posibilidades, dos pases dobles para ver el encierro en la Plaza de toros; un pase doble para el encierrillo; una tarde de rejoneo; o ser testigo del Pobre de Mí desde el balcón del Ayuntamiento.
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